• 30/06/2024 18:21

Una cadena alimentaria creadora de valor. Por (*) Tomás García Azcarate, Instituto de Economía, Geografía y Demografía (IEGD-CSIC)

Tiempo estimado de lectura: 4 minutos, 4 segundos

Por Tomás García Azcarate, Vicedirector del instituto de Economía, Geografía y Demografía (IEGD-CSIC)

En un anterior artículo1, recordé el cuento del escorpión que se ahoga al cruzar el río picando a la rana que le estaba ayudando. Califiqué a la cadena alimentaria de “cadena de escorpiones”. La gran mayoría de los consumidores corresponden a un escorpión que quiere comprar bueno, bonito y barato. La subida de la cuota de mercado de las marcas del distribuidor en detrimento de las marcas del fabricante s buena muestra de ello. Los distribuidores son otro escorpión. Quieren comprar barato y vender lo más caro posible aunque la competencia feroz que existe entre ellos por las cuotas de mercado limita su capacidad por hacerlo. Es un negocio de volúmenes y de rotación. La industria alimentaria, eslabón indispensable para la comercialización de muchos productos agrarios, es otro escorpión, intentando también comprar barato y vender lo más caro posible, aunque están confrontado al potente muro de la distribución. Los agricultores, intentando vender lo más caro posible son también escorpiones, pero en regla general, los más pequeños y los que más sufren del desequilibrio del poder negociador dentro de la cadena.

Pero, con el paso de tiempo, me he convencido de que hay otra imagen que permite explicar mejor como funciona la cadena, y es la del Doctor Jekyll y el señor Hyde. Tomados uno por uno, todos los actores te dicen estar convencidos de la necesidad de que colaboren todos los eslabones para conseguir una cadena creadora de valor y una distribución equilibrada de este valor entre todos, para avanzar hacia una cadena más sostenible. Pero luego, en una repetición del dilema del prisionero, los comportamientos no se corresponden plenamente a estas buenas intenciones.

Distintos instrumentos disponibles

Por lo pronto, ya existen distintos instrumentos disponibles. Sin pretender ser exhaustivos, vamos a apuntar algunos de ellos.

Desde el ámbito de la producción, existen formas de apoyo a las cooperativas y las organizaciones comerciales de productores, las Asociaciones de Organizaciones de Productores, (AOPs) como instrumentos para crear valor y mejorar su posición negociadora con el resto de los actores de la cadena. Para ello, se debe consolidar y ampliar la excepción agrícola a la ley de competencia inscrita en los Tratados europeos desde sus inicios. Les guste o no a los ayatolás del derecho de la competencia, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha consolidado esta excepción no sólo para las OPS comerciales sino también para sus AOP, incluso si no son comerciales, incluso si son de gobernanza.

Los OPs comerciales (la distinción es jurídicamente de gran importancia) pueden encomendar a sus AOP las funciones que consideren apropiadas. En particular, la tarea de “adaptar en cantidad y calidad la oferta a la demanda” puede ser llevada a cabo de manera más efectiva, eficaz y eficiente (incluso para los fondos públicos) por una AOP que por una OP en solitario.

Las interprofesiones son otra figura útil, que permite el dialogo entre distintos actores para temas de interés común, desde la elaboración de contratos- tipo a la realización de campañas de promoción, pasando por (entre otros) realizar estudios de interés general o elaborar índices de precios. Desgraciadamente, a diferencia de lo que acontece en Francia, nuestras interprofesiones son “cortas”, es decir no incluyen a la distribución comercial.

Tenemos una ley de la cadena, no exenta de problemas pero que sirve de referencia en los debates europeos actuales sobre el tema. Tenemos ya cierta experiencia en su aplicación, el Ministro de Agricultura ya ha anunciado su decisión de reforzarla para aumentar las inspecciones relativas a su cumplimiento y el Pleno del Congreso ha aprobado la toma en consideración de una Proposición de Ley en el mismo sentido. Sería muy útil un debate ponderado, en el que participe y se escucha a todos, sobre sus resultados y las mejoras que se pudieran ir aportando, tanto a nivel del Estado español como de la unión Europea.

