Hacer de la necesidad virtud. Esa es la inspiración que está impulsando la creación de nuevos ecosistemas empresariales innovadores en colaboración con centros tecnológicos en diferentes zonas geográficas del país. Un claro ejemplo de este espíritu es el proyecto Osasunberri, un consorcio de 27 entidades vascas y navarras que trabajan en colaboración y ponen su conocimiento y experiencia al servicio de un interés común: reforzar la industria de la salud de kilómetro cero, así como el sistema asistencial sanitario, para hacer frente a futuras situaciones de dificultad que puedan sobrevenir como ha ocurrido durante los meses más duros de la pandemia.
Diecisiete empresas, dos asociaciones sectoriales, nueve hospitales y tres entidades científico-técnicas suman esfuerzos para intentar encontrar soluciones viables y competitivas en diferentes ámbitos de la industria de la salud: desde la investigación y el desarrollo tecnológico a la fabricación de distintos productos que pueden ser necesarios en cualquier momento crítico, reduciendo así la dependencia de terceros países como ocurrió durante el confinamiento del año 2020.Y todo, estando unas cerca de otras.
Proximidad
En aquellos meses tan duros de hace dos años, «cuando las mascarillas, los test, los respiradores y toda la maquinaria para fabricarlos venía de China, nos dimos cuenta que para hacer frente a esa situación estábamos colaborando con muchas empresas de nuestro entorno. Había que aprovechar esa oportunidad para fortalecer la industria de la salud de kilómetro cero», recuerda Asier Albizu, coordinador de Osasunberri y director general de Bioland, una de las empresas que forma parte de este consorcio.
A partir de aquella idea nació en agosto de 2020 Osasuntest, con diez empresas y dos centros de I+D (Tecnalia y CIC Biogune). «Colaborando entre todos hemos podido desarrollar la capacidad investigadora e industrial para fabricar cualquier tipo de test de diagnóstico de forma rápida ante otra futura Covid», cuenta Albizu.
El proyecto ya permite fabricar test de diagnóstico de foroma rápia ante otra futura Covid
Por ejemplo, desarrollan toda la cadena de valor de los test de antígenos para tener a disposición inmediata. Así lo explica Albizu: «Para este producto se necesitan máquinas de ensamblado y cierre de los componentes del test. Esta parte industrial la desarrolla la empresa guipuzcoana Lazpiur. Las carcasas de plástico del test, que llevan dentro la tira de papel, las fabrica Larrañaga Plástico, también en Guipúzcoa. El diseño industrial de todos estos materiales es de Dhemen Desing, ubicada en la misma provincia. Y para no cometer ninguna irregularidad en aspectos de propiedad industrial (ya que los chinos patentaron todo lo que pudieron durante la primera etapa de la pandemia), tenemos la agencia guipuzcoana Galbaian. La consultora de Vizcaya C4e Consulting se ocupa de hacer análisis y prospectiva de mercado para detectar cualquier alerta ante otra pandemia que se produzca».
A partir de esta primera iniciativa se fueron sumando empresas y otras entidades. Y se han creado tres nuevas líneas de actuación como Osasuntherapy, que se centrará en el desarrollo e investigación de terapias de prevención y curación. Osasunassitance, una iniciativa en colaboración con nueve hospitales que aportarán ensayos clínicos, acceso a muestras… «Necesitamos tener muestras, hacer validaciones… para sacar nuevos productos al mercado», explica Albizu. Y, por último, Osasunconnect, una línea de actuación que agrupa todo aquello intangible: «Diseños industriales, digitalización, certificaciones, propiedad intelectual…», concreta Albizu.
Impacto
El proyecto global cuenta con un presupuesto de 142 millones de euros en cuatro años para desarrollar I+D+i y arrastra inversiones productivas por 400 millones de euros. Se prevé que generará 296 empleos, se invertirán cien millones de euros en nuevas infraestructuras y otros 42 en I+D. El objetivo es que la facturación de las empresas particpantes en este proyeto colaborativo se incremente en un 20%.
Osasunberri figura entre los proyectos prioritarios del Plan de Inversiones Estratégicas de Euskadi 2022-2024, por el que el Gobierno vasco adjudicará cinco millones de euros a esta iniciativa para financiar infraestructuras de I+D+i.
