Los oligarcas rusos han encontrado un punto ciego en el sistema que les permite saltarse las sanciones sin el temor a que caiga la ley sobre ellos. La hawala en realidad es un método que ya se usaba en el siglo VIII en la Ruta de la Seda, antes de la existencia de la banca tradicional. Covadonga Mallada, profesora de derecho financiero y tributario de la Universidad de Valladolid, especifica que «forma parte de los sistemas TIF, que son los sistemas de transferencia informal de fondos. Opera fuera de los sistemas financieros nacionales. Otra característica es que no hay movimiento ni físico (no se lleva el dinero de un país a otro), ni electrónico de esos fondos. Así se consigue burlar todos los sistemas de detección».
La operación se basa en reservas de dinero en las oficinas de los hawaladars o intermediarios, que usan como tapaderas, apunta Mallada, casas de cambio, tiendas de móviles, de compra-venta de oro o alquiler de coches. Cuando un hawaladar contacta a otro se genera una deuda que más tarde compensará con otra operación, manteniendo los saldos positivos. No deja un rastro en la red, lo que lo convierte en un método prácticamente indetectable. Es la contrapartida a un mundo hipertecnológico.
Mallada señala que «la normativa de prevención de blanqueo de capitales y de financiación del terrorismo investiga notarios, abogados, entidades fianancieras, corredores de seguros, financiadores, inmobiliarias, pero este sistema está fuera del alcance de cualquier sujeto obligado. Es el sistema perfecto para el lavado de dinero, por eso los terroristas o la yakuza japonesa usan mucho la hawala». Mallada detalla que llegó a entrevistarse con la Guardia Civil española: «Me confirmaron lo complejo que es dar con las personas que mueven el dinero de esta manera. Además es difícil probarlo y cuando se da con un caso es colateralmente, investigando a un sospechoso por otro posible delito».
Su uso está extendido en el Cuerno de África, el sur de Asia, Golfo Pérsico y el mundo oriental, en general. De esta forma los clientes eluden tener que dar sus datos personales y comisiones bancarias que pueden ascender por operaciones internacionales al 20%. La ventaja de la hawala es que es rápida y barata, ya que el hawaladar cobra una comisión menor y es de confianza. Los ataques del 11-S volvieron a poner bajo el foco este método con el que Al Qaeda movía treinta millones de dólares anuales. En el Cuerno de África los traficantes de armas o de marfil mueven millones con la hawala, Otro caso es el de Afganistán, donde el tráfico de opio genera 2.700 millones dólares.
Se llegó a arrestar a un individuo en Madrid que usaba la hawala para financiar el terrosimo de Dáesh en Europa. En 2015 se descubrió una red de hawala en España que operaba en tiendas de comestibles, locutorios y carnicerías. Y ahora el departamento de justicia de EE.UU. ha reunido un grupo de trabajo, KleptoCapture, que se dedica a aplicar las sanciones y mirar con lupa a los que pretenden socavar las restricciones. Mallada considera que su uso se multiplicará en torno a Rusia, y en su trabajo ‘La financiación del terrorismo desde la perspectivade las nuevas tecnologías’ especifica que «la red de hawala en España tiene oficinas ilegales en Barcelona, Tarragona, Lérida, Valencia, Madrid, Logroño, León, Jaén y Almería».
La otra cara
Sin embargo, el uso de la hawala no se limita a actos delictivos, también puede usarse en acciones legítimas. Tiene una importancia fundamental en países en guerra para mover dinero humanitario o para sobrevivir en los campos de refugiados. Llegó hacerse un uso activo de la hawala durante el tsunami en el Océano índico. Gracias a los hawaladars se consiguió 1,5 millones de dólares para ayudar en la catástrofe.
También se utiliza para las remesas que envían los migrantes desde países desarrollados, que optan por la hawala, porque tal como apunta Mallada el sistema bancario de su país de origen está poco desarrollado o no les genera confianza, debido a la corrupción subyacente en su país. De hecho, estas remesas pueden ser un motor para derrocar las dictaduras. Esta es la tesis del libro ‘Migration and Democracy: How Remittances Undermine Dictatorships’, donde se sostiene que estas remesas descentralizadas financian la acción política alternativa a los partidos oficiales. El problema de la hawala es que es difícil distinguir entre movimientos legítimos de los delictivos. Y ahora, los oligarcas abusan de esta posbilidad para quedar indemnes.
