• 09/05/2024 01:22

El precio de la energía, las Pymes y la Agenda 2030: los tres puntos clave del cambio climático. Por (*) María Mendiluce

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La comunidad empresarial ha realizado grandes esfuerzos por recuperarse de la pandemia del COVID-19, a la vez que lidia con la inflación y la interrupción de la cadena de suministro. Ahora uno de los retos más acuciantes es, sin duda, los costes de la energía. Y esto afecta, sobre todo, a más del 95% del tejido empresarial español, conformado por pymes, con menos recursos para hacerle frente.

Con recursos limitados para gestionar el aumento de los costes energéticos, las pymes se encuentran entre los grupos más vulnerables a la hora de afrontar la crisis energética mundial. Las pymes suelen tener una base de clientes local y operan con cadenas de suministro pequeñas, por lo que en momentos de interrupción de servicios, aumento de los costes o cambios en la demanda de los consumidores, tienen menos posibilidad de adaptarse.

A medida que aumentan las presiones de la crisis energética, las pymes pueden sentir la necesidad de priorizar otras cuestiones y relegar la inversión en sus planes de acción climática mientras se centran en las necesidades inmediatas. Sin embargo, esto sólo perpetúa un ciclo de inestabilidad. Adoptar medidas climáticas y cambiar a fuentes de energía limpias ayudará a las pymes a ser más resistentes y a capear crisis sistémicas similares en el futuro.

Es esencial que las empresas de todos los tamaños sigan invirtiendo en soluciones climáticas incluso en medio de la crisis. Sin embargo, no se debe esperar que las pymes hagan esta transición solas. Los gobiernos, las organizaciones climáticas y las empresas que dependen de las pymes para su actividad deben proporcionarles los recursos que necesitan para actuar.

Las emisiones relacionadas con la energía representan el 76% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Para mantener el objetivo de 1,5ºC debemos incorporar a las pymes en el recorrido hacia el objetivo cero, empezando por la transición hacia una energía limpia. Para las empresas, la transición hacia la energía limpia y la reducción de las emisiones ofrecen oportunidades para reducir costes, acceder a incentivos financieros, conseguir nuevos clientes y gestionar el riesgo empresarial. Abordar simultáneamente las crisis climática y energética aportará una mayor estabilidad económica, más puestos de trabajo y una mejor salud pública.

Para beneficiar a su negocio tanto a corto como a largo plazo, las pymes deben agilizar tres acciones clave. Por un lado, es necesario establecer objetivos netos para reducir las emisiones a la mitad en 2030 y tomar medidas inmediatas. Para ello, iniciativas como el PYMES Climate Hub reconocida por la campaña Race to Zero de Naciones Unidas, simplifican el proceso para las pequeñas empresas, con herramientas de cálculo de huella de carbono que desglosan las principales fuentes de emisiones, los recursos para reducir las mismas y herramientas que permiten medir el progreso de su reducción anual.

Por otro lado, una vez que las pymes se han fijado un objetivo, la mejor manera de reducir los costes y las emisiones es limitar los residuos en su origen. Desde el control de los residuos de materiales y el uso de materiales reciclables, hasta el apagado de los sistemas de calefacción y refrigeración cuando no se utilizan. Con estos cambios sencillos se obtiene un impacto financiero y climático sustancial.

Por último, limitar la dependencia de los combustibles fósiles. Esto incluye intervenciones menores, como el uso de envases sin plástico, planes de uso de la bicicleta en el trabajo o la subvención del uso del transporte público.

También hay diferentes formas en que las grandes empresas y los gobiernos pueden apoyar a las pymes a afrontar este reto energético como, por ejemplo, ayudando a facilitar el acceso a energía renovable a gran escala. Si una empresa puede acceder a energías renovables para alimentar sus propias operaciones, pero las empresas de su cadena de suministro y las fábricas siguen dependiendo de los combustibles fósiles, los objetivos climáticos tanto corporativos como nacionales quedarán fuera de su alcance. En Europa ya hay empresas como IKEA, por ejemplo, que ofrece a sus proveedores, pymes, apoyo para que adopten soluciones de energías renovables.

La coalición We Mean Business Coalition publicó recientemente un estudio sobre las oportunidades económicas que ofrecía la eliminación de los combustibles fósiles y establecer una política que acelere la transición hacia una energía más limpia. El estudio concluye que adoptar políticas hacia fuentes de energía más limpias puede suponer un ahorro de 2.000 dólares al año para una familia de cuatro miembros. Dado que las pequeñas empresas suelen tener tarifas similares a las de los hogares, estas políticas supondrán sin duda un ahorro para las pymes.

