El presidente de China, Xi Jinping, y el gobernador de Texas, Greg Abbott, solo tienen una cosa en común: su relación con Elon Musk, el consejero delegado de Tesla. El Estado norteamericano se ha portado bien con el fabricante de coches eléctricos, al igual que lo ha hecho la República Popular. Musk, que también se ha lanzado a por la popular red social Twitter, probablemente siga siendo un amigo solícito de ambos.