La presidenta del BCE, Christine Lagarde, espera que el Banco Central Europeo pueda respaldar la inversión en proyectos verdes con tasas de interés «preferenciales». Durante su intervención en la Conferencia Green Swan del Banco de Pagos Internacionales (BIS), Lagarde ha dicho, refiriéndose a la reciente reforma de la estrategia de política monetaria: «Las facilidades de préstamo verdes no se contemplaron hace un año, pero no las voy a abandonar todavía».
Lagarde se ha referido a que Japón está probando esta herramienta y China también la está usando: «¿Por qué no deberíamos estar abiertos a ella?». Sabe que esto no está directamente previsto en el mandato del BCE, «pero si no lo intentas, no sabes si lo conseguirás», ha declarado. Lagarde ha comentado además que espera avanzar el próximo año en el proyecto de un «mecanismo de préstamo dirigido» para la inversión verde, basado en la experiencia de China y Japón. «Espero que no tengamos que discutir esto por mucho tiempo», ha aventurado.
El gobernador del Banco Popular de China (PBoC), Yi Gang, ha expuesto que el PBoC tiene una facilidad crediticia del 1,75% para alentar a los bancos comerciales a emitir préstamos ecológicos. El BCE ya decidió una nueva estrategia de política monetaria en 2021 y, al mismo tiempo, lanzó un plan de acción climática plurianual. En el futuro, el supervisor europeo quiere tener en cuenta el impacto climático al utilizar instrumentos de política monetaria, de manera que, si se dispone de instrumentos equivalentes, se debe utilizar el más respetuoso con el clima.
Además, el BCE, en su papel de supervisor bancario, comprobará si los institutos tienen suficientemente en cuenta los riesgos climáticos. Sin embargo, los bancos no parecen haberse tomado hasta ahora muy en serio esta política. En este mismo evento, Lagarde ha señalado que, según el test de estrés climático de 2021, la mitad de los bancos no tienen planes concretos para incluir los riesgos climáticos en su estrategia.
La presidenta del BCE considera que es necesario «avanzar en la armonización y homogeneización« de los actuales estándares de sostenibilidad en todo el mundo, «a pesar de las posturas de Estados Unidos y de Japón» y confía en que las reglas planeadas por el Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB) sirvan al menos de orientación y permitan la mayor convergencia posible. Asimismo, la presidenta del BCE ha subrayado la necesidad de establecer una cooperación entre el sector público y el sector privado, que permita financiar el desarrollo de tecnologías de cara a la transición verde, ya que alrededor de la mitad de las tecnologías necesarias para cumplir los objetivos de París «todavía no se han inventado».
Lagarde ha evitado referirse en esta conferencia a las próximas subidas de tipos de interés, en el mismo día en el que el servicio de estudios de Deutsche Bank ha publicado que sus economistas prevén que el BCE subirá su tipo de interés de referencia en medio punto porcentual en el tercer trimestre.
El índice bursátil alemán Dax había asumido previamente dos subidas de tipos de interés de un cuarto de punto cada una en julio y septiembre. Ahora, los economistas que rodean a Mark Wall esperan que uno de los pasos sea el doble de grande, probablemente el último. «La carga de la prueba se ha desplazado aún más, y los datos del verano ahora deben refutar el caso de un aumento de 50 puntos básicos al comienzo de este ciclo de ajuste», dice el informe, y añade que «creemos que el BCE sigue subestimando la inflación y esperamos que aumente el apoyo a un alza de 50 puntos básicos durante el verano«. Lagarde ha sugerido recientemente que todavía no habría consenso dentro del Consejo de Gobierno del BCE para una subida de medio punto, pero eso fue antes del dato de inflación de mayo en la zona del euro, que alcanzó un nuevo máximo de 8,1% en comparación con el mismo período del año pasado. La inflación se eleva así significativamente más que las previsiones de los economistas y es ya cuatro veces mayor que el valor que el banco central apunta para garantizar la estabilidad de precios.
Una subida de tipos de 50 puntos básicos estaría en línea con lo que hizo la Reserva Federal en EE.UU. el mes pasado. Los miembros del BCE de Austria, Letonia, los Países Bajos y Eslovaquia ya han discutido públicamente dicho aumento. «Un aumento de 50 puntos básicos enviaría la señal clara necesaria de que el BCE se toma en serio la lucha contra la inflación«, ha declarado a Bloomberg, por ejemplo, el consejero de Gobierno de Austria, Robert Holzmann: «Una señal clara de la tasa de interés también respaldaría la tasa de cambio del euro. El euro débil no está ayudando en el frente de la inflación». En contraste, el gobernador del banco central de Italia, Ignazio Visco, ha instado a la cautela y ha recordado que las alzas de tasas deben ser «ordenadas» para no poner en peligro la integridad de la zona euro.
