• 02/05/2024 19:47

La notaria de Ávila, María Luisa de la Calle, casa como si se estuviera firmando una hipoteca

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Recientemente una persona muy querida para mí decidió casarse a través de un notario. En este caso, una notaria, María Luisa de la Calle. De Ávila. La verdad es que tenía mucho interés en ser testigo de una boda de este tipo.

Es una novedad que trajo la reforma de la Ley de Jurisdicción Voluntaria de 2015. Desde entonces hasta ahora los notarios españoles han casado a más de 50.000 parejas.

Es verdad lo que dice el Consejo Nacional del Notariado: son rápidos.

Lo que no me podía esperar es que ese matrimonio ante notario se pareciera más a la firma de una hipoteca que a otra cosa. Además de que la notaria, María Luisa de la Calle, fijó el acto para las 10 de la mañana de un viernes.

¿Quién se casa a las 10 de la mañana de un viernes?

Éramos en total siete personas, junto con los contrayentes y la notaria.

Y nos sentamos alrededor de la mesa cuadrada de la sala de reuniones. Nada de estar de pie y todo eso que ya conocemos.

No, sentados.

Comenzó la señora refiriéndose al documento en cuestión, que llamó «contrato de matrimonio». Leyó el texto, recitó los tres artículos del Código Civil de rigor, y le dijo a los contrayentes firmen aquí y aquí.

Y ahí se acabó la cosa.

Yo le pregunté, al final, a la notaria si no sería pertinente que los declarara «marido y mujer». Porque es lo que se suele hacer, en estos casos, ¿no?

Me dijo que no. Así, de forma cortante. Tampoco preguntó por las alianzas.

Doña María Luisa de la Calle hizo las felicitaciones de rigor a los contrayentes y se marchó. Es cierto que no hizo ninguna referencia al Euribor ni al IRPH, que tal como estaban las cosas, no me habría extrañado, la verdad.

La notaria tuvo una evidente ausencia de empatía. Porque este momento, cuando dos personas deciden unir sus vidas en matrimonio, es uno de los más importantes para cualquier ser humano.

Es el rito de paso más importante, preciso.

Mientras estábamos en la sala de reuniones –no quiero llamarlo ceremonia porque fue cualquier cosa menos eso–, me acordaba de las bodas por la Iglesia a las que había asistido.

La notaria tuvo una evidente ausencia de empatía. Porque este momento, cuando dos personas deciden unir sus vidas en matrimonio, es uno de los más importantes para cualquier ser humano

Veintiún siglos confieren mucha experiencia. Hay que reconocer que, en puesta en escena, son el «top one».

O de las bodas civiles, que también he estado en unas cuantas. Unas más brillantes que otras, es cierto, pero bodas al fin y al cabo.

Porque lo fueron.

La «boda» que ofició doña María Luisa de la Calle no fue una boda. Fue la firma de un contrato que podría haber sido para un préstamo por un coche o para una casa. Cualquier cosa menos una boda.

Por mi trabajo, suelo tener relación con el Consejo General del Notariado. Sé que están haciendo grandes esfuerzos para promocionar las bodas por notarios, dándoles esa pátina que deben de tener.

Han hecho, incluso, un vídeo en el que una notaria y una usuaria hablan de la experiencia de la última. Totalmente satisfactoria.

Este no fue el caso en Ávila, con doña María Luisa de la Calle. Sé que generalizar es injusto. Que posiblemente habrá notarios que rivalicen en puesta en escena con las bodas civiles que hacen en los registros o en los ayuntamientos.

Porque sé que los hay vocacionales que disfrutan con estas ceremonias, que son todo empatía, que dan todo tipo de explicaciones, de facilidades.

No sé cuántos notarios son del cuño de doña María Luisa de la Calle, pero es evidente que el Consejo General del Notariado tendría que identificar a «los buenos», a los que hacen bien estas cosas, aconsejando a los que no lo son que se aparten y que sigan haciendo su trabajo habitual.

Porque hay gente a la que no se le dan bien las relaciones sociales.

El recuerdo de esta apariencia de boda permanecerá en mi recuerdo para siempre como un lamento. Y eso ya no hay nada que lo remedie.


Artículo de CarlosBerbell publicado en https://confilegal.com/20221016-la-notaria-de-avila-maria-luisa-de-la-calle-casa-como-si-se-estuviera-firmando-una-hipoteca/