En definitiva, tanto las pymes, como las grandes empresas y los gobiernos, deben trabajar en una rápida transición a un sistema energético limpio, diversificado y fiable, ya que es la forma más rentable de construir comunidades más estables, reducir la volatilidad de los precios de la energía y reducir las emisiones. Dado que las empresas se enfrentarán a una mayor incertidumbre en los meses y años venideros, es imperativo dar prioridad a medidas que promuevan esto y hacer que las empresas de todos los tamaños se sumen a un futuro de cero emisiones. 

Aunque ya hay pymes que lideran esta transición, es importante que muchas más se sumen y que las grandes empresas y gobiernos lo apoyen, ya que corremos el riesgo de no alcanzar los objetivos climáticos globales y de continuar con un ciclo de volatilidad energética y climática que afecte a todas nuestras comunidades. Juntos, debemos defender que las pymes de todo el mundo dispongan de los recursos que necesitan para que sus negocios tengan éxito y sean sostenibles en el tiempo.

(*)  María Mendiluce es CEO de We Mean Business Coalition

Energy pricing, SMEs and the 2030 Agenda: the three key issues of climate change

The business community has been struggling for several years to recover from the COVID-19 pandemic, while dealing with inflation and supply chain disruption. Now one of the most pressing challenges is undoubtedly energy costs. And this affects, above all, more than 95% of the Spanish business fabric, made up of SMEs, with fewer resources to cope. 

With limited resources to manage rising energy costs, SMEs are among the most vulnerable groups when it comes to facing the global energy crisis. SMEs tend to have a local customer base and operate with small supply chains, so in times of disruption, rising costs or changes in consumer demand, they are less able to pivot.

As the pressures of the energy crisis increase, SMEs may be tempted to de-prioritize investment in their climate action plans while focusing on immediate needs. However, this only perpetuates a cycle of instability. Taking climate action and switching to clean energy sources will help SMEs become more resilient and weather similar systemic crises in the future.

It is essential that companies of all sizes continue to invest in climate solutions even in the midst of the crisis. However, SMEs should not be expected to make this transition alone. Governments, climate organizations and companies that rely on SMEs for their business must provide them with the resources they need to act.

Energy-related emissions account for 76% of global greenhouse gas emissions. To maintain the 1.5°C target, we must involve SMEs in the journey towards zero, starting with the transition to clean energy. For businesses, the clean energy transition and emissions reductions offer opportunities to reduce costs, access financial incentives, win new customers and manage business risk. Addressing the climate and energy crises simultaneously will bring greater economic stability, more jobs and improved public health.

To benefit their business in both the short and long term, SMEs need to streamline three key actions. On the one hand, they need to set net targets to cut emissions in half by 2030 and take immediate action. To this end, initiatives such as the UN-promoted SME Climate Hub simplify the process for small businesses, with tools that break down the sources of emissions, the resources to reduce them and reporting tools to measure annual reductions.

On the other hand, once SMEs have set a target, the best way to reduce costs and emissions is to limit waste at source. From controlling material waste and using recyclable materials, to turning off heating and cooling systems when not in use. These simple changes have a substantial financial and climate impact.

Finally, limit dependence on fossil fuels. This includes minor interventions such as using plastic- free packaging, cycling to work schemes or subsidizing the use of public transport. 

There are also different ways in which large companies and governments can support SMEs in meeting this energy challenge, such as helping to facilitate access to renewable energy on a large scale. If a company can access renewable energy to power its own operations, but companies in its supply chain and factories remain dependent on fossil fuels, both corporate and national climate targets will be out of reach. In Europe, companies such as IKEA, for example, are already offering their suppliers, SMEs, support to adopt renewable energy solutions. 

The We Mean Business coalition recently published a study on the economic opportunities offered by phasing out fossil fuels and establishing a policy that accelerates the transition to cleaner energy. The study concludes that adopting policies toward cleaner energy sources can save a family of four $2,000 per year. Given that small businesses tend to have similar rates to households, these policies will undoubtedly result in savings for SMEs.

Ultimately, SMEs, large companies and governments alike must work towards a rapid transition to a clean, diversified and reliable energy system, as this is the most cost-effective way to build more stable communities, reduce energy price volatility and reduce emissions. As businesses will face greater uncertainty in the months and years ahead, it is imperative to prioritize measures that promote this and get businesses of all sizes on board for a zero-emissions future.

While there are already SMEs leading this transition, it is important that many more come on board and that large companies and governments support it, as we risk missing global climate targets and continuing a cycle of energy and climate volatility that affects all our communities. Together, we must advocate for SMEs around the world to have the resources they need to succeed.

Creadores de Opinión Verde #CDO es un blog colectivo coordinado por Arturo Larena, director de Medio Ambiente y Ciencia en EFEnoticias y  EFEverde

Esta tribuna puede reproducirse libremente citando a sus autores y a EFEverde

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