Noemí Romero Vera
Optimizar su reciclaje revalorizando los componentes de los molinos de viento será, según expertos consultados por Efe, la principal estrategia para afrontar el creciente problema de los residuos eólicos, que alcanzarán el 8 % de la potencia eólica instalada en 2025.
A día de hoy, entre un 85 y un 90 % de la masa total de un aerogenerador puede reciclarse pero las palas están compuestas por materiales diferentes -fibras de vidrio, carbono, resinas- que son difíciles de separar sin generar contaminación.
Se trata de un proceso con «costes altos, que demanda mucha energía y en ocasiones es lento», de acuerdo con la opinión de expertos como María Díaz, socia directora de la empresa Surus Inversa, encargada de extender la vida útil de estas instalaciones.
Díaz está convencida de que en un futuro próximo el mercado de repotenciación y reinstalación de equipos reacondicionados «podría suponer entre un 300 y 400 % del valor de venta por encima del valor de su composición».
A pesar de este volumen de negocio, “estas soluciones no serán suficientes para todo lo que habrá que reciclar”, ha advertido Tomás Romagosa, director técnico de la Asociación Empresarial Eólica (AEE).
Retos del proceso de su reciclaje
Romagosa ha precisado que se puede separar la fibra de carbono a través de tratamientos mecánicos -troceado de palas- o térmicos -quema por pirólisis-, pero «el subproducto que se obtiene no posee las mismas características que la fibra original y emplearla en todos los sectores es complicado”.
La directora del centro tecnológico Tecnalia, Igone Ugalde, coincide en lo costoso de algunos procesos «porque emplean bastante energía y hay líneas que se cierran por falta de fondos».
No obstante, existen diversas líneas de I+D+i para optimizar ese reciclaje basándose en la revalorización de los componentes de los molinos de viento para destinarlos a otros sectores.
Plantas de reciclado
Algunos grupos empresariales han decidido impulsar la construcción de fábricas de reciclaje de palas y otros materiales de los aerogeneradores, como Reciclalia Composite, que cuenta con una tecnología basada en tratamientos térmicos y patentada en mercados internacionales.
Este proceso permite separar la fibra de vidrio para su reutilización en el sector automovilístico y dedicar los aceites pesados obtenidos como hidrocarburos cero emisiones o para el sector de la cosmética.
Otros proyectos en la carrera del reciclaje eólico son los de Naturgy y Ruralia con su iniciativa GIRAwind en Almazán (Soria) y Endesa y PreZero en Cubillos de Sil (León).
Falta de fondos públicos
Según Javier Sardinero, responsable del segundo proyecto, “una única planta no podrá cubrir toda la demanda de la repotenciación, por lo que es necesario que existan otras” y para ponerlas en marcha se precisan fondos públicos si bien «la mayoría de su financiación procede del capital privado».
En el caso de España existen líneas de ayudas públicas diseñadas desde el MITECO destinadas a subvencionar la repotenciación eólica, con objeto de lograr el objetivo europeo de recuperar el 100 % de las palas desmanteladas sin enviar ninguna a vertedero de aquí a 2025.
Sin embargo, el propio sector reconocía durante el VI Congreso Eólico que «aunque existen algunas tecnologías para reciclar los materiales de las palas, y cada vez hay más empresas que ofrecen servicios de reciclaje, las soluciones no están lo suficientemente maduras ni son competitivas en cuanto a costes» por lo que solicitaba «el compromiso de los responsables políticos, de otros usuarios de materiales compuestos y también de la industria del reciclaje». EFEverde
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