El proyecto ERASSE, una propuesta española integrada por las empresas Dronecoria y SafOS para reforestar entornos degradados por los incendios forestales utilizando drones que liberan semillas en emplazamientos óptimos, ha ganado el premio Accelerathon FIREPOCTEP 2022.
El galardón, concebido para impulsar proyectos de cooperación transfronteriza entre España y Portugal con el apoyo de la Unión Europea, facilitará al proyecto el acceso a fondos europeos como los Life, Horizon Europe, Next Generation o FEDER para desarrollar la idea.
El fundador de Dronecoria, Lot Amorós, ha asegurado a Efe que el uso de drones en siembra aérea permite reducir el «coste muy alto» en el método convencional de reforestación, que asciende a «más de 3.000 euros por hectárea y de esta manera puede reducirse a menos de 1.000».
Además, su metodología incluye una «mejora de las semillas mediante tratamientos pregerminativos» que «no tienen que ver con modificación genética sino con hacer semillas más eficientes y adaptadas al cambio climático, con mejor capacidad para soportar el estrés hídrico» a través de la peletización, un proceso de compresión que incluye «darles una cobertura con elementos como la capsaicina» para incrementar su resistencia.
Amorós cree que este tipo de replantación puede crear empleo en zonas rurales porque «podemos fabricar drones pero no semillas: el uso de drones requiere miles o millones de ellas y sólo las poblaciones rurales que conocen su entorno saben recoger esas semillas» para abastecer el proyecto.
Durante los últimos dos años su compañía ha esparcido unas 640.000 semillas en terrenos de Almería, si bien estas plantaciones aéreas han obtenido un «éxito relativo».
Software libre
Una de las ventajas de esta iniciativa es el uso de ‘software’ libre ya que, al trabajar en código abierto, el modelo de dron utilizado ha sido replicado ya en otros países como Brasil, Turquía o México con los mismos objetivos.
En el caso de Brasil, la Universidad Federal de Rondonópolis, en el Estado de Mato Grosso, está desarrollando su propio proyecto de plantación basándose en este dispositivo y con el apoyo financiero del Ministerio Público de este Estado así como del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico.
Uno de sus profesores, que participa como investigador en este proyecto, es Domingos Savio Barbosa, quien ha explicado a Efe la dificultad de este tipo de acciones de restauración ambiental «debido a la complicada orografía del terreno» por lo que el modelo de Amorós supuso «una gran innovación» y «la posibilidad de desarrollar un primer equipo para liberar las semillas por el aire».
Ingenieros de montes, en contra de esta práctica
Sin embargo, también hay voces discrepantes ante este tipo de tecnología, como la del decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes y profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, Eduardo Rojas Briales, quien considera que la plantación con drones «consume muchísimas semillas» sobre todo teniendo en cuenta la «muy estricta» normativa europea que «sólo permite plantar semillas selectas de una procedencia concreta en una región».
Además, en buena parte de España «el suelo, calcáreo y arcilloso, se seca mucho en verano, lo que genera una costra sobre la que podemos lanzar las semillas que queramos y no va a germinar ninguna», ha precisado a Efe, antes de añadir que sembrar en zonas de acceso difícil tampoco es recomendable porque «hace falta interrupción entre masas forestales para que los incendios no se descontrolen». EFEverde
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