• 01/05/2024 14:19

Bruselas quiere acabar con las ayudas al girasol y la colza en plena crisis de materias primas por la guerra

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Los caminos de Bruselas son inescrutables. Si a finales de marzo tomaba la decisión de permitir cultivar las tierras declaradas en barbecho, una medida dirigida a aliviar los cuellos de botella provocados por la invasión rusa en Ucrania y con la que España pretendía poner en producción 600.000 hectáreas, este lunes el Ministerio de Agricultura informaba a las principales organizaciones agrarias (Asaja, COAG y UPA) que, en la capital comunitaria, quieren eliminar las ayudas asociadas al girasol y la colza dentro del Plan Estratégico de la nueva Política Agraria Común (PAC) 2023-2027. Una decisión que es acogida con incredulidad y enfado por los agricultores, mientras que el departamento de Planas ya han puesto sobre la mesa un ‘plan B’: redirigir los 45 millones de euros destinados a estos dos cultivos, para ‘engordar’ la ayuda básica a la renta en las regiones de secano donde tienen una presencia mayoritaria, ya que el porcentaje permitido para ayudas asociadas está ya comprometido.

«No tiene ningún sentido», «Llevamos 14 años en los cuales el girasol y la colza han constituido un pago acoplado (asociado) en las diferentes PAC»… La noticia cayó como un jarro de agua fría sobre una actividad cuyos unos cultivos emplean a más de 20.000 agricultores y que, solo en España, son casi 100.000 hectáreas para la colza y unas 700.000 hectáreas en el caso del girasol.

Ambos cultivos están de ‘moda’. Según el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) las solicitudes de ayudas de la PAC en lo que respecta al grupo de las oleaginosas (especialmente girasol y colza) se han disparado un 40% respecto a 2021 ascendiendo a 1.024.543 hectáreas.

«Si siguen por este camino se cargan el girasol»
El presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo, ha apuntado que hasta este año ambos cultivos han disfrutado de una subvención de 40 euros por hectárea con un máximo de 50 hectáreas por explotación. «No encontramos justificación a esta medida en este momento, cuando necesitamos más que nunca materias primas y unas de las que más, el aceite de girasol, por ejemplo», ha apuntado. El representante de Asaja ha exigido al ministro del ramo Luis Planas que «pelee» en Bruselas y, si la posición comunitaria es inamovible, «tendrán que plantearse un programa específico».

No es menor la indignación de José Roales, responsable de cereales de COAG, quien ha reconocido que el cambio de criterio de Bruselas les ha pillado «de sopetón» y añadido que no se comprende esta medida al tratarse de un producto del que es deficitario España. Un cultivo fundamental para la fabricación de pienso destinado a la alimentación animal y que, ha criticado el representante de esta organización agraria, «choca con la filosofía PAC: Si siguen por este camino se cargan el girasol». Todo ello, con dos de los principales proveedores de cereal enfrentados en una conflicto bélico.

Tampoco creen que sea razonable desde el punto de vista medioambiental: «En condiciones normales el girasol los necesita en menor cantidad que cualquier cereal», ha aseverado Roales.

El ‘plan’ de Planas
El ‘plan B’ de Agricultura es visto con escepticismo entre los productores. En concreto, han aclarado desde el departamento de Luis Planas, la distribución de los 45 millones de euros que se destinaban a apoyar al girasol y la colza se haría «de manera proporcional a la superficie de cultivos de oleaginosas que tuvieran en el periodo 2018-2020», han precisado desde Agricultura. Lo que conllevaría un incremento del importe total asignado a estas regiones. Además, han defendido, que las antiguas ayudas asociadas se dirigirían «principalmente a sus destinatarios potenciales» y apenas supondría cambios con lo acordado entre Gobierno y comunidades autónomas en el Plan Estratégico de la PAC.

Agricultura ha descartado que existan consecuencias negativas de este cambio en concepto de superficie sembrada de girasol, ya que han asociado su mayor o menor presencia a variables como la climatología, el precio en origen de la pipa de girasol y el de los fertilizantes, que se emplean en mucha menor cantidad en este cultivo.

Desde UPA han propuesto una estrategia diferente. La ‘solución’ pasaría por asociar estas ayudas al Plan Proteico Nacional justificándolo en el aporte proteico de las tortas de girasol y colza. Lo que, han añadido, haría que las transferencias fueran proporcionales a la contribución media por hectárea a la producción de proteína, para consumo animal en relación con un cultivo medio de un proteaginosa. Mientras que Asaja y COAG han apostado por mantener las ayudas asociadas tal y como están en la actualidad, aunque haya que pelearlo a cara de perro con las autoridades comunitarias.

O bien optar por mantener el refuerzo a las oleaginosas a través de la 2% del presupuesto PAC destinado a ello. En este sentido, UPA ha argumentado que en este caso se pueden elevar las ayudas a las leguminosas, proteaginosas y legumbre hasta los 90/120 euros por hectárea, respectivamente.


Artículo de abc publicado en https://www.abc.es/economia/abci-bruselas-quiere-acabar-ayudas-girasol-y-colza-plena-crisis-materias-primas-guerra-202207011939_noticia.html