El aumento en el precio de la energía y la concesión de ayudas europeas se han sumado a las razones ambientales para «disparar» la cantidad de personas que optan por instalar paneles fotovoltaicos de autoconsumo en su propia casa, aseguran a EFE fuentes del sector.
Una opinión que defiende por ejemplo María Aranguren Rojas, gestora energética de la empresa Samara, quien ha definido la actual situación del sector energético español como un «momento bastante especial», ya que permite que España -que hasta hace poco tiempo estaba muy por detrás en el uso de estas instalaciones- vaya igualándose gradualmente con otros países europeos más avanzados en su despliegue.
Así, los trámites para permitir su instalación «se han acelerado respecto a hace unos años, a pesar de que dependen de cada municipio», porque las administraciones «se están poniendo las pilas y colaboran a que los procesos sean más fáciles».
María Aranguren Rojas, gestora energética de Samara, en una entrevista con EFE. EFE/Pablo Rojo
Las viviendas unifamiliares son los edificios donde mayor número de instalaciones de este tipo se están colocando, por delante de bloques de pisos o empresas, según los datos que maneja Aranguren Rojas.
Este auge del autoconsumo también se ha visto favorecido por el desarrollo tecnológico y la mejora del rendimiento de las placas fotovoltaicas que dan más potencia en el mismo espacio ya que, como recuerda esta experta, «cada panel tiene un voltaje de 460 a 540 watios, mientras que los de hace unos años eran a lo mejor de 300 watios».
No obstante, la primera remesa de ayudas europeas procedente de los fondos Next Generation para este tipo de instalaciones «se está agotando» y, por ejemplo, «en la Comunidad de Madrid solamente queda disponible el 5 % de los fondos», lo que impide garantizar en este momento a todos los clientes que la concesión esté completamente certificada.
Manuel Calvo Santesmases, uno de los clientes de esta compañía que vive en una vivienda unifamiliar y ha optado por el autoconsumo fotovoltaico, ha reconocido a EFE que el «desencadenante» de la decisión ha sido «la escalada de precios del último año» ya que, según sus cálculos, «el ahorro llega a ser un 60 % de la factura».
A ello se suma la conciencia ambiental ya que la idea al instalar estos paneles es, también, «contribuir a bajar la huella de carbono si te puedes permitir poner placas y dejar de consumir energía eléctrica» de la red general.
Uno de los técnicos que instala las placas fotovoltaicas y que se ha encargado de colocar las de Calvo Santesmases es José Manuel García Castaño, quien explica que «lo primero que hacemos al llegar a la vivienda es comprobar que el tejado es factible para soportar el peso de los paneles» y después de colocar éstos, llevar el cableado hasta el inversor e instalarlo.
Técnico realiza una de las labores de instalación . EFE/Pablo Rojo
El inversor es el encargado de transformar la corriente continua producida por las placas solares en corriente alterna disponible para su uso doméstico.
A la hora de colocar los paneles, «la orientación perfecta es sur, y su inclinación depende de la latitud; en Madrid una inclinación ideal con respecto al plano es alrededor de los 36 grados», asevera García Castaño.
En cuanto a su vida útil, «el fabricante te garantiza que con 25 años tienes un 80 % de rendimiento», aunque según palabras de José Manuel, «la instalación más antigua que sigue funcionando en Europa es de 40 años». EFEverde
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