Un equipo del Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) de Barcelona ha conseguido recopilar datos muy valiosos de la temperatura y salinidad de la región subantártica que serán útiles para mejorar las predicciones del cambio climático gracias a una colaboración con el regatista Dídac Costa.
Estos datos de la región subantártica, de difícil acceso para los buques oceanográficos, han servido para validar los datos satelitales de salinidad de la zona, lo que puede ayudar a mejorar las predicciones del cambio climático en una de las zonas más afectadas por este, ha explicado este jueves el ICM-CSIC en un comunicado.
La salinidad y la temperatura del mar son dos parámetros que están directamente relacionados con el cambio climático, puesto que gobiernan la circulación oceánica, uno de los principales condicionantes del clima global.
Para la obtención de los datos, las investigadoras del ICM instalaron en la embarcación de Costa, bautizada con el apodo de «One Planet, One Ocean», una serie de sensores para medir la temperatura y la conductividad – determinada por la salinidad- del agua durante la Vendée Globe del año 2020-2021, la regata en solitario, sin escalas ni asistencia más famosa del mundo.
Objetivos y resultados de la investigación
Los resultados de la investigación se recogen en un estudio recientemente publicado en la revista «Journal of Marine Science and Engineering».
El objetivo principal de esta es validar los mapas de salinidad generados a partir de los datos recopilados por los satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA) y de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio Americana (NASA), claves para los modelos de cambio climático.
«Sin Dídac y la Fundación de Navegación Oceánica de Barcelona (FNOB), que financió la regata, nada hubiera sido posible, ya que se trata de una zona de difícil acceso para los barcos utilizados típicamente para la realización de campañas oceanográficas, que son mucho más grandes«, ha destacado la investigadora del ICM-CSIC Marta Umbert.
La investigadora ha subrayado que medir la salinidad de forma remota a través de los satélites en las regiones polares no es fácil, ya que la sensibilidad de estos en zonas donde el agua está especialmente fría es muy baja.
Sin embargo, la información de las zonas polares es «esencial«, pues es allí donde, debido a la mayor densidad del agua, se forman las aguas profundas que impulsan una parte importante de las corrientes oceánicas de gran escala. EFEverde
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