La Audiencia Provincial de La Coruña ha condenado a dos años de prisión al sobrino de una mujer que fue declarada incapaz, por apropiarse de parte del dinero que le consignaron como tutor.
El tribunal lo considera responsable de un delito continuado de apropiación indebida (artículo 253 del Código Penal). Además de la pena de cárcel, tendrá que indemnizar con 25.770 euros a la mujer a la que su tía había instituido como única heredera.
La sentencia, dictada el pasado 13 de julio (331/2022), la firman los magistrados María del Carmen Taboada Caseiro (presidenta), Carlos Suárez-Mira Rodríguez y Miguel Ángel Filgueira Bouza (ponente).
La anciana, residente en Madrid, mantenía el dinero derivado de sus ahorros en dos cuentas, en una de las cuales figuraba como cotitular la mujer que convivía con ella y que se ocupaba de su cuidado.
A mediados de 2003, debido a su estado de salud, ingresó en una residencia de la provincia de Toledo, y fue incapacitada por sentencia de 26 de abril de 2004, tomando posesión del cargo de tutor para el que había sido designado este sobrino carnal, nacido en 1948, y que residía entonces, por motivos profesionales, en Logroño, aunque su ciudad de referencia, en la que vivía junto a su familia, era La Coruña.
Su tía había otorgado testamento el 15 de noviembre de 2001, instituyendo como única heredera a la mujer que se había ocupado de su cuidado.
Según relata la Audiencia, el 11 de junio de 2004, ejerciendo ya como tutor, el condenado formalizó una cuenta de ahorro a nombre de su tía incapaz en una oficina bancaria de La Coruña, en la que reunió el dinero depositado en las otras dos cuentas de la misma titularidad existentes con anterioridad.
Así, ordenó el ingreso en la nueva cuenta de los 7.243 euros que existían en una de las anteriores y de los 60.089 euros que había en la otra, según expone. Como tutor del titular incapaz era quien poseía la capacidad de gestionar esas cuentas.
El tribunal explica que entre el 23 de junio y el 23 de octubre de 2004, el condenado retiró de la nueva cuenta hasta 25.770 euros, “dinero que utilizó en su propio provecho”, el 13 de agosto de ese año hizo dos reintegros en efectivo de 10.000 euros cada uno, y las otras disposiciones, veinte más, realizadas directamente en caja o a través de cajero, oscilaron entre los 50 y los 600 euros.
Su tía falleció en enero de 2007 y en esa fecha en la cuenta restaban 3.231 euros.
El tribunal señala que el condenado «siguió haciendo disposiciones para atender algunos gastos propios hasta que en el siguiente mes de junio quedó a cero, siendo liquidada el 29 de junio de 2007”, y parte de ese dinero lo empleó para sufragar los gastos de un viaje determinado por el fallecimiento de su tía.
EL RAZONAMIENTO DE LA AUDIENCIA
Los magistrados concluyen que “la única interpretación lógica del conjunto de la prueba practicada” es que el condenado, “aprovechando las facultades derivadas del ejercicio del cargo de tutor para el que fue designado”, destinó las cantidades que se le consignaron “a su propio interés”.
Así, explican que al ser nombrado tutor de su tía “entró en la gestión de sus bienes, que eran lógicamente ajenos, concretamente en la administración de una cantidad de dinero, con una finalidad precisa, procurar el interés de la persona discapacitada”.
Además, subrayan que el condenado sabía, tal y como declaró en el juicio, “cuáles eran las funciones derivadas del cargo que asumía”. Sin embargo, lo que hizo, según relata el tribunal, fue, “sin justificación alguna, destinar una parte importante del dinero a su propio beneficio, a atender gastos personales o, como poco, diferentes de los debidos, y de manera definitiva”.
La sentencia no es firme. Contra la misma cabe recurso de casación por infracción de Ley y/o quebrantamiento de forma ante el Tribunal Supremo.
