Sofía Henales – Madrid.- En entornos rurales, de noche y en otoño son las circunstancias en las que se produce la mayoría de accidentes de carretera con animales, que han ido aumentando en los últimos años por diversas causas, según distintas fuentes consultadas por EFE.
“Vimos un lomo grande y muchos lomos pequeños detrás, y nos llevamos todo por delante», ha relatado Isabel Alarcón, cuyo vehículo chocó contra toda una familia de jabalíes que cruzó por sorpresa una carretera comarcal de Ciudad Real hace unos meses, y «matamos al padre, que era el que venía delante, la madre se quedó malherida en la cuneta”.
Los siniestros no sólo se producen fuera de las ciudades: de hecho, un informe elaborado por la aseguradora Línea Directa afirma que se han triplicado en zonas urbanas, donde ha aumentado el atropello incluso de animales silvestres que se aproximan en busca de alimento.
Los datos facilitados por la Dirección General de Tráfico respecto al año pasado señalan una veintena de animales implicados en accidentes en una lista encabezada por el jabalí (12.549 siniestros), el corzo (10.721) y el perro (casi 3.000).
Este incremento se debe, según el presidente de la Asociación Nacional Española de Protección y Rehabilitación Animal (ANERPA), Javier Rodellar, a que «hay más animales abandonados».
ANERPA sólo trabaja con animales domésticos -perros y gatos- pero recibe entre un 4 % y un 5 % de animales con heridas confirmadas por atropello, dato que ha crecido respecto a años anteriores, con un «porcentaje de variación que podría estar entre un 30 y un 35 % más de lo habitual» hasta ahora, asegura Rodellar.
Diversas causas
Además del abandono, hay otros factores que fomentan este problema como el exceso de velocidad al volante, el creciente descuido de las zonas rurales o la superpoblación de algunas especies como la de jabalí.
En este último caso, la responsable del programa de especies de WWF España, Laura Moreno, atribuye ese excedente a determinadas prácticas cinegéticas: «se sueltan para que haya más presas para la caza”.
Sin embargo, el director técnico de la Real Federación Española de Caza, Juan Pedro Herrera, lamenta que «la imagen social del cazador está ahora demonizada» y afirma que «cada vez hay más jabalíes en las proximidades de las grandes ciudades porque tienen alimento y por el abandono de las actividades tradicionales».
Según sus cálculos, «cada diez años se duplica el número de jabalíes» y a su juicio «la caza es la única opción efectiva» para frenar ese crecimiento desmesurado.
El Área de Conservación de Flora y Fauna de la Comunidad de Madrid (CAM), centro oficial de recuperación de especies, especifica que en esta región los atropellos afectan a un 87 % de mamíferos -75 % cinegéticos y 25 % especies protegidas-, un 10 % de rapaces y un 3 % de otras aves, anfibios y reptiles.
No son sólo animales grandes: «especies de pequeño tamaño como anfibios, reptiles, erizos o conejos son muy susceptibles a los atropellos», advierte Moreno, de WWF.
Recuperación y prevención
La mayoría de los animales domésticos atropellados puede recuperarse con los cuidados adecuados: «en ANERPA, 9 de cada 10 y muchos pueden volver a hacer vida normal», indica Rodellar, pero el caso de la fauna silvestre es distinto.
Los animales salvajes atropellados «vienen casi cadáveres o con un traumatismo tan severo que normalmente son eutanasiados», reconoce el jefe del Área de Conservación de la CAM, José Lara.
Sólo «un 18 % de los animales se recupera y puede ser liberado luego en la Naturaleza» pues «el 72 % muere en las primeras 24 horas y el 10 % restante queda con graves secuelas que impiden su reinserción», apunta Lara.
Aunque difieren en otros detalles del problema, Moreno y Herrera coinciden en la responsabilidad de la administración a la hora de afrontarlo, por ejemplo con el vallado o el firme en mal estado de las carreteras.
Rodellar propone además construir más pasos subterráneos o elevados en autovías y autopistas porque «las carreteras cortan las veredas naturales de los animales». EFEverde.
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