• 17/05/2024 00:20

Cuando la escuela se convierte en la mejor terapia

(origen) efeverde Sep 18, 2022 , , , ,
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Saro Prieto.- EFEverde.- El colegio de Todoque (La Palma) quedó sepultado bajo la lava, al igual que todo el barrio, y sus alumnos y docentes retomaron el curso al cabo de un mes en un nuevo centro, donde el reencuentro, con sus lágrimas y desahogos, fue una terapia para comenzar a superar tanta pérdida.

Además de su colegio, la gran mayoría de los alumnos perdieron sus viviendas, su entorno, su paisaje, describe a Efe Alicia Martín, directora de este pequeño colegio, que ahora convive en el Princesa Acerina, con los centros de Educación Infantil y Primaria Los Campitos, también destruido por la lava, y el María Milagros Acosta, situado en Puerto Naos, localidad todavía desalojada por la presencia de gases tóxicos.

La docente recuerda que el curso pasado se inició bien pero, a partir del 11 de septiembre, comenzó el enjambre sísmico que concluyó con la erupción del día 19. «Los temblores nos asustaban un poco pero estábamos tranquilos porque la previsión era que la erupción fuera más hacia la zona de Jedey y Las Manchas», afirma Martín.

Pero no fue así y el volcán abrió su boca en Cabeza de Vaca y la directora del CEIP de Todoque lo temió enseguida: trazó una línea recta desde el cráter hasta el mar y supo que les afectaría.

Y así empezó un trimestre «muy, muy duro». Las clases se suspendieron durante un mes y la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias ofreció unas nuevas instalaciones en Los Llanos de Aridane, donde se ubicaba la escuela de música.

Antes de que la lava sepultara el colegio y todo el barrio, dio tiempo de ir en dos ocasiones: en la primera solo se sacó la documentación urgente y material informático, y en una segunda ocasión, tuvieron más suerte y pudieron sacar hasta el 80 por ciento del material del centro.

La docente recuerda que sacaron material de los niños, mobiliario, y muchos recursos didácticos y de todo tipo, que compartieron con el CEIP Los Campitos, que no corrió la misma suerte y no pudo recuperar nada antes de ser engullido por la lava.

Martín afirma que fueron momentos muy duros porque en una semana hubo que montar un nuevo centro pero indica que el rencuentro con los alumnos fue muy terapéutico y emotivo y les ayudó tanto a los docentes como a los propios niños.

A pesar de que los profesores también tenían su historias particulares -ella misma fue evacuada-, se resistían a coger bajas y recuerda que la primera semana hubo muchas lágrimas y poco contenido lectivo.

«Fue un desahogo colectivo», afirma Martín, que señala que los niños contaban sus historias, hablaban de las imágenes del volcán, de los lugares por donde discurría la lava y buscaban en Google Maps dónde estaban sus casas y su hasta ahora colegio.

Además la comunidad educativa estaba abrumada por tanta solidaridad no solo de Canarias, sino del resto de España, de los mensajes de apoyo de todos los lugares, de las donaciones de material, y querían contestar para agradecer tanta ayuda.

La docente insiste en que fue bastante «emotivo y fuerte» y a esta situación se le sumaba los simulacros diarios por seísmos y los avisos de la Consejería por el estado de la calidad de un aire cargado a veces de la ceniza y otros materiales expulsados por la erupción volcánica.

Los niños salían del centro con sus gafas de protección, con mascarillas y con paraguas para protegerse de la lluvia de cenizas. Fueron días muy tensos, con muchas preocupaciones y emociones, asevera la directora del CEIP Todoque.

Una vez que se apagó el volcán el 13 de diciembre, se fue recuperando la normalidad lectiva aunque las donaciones continuaron y los agradecimientos también.

Reconoce que el rendimiento escolar de los alumnos no fue el mismo de otros años ni todos transmitieron sus sentimientos de la misma forma. Algunos lo manifestaban con el silencio y otros con más actividad.

De todas formas afirma que no se podía pedir más «porque la mente y el corazón estaban en otro lado» y, como ejemplo, se pone ella misma: a pesar de ser lectora asidua, en el primer trismestre era incapaz de concentrarse en ningún libro.

En el nuevo centro que comparte con Los Campitos y el María Milagros Acosta, han conseguido «crear el alma» de este nuevo colegio, que a pesar de acoger a tres centros, funcionan como uno.

«Afrontamos con mucha ilusión este curso, hay que reinventarse y salir adelante» indica la docente. EFEverde

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Artículo de efeverde publicado en https://efeverde.com/escuela-convierte-mejor-terapia/