Tenemos una Agencia de Información de la Cadena Alimentaria (AICA). El Ministro de Agricultura ha anunciado también que quiere elevar su rango, para transformarla en una agencia estatal con mayor estructura para reforzar el control de la cadena alimentaria.

Tanto a nivel de la Comisión Europea como del Estado y de muchas Comunidades Autónomas, se han puesto en marcha distintos observatorios de los precios y los mercados, con la voluntad de mejorar la información disponible para los actores económicos y la transparencia de los mercados.

También existe un código de Buenas Prácticas Mercantiles en la Contratación Alimentaria a nivel de Estado. A el se han adherido las asociaciones representativas de los agricultores, las cooperativas, las industrias y la distribución alimentaria y numerosas empresas. Iniciativas similares existen en algunas Comunidades Autónomas.

Dialogo y compromisos reales

Sin reglas, una lógica económica despiadada lleva a la destrucción de valor. Pero estas reglas deben ser lo suficientemente flexibles como para respetar tanto la necesaria competencia entre los actores, indispensable para mantener el dinamismo de la economía, como el marco jurídico de las relaciones comerciales privadas. Como se puede ver, el tema no es sencillo y solo cabe avanzar (y regular) con prudencia, dialogo y en búsqueda del máximo consenso.

El dialogo y el compromiso activo de todos los actores de la cadena es aún mas apremiante si tenemos en cuenta la inevitable adaptación, y mitigación del, cambio climático. Esta tarea tiene que ser obra de todos, desde los actores económicos a los consumidores, desde las Administraciones a los contribuyentes.

Este dialogo ha empezado a nivel europeo con el Dialogo estructurado sobre el futuro de la agricultura en la UE convocado por la Presidente Van der Leyen; debería como ya hemos señalado desarrollarse en las Cortes españolas cuando se aborde la reforma de la ley de la cadena alimentaria pero incumbe a toda la sociedad.

El próximo 27 de junio, en la Fundación Giner de los Ríos, se celebrará el segundo Encuentro español de la Alimentación Sostenible, promovido por la Fundación Daniel y Nina Carasso. En coherencia con lo que acabamos de describir, el evento reserva una de sus mesas redondas para abordar, con distintos actores, el cómo avanzar hacia una cadena alimentaria que contribuya a un sistema alimentario más justo.

Mi experiencia del Primer encuentro es que el debate con la sala, el consiguiente intercambio de opiniones, han resultado tan interesante, e incluso a veces más, que las intervenciones iniciales de los ponentes. Por esto quiero terminar esta contribución invitándoles a participar activamente en esta segunda Edición, no solo con su presencia sino también con sus opiniones.

Tomás García Azcarate,

1 https://www.plataformatierra.es/comunidad/las-pildoras-de-la-pac/escorpiones-mercadona-plazos

(*) Tomás García Azcarate, es vicedirector del instituto de Economía, Geografía y Demografía (IEGD-CSIC)

 

Creadores de Opinión Verde #CDO es un blog colectivo coordinado por Arturo Larena, director de EFEverde

Esta tribuna puede reproducirse libremente citando a sus autores y a EFEverde.

Otras tribunas de Creadores de Opinión Verde (#CDO)

 

Este blog de «influencers verdes» ha sido finalista en los Premios Orange de Periodismo y Sostenibilidad 2023 en la categoría de «nuevos formatos».

La entrada Una cadena alimentaria creadora de valor. Por (*) Tomás García Azcarate, Instituto de Economía, Geografía y Demografía (IEGD-CSIC) se publicó primero en EFEverde.


Artículo de Arturo Larena publicado en https://efeverde.com/una-cadena-alimentaria-creadora-de-valor-tomas-garcia-azcarate-vicedirector-del-instituto-de-economia-geografia-y-demografia-iegd-csic-en-un-anterior-articulo1-recorde-el-cuento-del-escorpion-que/