Por Nora Sesmero
Madrid, (EFEverde).- La periodista y editora de “El Cárabo” Teresa Vicetto (Madrid 1956) considera que “estamos en la obligación de conservar toda nuestra naturaleza” y que para lograrlo la divulgación y el periodismo ambiental son esenciales.
No en vano, Vicetto lleva trabajando 42 años para difundir el conocimiento ambiental como editora de la revista “El Cárabo”, la versión en español de “La Hulotte” de Francia, de Pierre Déom.
“Confío en que es una herramienta muy eficaz para conocer la naturaleza gracias a su lenguaje adaptado a todos los públicos y a su capacidad para concentrarse en los dibujos y los pequeños textos”, afirma la editora de la veterana publicación ambiental.
“El Cárabo” común
El cárabo común, que presta su nombre a la publicación, es una de las rapaces más frecuentes del continente europeo, según SEO BirdLife. En España también resulta común, sobre todo en algunos bosques del norte de la Península, donde se trata de la rapaz nocturna más habitual y extendida. De hábitos generalistas y dotado de una gran adaptabilidad a la hora de instalarse y de procurarse alimento, este robusto búho es una de las pocas especies de rapaces que no parecen verse demasiado afectadas por los constantes cambios que provoca el hombre en el medio natural.
Esta ave sigue siendo la seña de identidad de estos cuadernos de naturaleza que Vicetto publica en España en papel desde 1982 y que, el próximo otoño, llegarán al número 100, algo que conlleva un «enorme mérito» coinciden en señalar a EFEverde ambientalistas y comunicadores ambientales.
Para celebrar este aniversario, la editora hace un llamamiento a colegios de 100 ciudades de España a participar en un acto el próximo otoño en el que se plantarán, de manera simbólica, 100 especies arbóreas de la flora ibérica para continuar con la concienciación por la naturaleza en las escuelas.
Además, “El Cárabo” convoca un concurso de dibujo de las 100 especies de árboles y arbustos de la flora ibérica para imprimir con ellos 4 cuadernos con la distribución, problemática y detalle de cada árbol.
«El Cárabo» Nº85: El Caracol Moro. Imagen cedida por «El Cárabo»
La labor de Teresa Vicetto
A Vicetto, la pasión ambiental, le viene de lejos. “Yo era una niña urbana, nací en Madrid, pero veraneábamos en las islas Cíes (Galicia) en plan salvaje”, evoca la editora, para quien la lectura ha sido siempre una de sus inspiraciones.
“Me impactó bastante ‘Mi familia y otros animales’ de Gerald Durrell”. También, “me ha influido conocer a los naturalistas del campo”.
Sería en 1981, cuando la periodista comenzó a editar la revista “Quercus” junto a Benigno Varillas: “todos los días era un aprendizaje sobre cualquier tema -ambiental-, porque recibíamos cartas de toda España y acudíamos a visitar los lugares que nos relataban”.
“Nuestro trabajo como periodistas hizo que el campo se convirtiera en algo deseado al que podíamos acceder escasamente, hasta que nos planteamos vivir en África durante tres años con nuestros hijos”, afirma Vicetto.
La editora de “El Cárabo” cuenta que esta fue una experiencia “renovadora” en sus vidas, también para sus hijos de, en ese momento, 6 y 9 años. Ellos vivieron entre Sudáfrica y Namibia, allí pudieron conocer la naturaleza africana “exuberante” y una vida baja en consumo y “muy familiar”.
En ese momento, Vicetto se dió cuenta de la necesidad de “volver a restaurar la naturaleza tal y como era. España no dispone de nada de todo aquello, aunque, a diferencia de Europa, tenemos una fauna muy valiosa”.
Por ello, “lo que intento transmitir en ‘El Cárabo’ es que la araña que te encuentras en el jardín o el pequeño caracol o el mirlo que vive en el parque de al lado, todo es muy importante para la naturaleza, tan importante como la gran fauna”, y “creo que estamos en la obligación de conservarla toda”, defiende Vicetto.
Centrar la atención en el conocimiento de la naturaleza
Después de todos estos años, Vicetto es consciente de que todo cambia: “la ciencia y la naturaleza llegan ahora de formas muy distintas a los interesados, aunque veo que es difícil que la gente se emocione de la misma manera por estos temas que nuestra generación”.
Vicetto resalta por ello la labor de las escuelas al aire libre que están facilitando que los niños puedan adquirir conocimientos lejos de las pantallas y cree que esta educación es el camino y que podrá “ser implantada en la generalidad de los alumnos».
Así, un niño que lee “El Cárabo” podrá reivindicar “que no se corte el árbol del patio porque es importante que tengamos abejas, mosquitos y mirlos. Creo que (la revista) es un pequeño ladrillo que puede ayudar a ser consecuentes con este planeta”, añade Vicetto.
La aparente sobreinformación es otra cuestión sobre la que reflexiona, pues actualmente hay un bombardeo de contenidos que son difíciles de asimilar para los niños: «Quizá se deberían reducir un poco las materias para que los primeros años se impliquen más en esa educación medioambiental”, opina la periodista.
El entorno más próximo
Vicetto habla también de la importancia que tiene dejar de “cementar y asfaltar, y señala como ejemplo que, la Sociedad Española de Ornitología (SEO BirdLife) ha hecho saber que las plantas silvestres que crecen en los descampados tienen mucha importancia para las aves. El problema es que las llamamos malas hierbas, pero no entendemos que son importantes para todos”.
Finalmente, anima a todo el mundo a leer “El Cárabo”: “ha sido mi manera de poder luchar porque tengamos una naturaleza sana, de la que todos dependemos”.
De esta manera, Vicetto agradece a sus lectores el apoyo brindado durante estos 40 años: “los considero una gran familia”.EFEverde
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