Sheila Noda Alonso
Madrid (EFEverde).- Las altas temperaturas, como consecuencia del cambio climático, la globalización y la movilidad humana son factores que influyen en los patrones de comportamiento, reproducción y distribución de especies, entre ellas, los insectos y en especial aquellos considerados plagas.
Los ciclos de vida de los mosquitos, por ejemplo, se han visto modificados como consecuencia del calor y en países donde en temporada invernal no podían sobrevivir, ahora al subir la temperatura media se quedan por más tiempo y se reproducen. Hay zonas de España donde esa temperatura es idónea y si se incrementa es aún más favorable a su metabolismo, explica a EFEverde el investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales Oscar Soriano.
Asimismo, la globalización, tanto a través del transporte de mercancías como el de personas, repercute en la entrada de los vectores. Al igual que nos desplazamos, los mosquitos también lo hacen y en apenas 24 horas podemos tener a miles de kilómetros de distancia a un mosquito y a otra persona infectada por cualquier patógeno de los transmiten, advierte el científico.
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El ambiente se está adaptando
El ambiente se está adaptando a sus requerimientos vitales, dice, algo que no solo incide en los mosquitos, sino que las condiciones medioambientales también contribuyen a la proliferación de otras plagas como las chinches.
Explica el experto que muchos de estos insectos desaparecieron de la Península Ibérica en los años 60 debido al empleo del DDT (Dicloro Difenil Tricloroetano) como parte de las acciones para erradicar la malaria, enfermedad transmitida por los mosquitos del género Anopheles.
Este insecticida usado también en el control de la fiebre amarilla, el tifus e infecciones causadas por insectos vectores, está prohibido desde la década de los 70 en numerosos países europeos -en España desde 1973- por provocar graves daños a la salud de las personas y los ecosistemas.
Aquellas plagas que desaparecieron están empezando a resurgir en algunas zonas debido a que se está cumpliendo el plazo de persistencia del compuesto en el medioambiente. “Vuelven a proliferar porque están perfectamente adaptados a este ambiente, era suyo, ya vivieron aquí y tienen las condiciones perfectas para desarrollarse otra vez”, comenta.
Mosquitos y cambio climático
Con relación a los mosquitos, estos se han visto beneficiados por el cambio climático que favorece su incidencia debido a una mayor reproducción en los meses estivales.
En algunos lugares incluso ya no hibernan como antes, sino que están activos prácticamente todo el año, porque las temperaturas, incluso en invierno, son benignas para ellos, indica a EFEverde.com Rubén Bueno, entomólogo y director técnico en Rentokil Initial, empresa especializada en servicios de higiene, control de plagas y diseño de espacios interiores.
Además del mosquito común (Culex pipien) otra especie presente en España es el mosquito tigre (Aedes albopictus) que no es un autóctono, sino que es un mosquito exótico invasor. Llegó por primera vez a Cataluña en 2004 y es un potencial vector de enfermedades virales como el dengue, el chikungunya y el Zika.
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Otro de los que más preocupa es el mosquito de la fiebre amarilla, el Aedes aegypti, con amplia presencia en América Latina y en algunos países africanos y responsable de infectar cada año a más de 400 millones de personas en el mundo con virus como el dengue, la fiebre amarilla, la chikunguña y el Zika.
El Aedes aegypti, capaz de adaptarse a las temperaturas en su entorno local en medio del cambio climático, ha sido identificado en Canarias, donde existen las condiciones ecológicas para el desarrollo de su ciclo biológico.
Estas especies no han llegado solas, sino que “los hemos traído de forma accidental con el transporte de mercancías” y tienen un impacto en la salud de la población, no solo por las picaduras, sino por la transmisión de ciertos patógenos como el virus de la fiebre del Nilo o el mencionado dengue, precisa Bueno.
Control de plagas
Con relación a las chinches, el incremento en la temperatura favorece su ciclo de actividad, pero la globalización es el principal factor que está detrás de su resurgencia. Es un insecto que llamamos intradomiciliario, somos nosotros quienes las movemos de un sitio a otro de forma accidental, con el transporte de inmuebles y ropas, muchas veces tras cerrar la maleta, agrega el entomólogo.
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La resistencia a los insecticidas es otro factor que dificulta el control de las plagas. “Esto nos obliga a hacer con bastante frecuencia rotaciones de materias activas e insecticidas para evitar un proceso de resistencia, así como mantener un uso racional”, puntualiza.
“Antes había cierta relajación en los programas de control durante el invierno porque había una pausa prácticamente total de su actividad, eso ya no lo estamos observando y la consecuencia es que los profesionales que nos dedicamos al control de estas plagas tenemos que extender nuestra actividad de vigilancia y de control a la totalidad del año”, lo que también permite intentar llegar al verano en un mejor contexto, comenta. EFEverde
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Artículo de Sheila Noda publicado en https://efeverde.com/plagas-cambio-climatico-calor/