El lunes es un día feliz para Sara Cabrerizo. “Me levanto tarde los lunes, una fantasía. Luego voy al gimnasio o a natación con mi madre, hago recados… Lo que me cuadre”, explica en la oficina de Good Rebels en Madrid. Esta agencia de marketing digital es una de las pocas empresas que en España aplican la jornada de cuatro días, 32 horas a la semana en vez de 40. “Mi vida ha cambiado a mejor de forma brutal”, añade esta trabajadora de 25 años. Comparte opinión con su compañera de la misma edad, Inés Aguilar, que libra los viernes desde el año pasado: “Estoy menos estresada. Puedo hacer cosas para las que antes no tenía tiempo, como aprender italiano”. Cobran lo mismo que cuando trabajaban cinco días a la semana.