La empresa rusa ROE es la punta de lanza con la que Putin ha estado ganando influencia en el tablero geoestratégico mundial, con un diplomacia de las armas. Ignacio Álvarez-Ossorio, profesor de estudios árabes e islámicos en la UCM, advierte que en el proceso «Oriente Medio es un gran desconocido para España, y Europa corre el riesgo de convertirse en irrelevante si sigue ignorando lo que está pasando en Oriente Medio ». Y apunta que se está dando un giro notable de algunos países en la zona, sin hacer caso a los llamamientos de EE.UU.. «Esto es signo de que Rusia cuenta con aliados regionales a quienes les unen más cosas de lo que les liga a países de Occidente», afirma.
Lo que hace Moscú es sacar provecho del caos reinante en la región, que con el conflicto de Ucrania se ha recrudecido. Cuanta más inestabilidad, menos posibilidades de que los recursos de Oriente Medio lleguen a Occidente. Mientras, Rusia intenta recuperar las antiguas relaciones comerciales que tenía en la región, y eso se logra con la venta de armamento. «El punto de inflexión fue su entrada en la guerra de Siria, en 2015, de la que Rusia salió fortalecida, y muchos mandatarios de la zona empezaron a visitar a Putin y firmaron acuerdos.
Ahora es un actor cada vez más relevante que quiere tener voz en las grandes cuestiones que tienen que ver con Oriente Medio, y el futuro de Siria, Libia, Egipto o el pacto nuclear con Irán», explica Álvarez-Ossorio. Y la empresa rusa Rosoboronexport (ROE) es un elemento clave de esa diplomacia.
Abrirse camino
En este escenario de caos, los pedidos de ROE superaron los 45.000 millones en 2021.
Rosoboronexport es el único intermediario estatal para exportar alta tecnología y armas, desde misiles hasta drones, IA, tanques o aviones. Esta empresa especializada forma parte de Rostec, una megacorporación estatal creada por Putin en 2007. El objetivo declarado de ROE es «la consolidación de la presencia Rusia en el mundo y fortalecer su liderazgo en el mercado mundial», siendo el segundo exportador de armas del planeta. Y Oriente Medio es uno de sus mercados preferentes. Sus beneficios entre 2000 y 2020 suman 163.000 millones de euros. Su presidente, Alexander Alexandrovich Mikheevu, fue incluido en la lista de empresarios sancionados por la UE, y lo consideran el responsable de la desestabilización de Ucrania y la anexión de Crimea. ROE constituye una entrada de divisas importante para Putin. En 2014, por ejemplo, las sanciones hicieron bajar el precio del crudo, pero la venta de armas aumentó. Oriente Medio concentrael 37% de los pedidos.
El profesor de la UCM explica que Putin tiene el interés en conformar un bloque autoritario entre Rusia y algunos países de la región, sobre todo con las monarquías del Golfo, Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos, ya que es una zona que tiene el 50% de las reservas mundiales de hidrocarburos, claves en este momento de crisis energética. Y les han abierto las puertas a los oligarcas rusos, al tiempo que se negaban aumentar la exportación de hidrocarburos para Occidente, siendo Qatar la excepción. «El denominador común de los gobiernos de Putin y de Oriente Medio es el rechazo a cualquier tipo de reforma democrática», advierte Álvarez-Ossorio.
Pero José Abu-Tarbush, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de La Laguna, indica que el rendimiento más que dudoso del armamento ruso en Ucrania puede hacer que los contratos militares disminuyan en el futuro. Afirma que esto se debe a que las tropas rusas están usando en Ucrania las mismas tácticas que utilizaronn en Siria, pero considera que esto ha sido un grave error, dado que los oponentes de Moscú, por entonces eran rebeldes, no la tecnología de Occidente. Al mismo tiempo, recuerda que hay una crisis del grano en Oriente Medio, dependientes de las provisiones ucranianas. Y eso hace que países como Yemen estén en una situación límite, y no es el único, con una devaluación de la moneda, sequía, crisis energética, desempleo, hambruna… y esto podría generar revueltas. Además Estados Unidos está en un supuesto repliegue en la zona, «se ve en septiembre del año pasado cuando se precipitó su salida de Afganistán, dejando el poder a los talibanes», establece.
Para Álvarez-Ossorio es una tormenta perfecta que podría dar lugar a unas nuevas Primaveras Árabes. «Por ahora perciben a Putin como un aliado y no culpan a Rusia de esa crisis, porque hay una censura férrea de los medios», explica. Rusia, al igual que China busca socavar la supremacía geoestratégica de EE.UU. en la región, mientras Turquía busca mantener su relevancia siendo el intermediario en diversos acuerdos. Abu-Tarbush apunta que tanto Rusia como los países de Oriente Medio tienen acuerdos pragmáticos. Putin «no le hace ascos a nada,» subraya, desplegando una suerte de diplomacia contorsionista muy rentable, sin atarse a un solo aliado.
Eduard Soler del Cidob, añade en su informe que la seguridad europea y la situación de los países de Oriente Medio, junto con el conflicto de Ucrania son vasos comunicantes. Por eso, es necesario estar alerta.
