Si sintonizamos cualquier telediario durante este verano nos encontraremos con dos noticias que no paran de repetirse. La primera, el aumento de las temperaturas, que durante los últimos veranos nos está llevado a vivir olas de calor nunca antes vistas. Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el 14 de agosto del año pasado se registró la temperatura más alta detectada en la historia de España con 47,4 ºC, y todo apunta a que este verano la tendencia continuará. La segunda información es el incremento de incendios en la península, que está arrasando centenares de hectáreas de nuestros bosques. El Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS) señala que este 2022 está siendo la temporada de fuegos más devastadora desde la puesta en marcha del sistema.
Sin duda, el calentamiento global es el gran responsable de esos hechos, y la subida constante de la temperatura del planeta nos obliga a tomar medidas de urgencia. Y una de ellas puede estar más cerca de lo que pensamos: en los electrodomésticos de nuestro día a día, como podrían ser los frigoríficos, las lavadoras, los televisores o las impresoras.
Los electrodomésticos supusieron un cuarto de toda la electricidad consumida en los edificios de todo el mundo en 2019, según el informe “Reducir el Calor” liderado por el profesor Tim Forman de la Universidad de Cambridge con la colaboración de Epson. Según las conclusiones de Forman, la consecución de un futuro con cero emisiones de carbono y el alcance de los objetivos climáticos requiere que la energía consumida por los electrodomésticos en todo el planeta se reduzca hasta un 25 % para el año 2030 y hasta en un 40 % en 2050.
En este sentido, la eficiencia energética juega un papel fundamental para mitigar las consecuencias del cambio climático. Para tener éxito en limitar sus efectos, el mundo necesita con urgencia utilizar la energía de manera eficiente. En ello, son cruciales los pequeños cambios del día a día. Acciones como apostar por electrodomésticos y gadgets más eficientes, aprovechar al máximo la luz del sol o utilizar energías renovables como las placas solares, son algunas propuestas que pueden marcar la diferencia y reducir en gran medida las emisiones de CO2. Como ejemplo, las cifras de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) nos dictan que desconectar nuestros aparatos cuando no los estamos utilizando no solo contribuye al ahorro de energía, sino también a un ahorro de hasta 20 euros en la factura.
Ahora bien, la responsabilidad de impulsar un futuro más sostenible no solo recae en los consumidores. Las empresas deben ser no solo partícipes del cambio, sino líderes solventes que ofrezcan soluciones innovadoras. La investigación y desarrollo de nuevos procesos de creación son imprescindibles, en este sentido, para que las compañías tecnológicas adopten estándares de consumo energético responsable en la creación de sus productos. Además, también deben adoptar medidas para que el propio funcionamiento de sus electrodomésticos sea más respetuoso con el medio ambiente.
Todo ello, además, debe también contar con el papel de las administraciones públicas, que han de ser garantes de la transformación sostenible y garantizar la colaboración de todos los actores de la sociedad.
Joan Escoté, Manager de RSC en Epson.
Únicamente mediante el impulso empresarial, la estrecha colaboración de las administraciones, así como la voluntad ciudadana e individual, lograremos un cambio de paradigma y la consecución de las cero emisiones. Abordar el dilema de la energía y el clima no es fácil ni rápido, pero como nos demuestra la actualidad, la revolución sostenible para reducir el calor debe ser una prioridad para todos que no puede esperar más.
(*) Joan Escoté es manager de RSC en Epson.
Fotografía principal: Incendio en Cantabria. Archivo EFE/Pedro Puente Hoyos
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