Una media de 66 horas de trabajo semanales sin remuneración del tiempo extra dedicado, un salario inferior a sus compañeros masculinos con menos responsabilidad y el acoso continuado por parte de sus superiores. Esta era la dinámica de trabajo que ha sufrido durante años una empleada de la compañía Nike, una situación agravada sobre todo después de su incorporación tras su segunda baja por maternidad.
El próximo 3 de mayo, Nike se enfrenta en España, y concretamente ante el Juzgado Social 2 de Barcelona, a una nueva denuncia por discriminación de género y desamparo ante situaciones de acoso laboral.
Imposibilidad de conciliar
Según el relato de la denunciante, el nivel de trabajo y la exigencia era abrumador. Como ejemplo, en 2021 fue ascendida y durante 6 meses estuvo obligada a desempeñar su nuevo puesto de Senior Retail Director Nike Stores South League (con responsabilidad sobre los mercados de España, Portugal, Italia y Grecia) y su anterior cargo como Senior Retail Director Nike Stores East League (con Rusia, Turquía, Israel y Sud-Africa). Durante ese tiempo, la denunciante asumió la responsabilidad de todas las tiendas Nike en 8 países, con unas ventas anules de 1.000.000.000 dólares y más de 3.000 empleados. Ante esta situación, sus jornadas laborales no tenían fin, acumulando una media de 26 horas extras semanales que no le eran retribuidas y que le impedían poder compatibilizar su vida personal y profesional, a pesar de que acababa de incorporarse de su baja maternal y de tener dos niños muy pequeños.
Maltrato laboral
Luis López, socio de Sammos Legal, defensa de la demandante comenta “el maltrato constante que la directiva recibió por parte de sus superiores, humillándola ante el equipo en diferentes ocasiones e infravalorando su trabajo, a pesar de sus esfuerzos, una actitud que fue afectando a su confianza como profesional y la llevaron a requerir de tratamiento psicológico especializado”.
De todos modos, antes de acudir a los juzgados, la empleada activó la vía de resolución de conflictos interna de la compañía denunciando a su superior e informando de la situación. El informe realizado por el departamento de Recursos Humanos constató la veracidad de los hechos comunicados y limitándose concluir: “se confirma que la carga de trabajo era demasiado alta para los niveles esperados, que la capacidad de la manager para organizar dicha carga de trabajo no solo no ayudaba, sino que incluso la ha empeorado con una mala priorización del trabajo a desempeñar”.
A pesar de reconocer los hechos, la propia compañía le traslada a la afectada que no está en condiciones de adoptar medidas afectivas para tratar de paliar esta situación, especialmente grave considerando que Nike siempre ha hecho gala de ser un entorno de trabajo responsable, motivador y comprometido con la salud y el bienestar de todos los equipos.
Según relata la demanda y atendiendo a la jurisprudencia, la actitud de la empresa debería calificarse “como falta muy grave”, teniendo en cuenta “las decisiones unilaterales de la empresa adversas en materias de retribución, jornada, formación, promoción y demás condiciones del trabajo incluido el incumplimiento de las normas de prevención de riesgos y salud laboral”, lo que podría constituir una multa que puede oscilar entre los 120.006 euros a 225.018 euros.
La demandante solicita esta indemnización “para la reparación de las consecuencias derivadas de la acción empresarial, vulneradora del derecho fundamental a la conciliación laboral y familiar, y a la integridad recogido en el artículo 15 de la CE”.
Por último, también reclama el pago correspondiente a las horas extras realizadas y acusa a la empresa de no realizar el obligado registro de las horas trabajadas, precisamente, para poder mantener la situación actual de alegalidad de parte de la plantilla. En la demanda se valora este importe en 115.000 euros.
Esta demanda convive con la gran demanda por discriminación de género activada a finales del pasado 2022 actualmente en curso en Estados Unidos y pone nuevamente encima de la mesa situaciones laborales de discriminación de género y acoso a las que la compañía vienen teniendo que hacer frente desde 2018 y que llevó al despido de 11 ejecutivos de la matriz americana ese año y su falta de voluntad por resolverlas, evidenciando un problema sistémico en la gestión de la igualdad efectiva.
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