Todos los datos de reservas aéreas, previsiones de llegada de turistas internacionales y movimiento de los nacionales apuntan a que este verano será, por fin, el de la recuperación. Se rozarán los niveles de 2019, antes de que la pandemia del coronavirus encerrara en casa o impidiera viajar a los millones de visitantes que recalan en España. Pero justo en el inicio de la temporada veraniega, se han aliado una serie de conflictos laborales en el sector aéreo —aeropuertos, aerolíneas y controladores— que van a someter a un duro examen a las perspectivas tan halagüeñas que maneja el sector turístico.