
El BID ayudará a los países a diseñar esos bonos mediante la definición de unos indicadores que les permitan salir a los mercados financieros a conseguir recursos.
«Es una manera de apalancar recursos del sector privado amarrados a que los países alcancen unos objetivos para mejorar la resiliencia», señaló Ibáñez.
La iniciativa busca igualmente el apoyo del sector privado para aportar innovaciones tecnológicas que mejoren la capacidad de preparación y respuesta, participar en alianzas estratégicas con sector público y organismos internacionales y codiseñar soluciones financieras para rebajar costos.
‘Preparados y resilientes en las Américas’ incide también en la importancia de la información sobre riesgos y en las herramientas de análisis.
«Para el manejo de desastres naturales es muy importante tener datos, datos que permitan a los gobiernos tomar decisiones de priorizacion de inversiones», sostiene la economista.
El BID pretende con este programa complementar todo lo ya existente en la región al respecto.
La organización, fundada en 1959, recuerda que lleva décadas aplicando un enfoque «proactivo» a la gestión del riesgo. En los últimos diez años ha aprobado unos 1.100 millones de dólares en programas de gestión del riesgo de desastres y ha otorgado cobertura frente a desastres a 14 países mediante préstamos contingentes por unos 4.000 millones. EFE