Desde Santiago de Chile entrevistamos al abogado Ariel Wolfenson Rivas, uno de los abogados y empresarios legales más destacados de dicho país, a efectos de conocer más sobre el derecho en el sur del mundo y también sobre su historia de éxito como socio director de Wolfenson Abogados.
Ariel Wolfenson Rivas
Pregunta: Sr. Wolfenson, ¿Podría comentarnos como era su historia antes de que le viéramos litigando en Tribunales de Justicia y atendiendo clientes de todo el mundo?
Respuesta: Es muy interesante pensar en la fugacidad de la vida ante dicha pregunta, lo cierto es que nací en la ciudad de Antofagasta, en el desierto más árido del mundo ubicado al extremo norte de Chile, donde las estrellas son más brillantes, el mar más espumoso y las montañas más inhóspitas.
Me crie en una familia muy unida, mi padre es oftalmólogo y mi madre es matrona y periodista. Soy el cuarto hijo de cinco hermanos, todos siguieron el camino de la medicina, mientras yo he sido el único que se ha dedicado su vida al derecho. Quizás por influencia de mis abuelos, mi abuelo judío, y mi abuela, una de las primeras abogadas del país.
P: Una tradición de familia, ¿Cómo influyó la historia de su abuelo en su vida profesional?
R: Como una fuente de inspiración sin duda, mi abuelo Raúl Wolfenson Faberman, descendiente de judíos asquenazí llegados en barco, desde el este de Europa hasta el sur de América, en búsqueda de un mejor futuro, siempre generó en mi persona una pasión por la excelencia, pero también por la aventura, una obsesión por hacer las cosas de una manera superior, en todo aquello en que ponga mi mente y esfuerzo.
Con dolor, mi abuelo me dejó a temprana edad pero como se dice en buen chileno, “lo que se hereda no se hurta”.
P: No muchas veces se escucha un apellido como el suyo. ¿Cuál es su origen?
R: Es un apellido judío, los padres de mi abuelo Raúl vivían en la frontera de Ucrania con Rusia, en aquellos tiempos donde dicho territorio se conocía como la Besarabia.
Sin embargo, tengo entendido que Wolfenson es judío asquenazi, los cuales fueron los apellidos que nacieron a partir de la mezcla entre dicho pueblo y los alemanes. Mis bisabuelos se dedicaban al rubro de las pieles en Europa.
Además, hay un pueblo alemán de nombre “Wolfen”, por lo cual asumo me convertiría en hijo de dicho pueblo, o hijo del Lobo.
P: Además del derecho, ¿Qué hace Ariel Wolfenson en su tiempo libre?
Es una gran pregunta, el tiempo para quienes tienen gran responsabilidad sobre sus hombros es siempre escaso, sin embargo, mi familia me incentivó desde temprana edad el amor por la lectura y el arte.
No soy muy talentoso en la pintura, pero me encantan los museos, de adolescente escribí algunos libros, participaba en grupos de teatro, y pude dominar el piano, la guitarra, y la voz. Lo cual me parece que complementó mis habilidades para generar un impacto positivo y a gran escala como abogado.
Además, me encantan los automóviles veloces, los yates, y en general cualquier vehículo que nos permita sentirnos libres y fugaces. En definitiva, como es precisamente la vida, al menos en las democracias desarrolladas.
P: ¿Nos podría comentar cómo nació Wolfenson Abogados? ¿Es cierto que actualmente es el estudio jurídico líder en Chile?
R: La firma Wolfenson fue un sueño personal que se hace realidad todos los días. Cuando inicié con el proyecto muchas personas dudaban –imagino por lo titánica de la tarea- pero mis cercanos conocían de mi obstinación y certificaron su éxito.
En este caso, la tarea no era menor, convertirse en uno de los mejores estudios de abogados de la región. Y creo que lo hemos logrado, pero el desafío por la excelencia reinicia cada día y con cada cliente.
Actualmente conformamos un equipo de abogados con especialidades en todas las áreas del derecho, y brindamos servicios legales directa e indirectamente en los cinco continentes.
P: ¿Es Ariel Wolfenson el mejor abogado del país? ¿Cuál es su secreto?
R: Sí, y no hay secretos más que el trabajo duro y disciplinado.
El primer, y único paso para convertirte en el mejor abogado de Chile y Latinoamérica es comenzar a sentir y respirar el derecho como un destino vital, brindar un servicio jurídico superior enfocado en la experiencia del cliente.
Conocer la ley es el comienzo, después viene lo más complejo, el cómo hacer sentir a ese cliente y la contención psíquica que otorgas a cada caso. Saber expresarse de manera adecuada, transmitir información y empatizar con las emociones de las personas. Porque detrás de las empresas, no importa si son locales o multinacionales, siempre hay personas que sienten y vibran con el negocio.
Finalmente, es importante mantenerse actualizados, para lo cual los dos máster en derecho de la empresa y derecho público que he cursado en la Pontificia Universidad Católica de Chile y Universidad Diego Portales me han brindado herramientas legales enriquecedoras. Próximamente espero iniciar mi doctorado en la Universidad Católica, paralelamente la Universidad de Harvard en Estados Unidos me ha propuesto cursar una nueva maestría en negociación internacional.
P: Su país ha vivido procesos constituyentes en los últimos años. ¿Cómo observa el derecho en Chile?
R: Me parece que, Chile es un país históricamente ordenado y serio, pero los últimos años hemos mostrado un rostro diferente, irreconocible para la tradición jurídica que nos caracteriza.
Especialmente estimo, por el populismo flamante de partidos de escasos valores republicanos. La democracia debe cuidarse y la institucionalidad también, por cuanto es el pilar del estado de derecho en todo el mundo.
Sin perjuicio de ello, me inclino a pensar que la ciudadanía está observando poco a poco que el camino más adecuado no es tirar por la borda todo el progreso por el que se le ha reconocido a Chile las últimas décadas, sino que esforzarnos por acercar la Ley y el derecho a las personas de una forma didáctica, enfatizando que los cambios legales son graduales y no generan transformaciones de la noche a la mañana.
P: ¿Cree que la nueva Constitución será la respuesta para calmar las aguas turbulentas en Chile?
R: Considero que, la nueva Constitución es un proceso válido de reflexión sobre el país que queremos construir, sin embargo, las formas en que se ha desarrollado dicho proceso son muy lamentables. Y como abogados sabemos que las formas son tan importantes como el fondo del asunto.
En definitiva, y además de lo anterior, la respuesta a mejorar la calidad de vida de los chilenos se encuentra en menor medida en la Carta Magna, en mayor en la economía, y tanto en la seriedad como en las habilidades comunicativas de nuestros líderes políticos dirigidas al país y al mundo.
P: ¿Cuáles son las próximas metas del estudio jurídico Wolfenson?
R: La principal es continuar con la búsqueda incansable por el servicio jurídico de calidad superior, tanto a nivel nacional como internacional. Seguir creciendo pero sin descuidar el orden y la organización interna, especialmente aquella que involucre a la experiencia del cliente.
Además, tenemos planes de aperturar oficinas en Estados Unidos para el año 2024. Específicamente en Miami y Nueva York, es un país maravilloso. No por nada fue elegido por Lionel Messi como nueva casa, este año.
P: Y hablando de ello. ¿Messi o Cristiano Ronaldo?
R: CR7. Ha sido una gran inspiración de pasión, perseverancia y visión en mi vida.
P: Y para concluir: En una frase. ¿Quién es el abogado Ariel Wolfenson?
R: El mejor abogado de Chile.
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