• 28/04/2024 13:20

Plantas, elaboración y métodos tradicionales, base para la cosmética ecológica

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La Comisión Europea ha recibido esta semana casi un millón y medio de firmas de ciudadanos de una iniciativa que exige «cosméticos sin crueldad», productos sin ensayos en animales.

Varias marcas de cosmética natural basando la elaboración en plantas y hierbas, con métodos artesanales, envases de vidrio o elaborados con plástico reciclado.

Es el caso de Piel Sana, una empresa fundada por la química Pilar Ruiz, quien señala en entrevista con EFE que elaboran sus productos de forma artesanal, «como se hacían antiguamente», extrayendo principios activos de las plantas y utilizando productos totalmente orgánicos.

«No te pongas en la cara nada que no te puedas comer»

Dentro de lo ecológico, la obtención de los productos puede ser para cosmética o para alimentación -con normativa más exigente- y en Piel Sana se extraen para alimentación, «en estado puro para alimentar la piel, para ayudarla a tener salud».

«No te pongas en la cara nada que no te puedas comer» es el eslogan de la marca, algo que «es una realidad y es lo que entendemos por saludable», explica Ruiz, química de profesión y con especialidades en variás áreas de medicina y la microbiota, porque -señala- actualmente existe mucho etiquetado sobre lo ecológico y lo natural que «confunde al público».

Explica que hablar de natural no es válido, porque todo es natural, incluso el petróleo o algunos vegetales que son muy agresivos y pueden dañar y enfermar la microbiota de la piel; y dentro de lo ecológico, los productos o lo son cien por cien «o no se entiende tanto etiquetaje, al final es un poco engoñoso», aunque depende del grado de ambición y expansión de cada marca».

Ruiz sostiene que en Piel Sana prefieren realizar lotes pequeños y que sus productos lleguen como «un alimento para la piel», como debe llegar un alimento que se ingiere, sin conservantes. Todo el cuerpo necesita «ingredientes vivos» y los conservantes no ayudan en el proceso de sanación de afecciones como la soriasis o la aparición de manchas en la piel.

«Nos dedicamos a la salud y alimentar todas las células de la piel», y todo lo que se echa en la piel va hacia adentro, sostiene, y explica que hacen jornadas de puertas abiertas para que las personas conozcan el laboratorio y las prácticas de la empresa, entre las que subraya la utilización de plástico reciclado, que no contenga contaminantes como  BPA o bisfeno.

La fundadora en 2005 de Piel Sana subraya que la marca es reflejo de lo que hacemos en casa, «somos ecologistas y en el laboratorio se recicla todo», el papel es certificado FSC, los productos de limpieza son orgánicos, «todo en coherencia con la sostenibilidad que queremos».

Tres principios 

Destaca entre sus productos el agua de rosas «nuestra estrella» realizada con el filtrado de agua con un método japonés, la crema regeneradora y la crema activadora.

Ruiz sostiene que trabajan con tres principios: que sean productos orgánicos y de alimentación, que sean de comercio justo y de cercanía, porque «todos son de producción en España, salvo la rosa mosqueta que viene de Chile, y el vidrio Miron, especial para la preservación de productos y que lo traen de Países Bajos».

Permiten el retorno de algunos envases de vidrio, un material cien por cien reciclable, porque el aluminio que se utiliza actualmente para sustituir el plástico «es muy contaminante para el organismo», asegura.

 

«Canarios del siglo XXI»

Cocunat es otra marca «libre de tóxicos», y su CEO y cofundadora Sara Werner cuenta a EFE que todo surgió por la sensibilidad química múltiple que padece su madre, una enfermedad que en un simil con la minería «son los canarios del siglo XXI», porque los mineros antiguamente llevaban este tipo de aves a las profundidades de la mina y cuando dejaban de cantar y morían sabían que había gas tóxico.

Werner, experta en tóxicos, explica que la Agencia europea de productos químicos (ECHA) advierte en el Reglamento de Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de sustancias y mezclas químicas (Reach) del «descontrol de productos y sustancias químicos que hay a nuestro alrededor».

En el caso de la cosmética, dice Werner, «el hecho de que un producto tenga procedencia natural no le exime de ser tóxico».

Explica que en la química hay la orgánica y la inorgánica y tanto la primera como la segunda «pueden ser tóxicas», un dato que difiere mucho en la alimentación «que es el gran referente».

Por ello, asegura que desde Cocunat se manifiestan como «guerreros contra las sustancias tóxicas» y pide un mayor control de las mismas, porque en cosmética se utilizaban en 2017 «alrededor de 12.000 ingredientes químicos, de los cuales se habían analizado unos 2.400 con alguna toxicidad y la salud».

Pero, subraya, «de esos 2.400, unos 1.373 aproximadamente están tipificados como tóxicos», sostiene, y explica que el problema es que son estudios realizados hace ya algunos años, por lo que su grado de toxicidad puede ser aún peor, como sucede con los disruptores endrocrinos.

Los cosméticos se acumulan en la piel, «se estipulan que se necesitan 20 años para generar una enfermedad y con la cosmética es una acumulación continua».

Werner señala que existen tres efectos relacionados con la salud: efecto cocktail, el efecto acumulativo y el efecto tiempo y si los tres no se incluyen en un estudio para demostrar que son tóxicos para el organismo y el medio ambiente, «no es seguro».

Todas las personas «están expuestas a la toxicidad» de muchos productos, no es un problema de las personas, es un problema de exposición a ellos, asevera.

La filosofía de Cocunat, sostiene, es «cambiar las cosas desde dentro», para demostrar que se pueden realizar cambios y dar «una alternativa al consumidor con productos seguros». EFEverde

 

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Artículo de mluquillas publicado en https://efeverde.com/cosmetica-ecologica/