BBVA tiene en México un filón. No con pocos riesgos por la inestabilidad del país, pero un filón. Esta geografía es la que más aporta al beneficio del grupo; 777 millones de euros en el primer trimestre de 2022, y creciendo. Es por ello que la apuesta del banco por el territorio es firme y así lo transmiten cada vez que pueden.
Carlos Torres, presidente de la entidad, ha visitado México en los últimos días para mostrar su compromiso. «Estamos convencidos de que México es un gran país con enorme potencial y capacidad para aprovechar las oportunidades que surgen del nuevo orden mundial y la creciente regionalización, apalancándose en tendencias clave como la innovación y la sostenibilidad. Seguiremos contribuyendo al desarrollo de México, con el mejor banco del país y la labor de nuestras fundaciones», ha expresado en la Reunión Nacional de Consejeros Regionales (RNCR 2022) de BBVA México. En esta línea, el dirigente aludió al plan de inversión de la entidad en el país, de 63.000 millones de pesos (unos 3.000 millones de euros, a tipo de cambio actual) entre 2019 y 2024. «Hasta 2021 ya hemos invertido unos 1.400 millones de euros y este año esperamos invertir unos 620 millones de euros», ha puntualizado.
Esta visita coincide con el proceso de venta que abrió Citi para su filial de banca minorista de Banamex. Y en entrar en esa puja tiene intereses el BBVA para tratar de consolidar aún más su posición como primer banco del país.
Citi anunció hace algunos meses su intención de desprenderse de su banca minorista en México, operada a través de Banamex. Entonces salieron varios nombres a la palestra como posibles interesados, entre ellos los principales bancos del país: BBVA, Banco Santander y Banorte.
BBVA y Santander (este último ha notificado oficialmente su interés) se batirán en el país azteca por hacerse con Banamex. Aunque cada cual tiene su estrategia. El primero se limita a confirmar y reconfirmar su apuesta por el territorio; el segundo va más allá al dar alas a sus intenciones, aunque no a cualquier precio y de cualquier manera.
Sin embargo, ninguna de las dos entidades españolas tendrá fácil acometer la compra sin oposición. Esa oposición, además, viene del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Aunque este mantiene buena relación tanto con Torres como con Ana Botín, la realidad es que en los últimos meses se ha afanado en atacar a las empresas españolas.
AMLO llegó a acusar a las compañías españolas de haber abusado de México y haber «saqueado» el territorio. Se refería en particular a Iberdrola y Repsol, pero el mensaje caló en todo el tejido productivo nacional, que lo entendió como un ataque en su conjunto.
Poco tiempo después, este abril, Ana Botín visitó también el país y se reunió incluso con el dirigente mexicano. Aprovechó su viaje para reforzar su interés en ser un actor importante en el territorio porque lo cierto es que tanto el Santander como el BBVA ven en México una opción de futuro muy jugosa ya que la bancarización del país no ha hecho más que empezar y las posibilidades son enormes… sin desdeñar los riesgos de todo país emergente.
