• 18/05/2024 12:34

Dejemos de soslayar el cambio climático. Por (*) Coline Pavot

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El 2 de septiembre de 2002, el entonces presidente de la República de Francia, Jacques Chirac, dirigiéndose a la sesión plenaria de la Tercera Cumbre de la Tierra en Johannesburgo, pronunciaba estas palabras: «Nuestra casa está en llamas y estamos mirando hacia otro lado. No podremos decir que no lo sabíamos». Transcurridas dos décadas de un discurso que resuena cada vez más en la opinión pública, ¿estamos dispuestos a seguir viviendo como si no pasara nada, a pesar de que se multiplican las evidencias del cambio climático?

Esta pregunta refleja una disonancia cognitiva, responsable de nuestra tibieza ante el cambio climático y presente en todos los niveles de la sociedad.

Hablemos sobre la inacción colectiva frente a este problema.

¿Por qué no pasamos a la acción?

La Universidad de Cambridge1 ha determinado las 12 excusas más comunes para justificar la pasividad ante el cambio climático.

Entre ellas, muchos ciudadanos aducen una responsabilidad mucho mayor de otros actores —como los países, los Estados y las empresas— para no pasar a la acción, minimizando su impacto individual.

Sin embargo, cada ciudadano tiene en sus manos una parte de la solución.

La consultora Carbone 42 estima que, adoptando una docena de hábitos sostenibles, que van desde la compra de una botella reutilizable hasta una dieta vegetariana, cada ciudadano podría reducir un 25 % su huella de carbono.

Esta cifra dista mucho de ser insignificante si tenemos en cuenta que cada tonelada menos de CO2 en la atmósfera cuenta y que cada español emite 5,5 toneladas anuales3.

Más allá de las medidas que se puedan adoptar en la vida cotidiana, el poder de los ciudadanos es incluso mayor si actúan como consumidores activos para instar a las empresas a acelerar su transición y trasladar estas preocupaciones a las urnas.

El poder de las empresas

Muchas empresas también rehúyen el problema. ¿Cuál es su argumento habitual? Que deben ofrecer sus servicios tanto a los consumidores comprometidos como a los que no consideran los retos climáticos una preocupación de primer orden.

¿Se trata realmente de la estrategia adecuada, pese a que los últimos informes del GIECC concluyen que el coste de la inacción climática será muy superior al de la acción, y que se estima que podría alcanzar hasta el 30 % del PIB mundial4?

Las empresas han demostrado desde hace tiempo su capacidad para crear nuevas necesidades, por lo que ahora deben emplear su poder de innovación para ofrecer bienes y servicios que contribuyan positivamente a la lucha contra el cambio climático, involucrando también al consumidor final.

¿Y cuál es el papel de los Estados en todo este asunto?

Otro actor clave en la lucha contra el cambio climático son los Estados.

Algunos expertos han criticado la incapacidad de estos para frenar el impacto medioambiental que generan.

Sin embargo, la historia ha demostrado que una acción contundente y coordinada de los países podría cambiar el curso de los acontecimientos.

Por otro lado, les han reprochado que no están dispuestos a tomar medidas decisivas que a corto plazo podrían ser impopulares.

No obstante, la adopción del Protocolo de Montreal en 1987, que prohíbe el uso de sustancias que dañan la capa de ozono, y los controles estrictos a la pesca de atún rojo en el Mediterráneo son acciones que han obtenido resultados significativos.

Así pues, aunque algunas de las medidas necesarias podrían conllevar limitaciones individuales a corto plazo, este es posiblemente el precio más bajo a pagar para preservar nuestro futuro en la Tierra.

Esta lucha podría ganarse si se lleva a cabo en todos los frentes –ciudadanos, empresas y Estados.

Desde el sector financiero, es necesario apelar a la responsabilidad en las inversiones y concienciar a nuestros clientes para que canalicen su ahorro hacia empresas más sostenibles y solventes.

Las crisis que atraviesa nuestra sociedad no deben poner en tela de juicio nuestras convicciones, sino que deben reforzar nuestro deseo de contribuir de forma colectiva para revertir la tendencia.

(*) Coline Pavot es responsable de Análisis de Inversiones Responsables de La Financière de l’Echiquier (LFDE).

1 Discourses of climate delay, 2019

2 Faire sa part, 2019

3 Banco Mundial, 2021

4 Les Echos, 2022

 

 

Creadores de Opinión Verde #CDO es un blog colectivo coordinado por Arturo Larena, director de Medio Ambiente y Ciencia en EFEnoticias y  EFEverde

Esta tribuna puede reproducirse libremente citando a sus autores y a EFEverde

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