Daniel Sánchez Bernal, el abogado sevillano que lucha contra los señalamientos tardíos, ha anunciado hoy su candidatura a decano del Colegio de Abogados de Sevilla (ICAS), para relevar en el cargo a Óscar Cisneros, quien después de 28 años en diferentes cargos de la institución considera que «ha finalizado ese ciclo» y no se presentará a la reelección.
Sánchez Bernal ha esperado a que saliera la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) sobre su demanda de amparo por tener que esperar más de tres años para un juicio, para no quitar el protagonismo a su cliente ni al resto de justiciables. El recurso ha sido estimado: Se ha vulnerado el derecho del recurrente a un proceso sin dilaciones indebidas (artículo 24.2 de la Constitución), ha sentenciado el TC. Un caso que también llevó al Parlamento Europeo, que admitió su queja.
Precisamente, ha sido el «escaso apoyo que recibió por parte del Colegio» en este asunto el que le ha llevado a dar este paso al frente para liderarlo, según declara a Confilegal. Quiere que los letrados de Sevilla se sientan amparados por su Colegio, cosa que él no ha sentido, «como tampoco otros compañeros», como le consta.
De hecho, está colegiado porque lo obliga la ley, la profesión es colegiada, no porque realmente se haya sentido amparado durante sus años de colegiación.
«Llegó un nuevo gran día… Me presento a decano del Ilustre Colegio de Abogados de Sevilla», ha anunciado hoy en Twitter. Quiere que el ICAS «sea de todos los abogados». «Estoy convencido de que entre todos podemos lograrlo y hacer historia en nuestro Colegio», manifiesta.
Él, personalmente, lamenta que su Colegio de abogados no le «haya apoyado desde el principio y tuviera que hacerlo a regañadientes tras haber sido requerido por el Defensor del Pueblo andaluz y estatal». «Aunque agradezco la respuesta tardía de mi Colegio, realmente me he sentido más arropado por otros Colegios del resto de España, como, por ejemplo, el Colegio de la Abogacía de Madrid, colegios de graduados sociales y de procuradores», explicó en su día a este diario este abogado, que agradece también «enormemente a los periodistas que han sido sensibles a esta denuncia y se han interesado por el tema».
Este letrado sostiene que «ante este mal endémico de los juicios tardíos no podemos quedarnos de brazos cruzados porque Justicia tardía no es Justicia». «Debemos implicarnos todos: Jueces, fiscales, abogados, procuradores, etc., porque de lo contrario esta situación se agravará más y al final los únicos perjudicados serán los justiciables», señala.
Las elecciones se celebrarán el próximo 24 de noviembre y también se ha postulado, de momento, Óscar Fernández León, socio director de Leonarte Abogados especialista en derecho inmobiliario y de la construcción, que ha sido sido diputado cuarto en la Junta de Gobierno saliente del ICAS y responsable de Formación del Colegio.
SUS CUATRO PILARES ELECTORALES: TRANSPARENCIA, IGUALDAD, TURNO DE OFICIO Y CONCILIACIÓN
Daniel Sánchez Bernal, de 42 años, lleva en la Abogacía más de una década, es un abogado multidisciplinar, y ha sido también funcionario interino en la administración de Justicia, como tramitador y gestor procesal, ejerciendo en el Juzgado de Instrucción número 6, cuando su titular era la magistrada Mercedes Alaya, instructora del caso ERE, en el Juzgado de lo Penal número 14, en el Juzgado Mixto número 1 de Lora del Río, en el servicio común de notificaciones y embargos y en el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 10.
Su mayor vocación en la vida es «luchar contra las injusticias». Transparencia, igualdad, turno de oficio y conciliación son sus cuatro pilares electorales.
Hace escasos minutos que presentado su candidatura y ya ha recibido el apoyo de numerosos compañeros, entre ellos el abogado Juan Gonzalo Ospina, quien también se presenta a decano del Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM).
Recientemente, Daniel Sánchez Bernal ha sido distinguido por la Orden al Mérito Humanitario de Andalucía con la Cruz de Oro, un galardón que esta asociación presidida por el letrado Juan José Zanca Ruiz concede anualmente a personas o instituciones que tengan a sus espaldas «una vida de entrega y servicio a las buenas causas» y la entrega de su tiempo y pecunio «para el servicio a los otros».
