Los NFTs o “Non Fungible Tokens” han irrumpido en 2020 y han volcado la mesa del sector de los activos criptográficos en 2021, para luego prácticamente desfallecer en el 2022. Posiblemente todo ello acompañado de los ciclos del mercado, primero con un fuerte “Bull Run” o mercado alcista, y posteriormente con un “Bear Run” o mercado bajista como el que estamos viviendo actualmente.
Los NFTs han sido señalados en prácticamente todos los escenarios como una ridiculez, en la que un usuario aleatorio del loco internet Crypto paga varios miles de dólares por una imagen pixelada de un mono mal pintado, o alguna caricatura de un punk pixelado, con la esperanza de conservarlo como un bien de lujo que lo identifica o venderlo a otro usuario aleatorio que tratará de repetir la misma jugada.
El caso es que, los NFTs no son solamente imágenes o pequeños gifs de arte abstracto exclusivos y únicos gracias a la tecnología DLT. Realmente, los NFTs aspiran y se están convirtiendo en algo mucho más allá que un mercado para los artistas.
Podríamos referirnos a los NFTs como certificados digitales, tanto en cuanto su transmisión no implica necesariamente la transmisión del activo subyacente, generalmente pinturas o figuras 3D, aunque efectivamente exista la posibilidad de dicha transmisión. Estos NFTs son paquetes de datos, encriptados con un hash único, respaldado en tecnología DLT o tecnología de libro mayor distribuida. Partiendo de este punto, existen actualmente diferentes clases de NFTs que cubren diversas aplicaciones y objetivos.
Autor: Alex Sleiman, Asesor Fiscal en LABE Abogados
Existen NFTs de diferente clase y con diferentes propósitos, entre los que podemos destacar los siguientes:
DINAMIC NFTS: Esta clase de NFTs son posiblemente la evolución natural de los NFTs estáticos, y principalmente lo que permiten es que el token reaccione ante cambios detectados por el oráculo o introducidos manualmente, y esto infiero directamente en los metadatos del NFT dinámico. Un caso de uso de este tipo de NFTs podemos verlo en Real State, en el que el paso del tiempo afectará a los años que refleja el token que tiene el inmueble, las reformas que se han llevado a cabo se introducen en el mismo token, el historial de precios de venta, mientras que otros elementos se mantendrán estáticos, como la dirección o los metros cuadrados de la finca. Los dinamic NFTs tienen un impacto claro en otros sectores como los videojuegos, al alterar las capacidades del NFT y su interacción en el videojuego al variar estos metadatos, siendo claro ejemplo de esta dinámica Axie Infinity.
POAPS: Es la abreviatura de “Proof of attendance protocol” y esta clase de NFTs sirven, fundamentalmente, para PROBAR o CERTIFICAR la asistencia de las personas a diferentes eventos, cursos, o cualquier tipo de actividad que registre la participación de sus asistentes. Estos tokens no pueden ser transmitidos a otras carteras, de forma que realmente quien los posee es quien tiene su asistencia probada, sin cabida a la posibilidad de venta o intercambio de lo que potencialmente pueden ser cursos, títulos, webinars, entre otros.
Utility NFTs: Estos NFTs engloban a las anteriores categorías, de alguna manera, siendo una categoría más general. Los utility NFTs se caracterizan por generar algún tipo de utilidad con un valor determinado o determinable que puede consistir en prácticamente cualquier utilidad contractual.
Estos tokens pueden generar para su propietario ventajas tales como descuentos exclusivos, acceso a productos antes de su salida al mercado, acceso a personalización de los productos, acceso a clubes, acceso a servicios exclusivos, entre otras.
Las ventajas asociadas al NFT dependen, fundamentalmente, de aquellas que hayan sido específicamente dotadas en su acuñamiento, por parte del creador, y de las alianzas y acuerdos a los que pueda llegar con otras personas o compañías.
Cryptoarte y coleccionables: El cryptoarte y los NFTs consistentes en el mismo son, precisamente, lo que han generado el gran boom especulativo del 2021 en torno a estos activos digitales. El cryptoarte es, precisamente, obras que pueden estar más o menos elaboradas, pero que son absolutamente únicas y respaldadas en la tecnología DLT. Estos tokens generan importantes ventajas para los artistas, que tienen acceso a un mercado global y la capacidad de mantener su autoría indiscutida y royalties por las sucesivas ventas del token. En cuanto a los NFTs coleccionables son precisamente eso, tokens de colección, de igual forma que lo fueron los cromos o los sellos. En este caso, la salvedad es que el NFT puede ser incluso un pequeño video, como ha ocurrido con los NBA “TOP SHOTS”, por los que los fans han podido coleccionar momentos únicos de sus jugadores favoritos en la NBA.
Music NFTs: De igual manera que el cryptoarte tuvo un boom por las grandes ventajas que ha significado para los artistas es previsible que otros sectores artísticos se adentren en el mercado de los NFTs. En este caso, el otro sector artístico que puede ser el próximo gran beneficiario es el sector de la música. Los NFTs de música se emplean, entre otros fines, para lanzar álbumes, aumentar el mercado y superar las ventas, ventas de los discos y royalties en cada reventa. Además de, cualquier otra condición que pueda incorporarse en el Smart Contract.
El potencial de los NFTs es muy diverso y elevado, puesto que no se tratan solamente de certificados, sino que, en conjunción con los Smart contracts son, de hecho, acuerdos o contratos verificables y automáticos a través de los oráculos, con finalidades como las descritas previamente.
En un futuro no muy lejano un NFT puede ser una multi suscripción a plataformas de video bajo demanda como Netflix y HBO, o el acceso a una entrevista exclusiva con el director de cine favorito del momento, descuentos a los que solo se puede tener acceso con el NFT e incluso productos que solo podrán ser adquiridos si se posee el NFT, que puede estar además cotizando en un mercado al acceso de todo el mundo.
Esto puede generar una serie de conflictos legales claros en diferentes extremos, por lo que la proliferación de los NFTs y de las tecnologías DLT requerirá una adaptación normativa, a nivel de protección de datos, inclusiones en la normativa de propiedad intelectual, inclusión en la normativa tributaria, entre otras, para garantizar la seguridad jurídica de estos mercados y los derechos que tienen tanto autores como compradores. Otros elementos asociados como los oráculos de los Smart Contracts pueden requerir, también, una adaptación normativa como el tercero de confianza y los requisitos que deben cumplir.
Definitivamente, es un mercado en evolución y que aumenta sus funcionalidades rápidamente, requiriendo una actitud proactiva desde la perspectiva social y reguladora por informarse y adaptarse a estas posibilidades.
Autor: Alex Sleiman, Asesor Fiscal en LABE Abogados
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