Bruselas (Euractiv / EuroEFE / EFEverde).- La eurodiputada del grupo liberal Renovar Europa Emma Wiesner, experta en asuntos climáticos, asegura que la Unión Europea (UE) se encamina hacia un nuevo capítulo histórico en su política verde, durante la cual se allanará el camino para consolidar las emisiones negativas del sector de la bioenergía, aunque eso debería lograrse sin usar «trucos» o hacerse «trampas», señala.
En una entrevista con Euractiv.com, socio de EFE, la diputada sueca, asegura que Europa está entrando en una nueva fase decisiva de cara a reducir las emisiones a la atmósfera y encauzar un verdadero cambio de paradigma climático.
“Estamos entrando en un nuevo capítulo de la política climática de la UE, abriendo una puerta a lo que el IPCC [Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático] señala como imprescindible para alcanzar los objetivos climáticos que nos hemos fijado. Estamos incrementando tanto las posibilidades como los beneficios de los sumideros de carbono y la eliminación (de emisiones) a la atmósfera”, subraya Wiesner.
En febrero pasado, Wiesner negoció en nombre del Parlamento Europeo un acuerdo «pionero en el mundo» sobre normas para la eliminación del carbono, y con ello allanó el camino para que la captura de carbono contribuya a alcanzar los objetivos climáticos globales de cero emisiones netas que se ha fijado el bloque comunitario europeo.
La quema de biomasa y la posterior captura del CO2 derivada están en el centro del actual debate sobre las emisiones negativas en Suecia y en el resto de socios de la UE, que hoy siguen dependiendo de la bioenergía.
En relación con el nuevo marco de la UE para la eliminación del carbono en Europa, la experta sueca señala que aunque Europa va en la buena dirección, de momento es sólo un primer avance.
“Lo que hemos hecho es el primer paso, al crear un marco para certificar el carbono eliminado y definir lo que es realmente una tonelada de emisiones negativas. Muy decisivo, pero sólo es el primer paso”, subraya la legisladora.
En opinión de Wiesner, los socios comunitarios tendrían una “deuda climática” que abonar, de manera conjunta, para lograr los objetivos establecidos en la fecha programada.
No camuflar ni disfrazar las emisiones de CO2
“Lo que necesitamos es establecer un mercado y fijar objetivos para que los Estados miembros contribuyan al sumidero de carbono o a las emisiones negativas. Yo lo veo como una deuda climática que cada país tiene que pagar”, señala.
“Los socios de la UE han emitido grandes cantidades de CO2 en el pasado, y ahora tienen la gran responsabilidad de absorberlo de la atmósfera. Deberíamos fijar un objetivo de emisiones técnicas negativas y establecer un mercado. Pero eso no debería figurar en el régimen de comercio de derechos de emisión de la UE. No deberíamos «disfrazar» nuestras emisiones”, advierte.
En palabras de la eurodiputada sueca, una de las claves pasaría por invertir en sistemas de captura y almacenamiento de carbono (CAC).
“Tendríamos que establecer algún tipo de plataforma (…) para ello. Me refiero sobre todo a los operadores de sistemas de calefacción urbana a pequeña escala que se apoyan en la biotecnología. Si empiezan a invertir en CAC (captura y almacenamiento de carbono), conseguirán nuevas eliminaciones (…), pero dado su tamaño, les resultará muy difícil encontrar a alguien que quiera comprar su crédito negativo de CO2”, apunta Wiesner.
No obstante, la eurodiputada puntualiza que el objetivo de Europa no debería ser eliminar los mercados voluntarios de carbono.
“No quiero acabar con el mercado voluntario, pero tenemos que asegurarnos de que no se pueden tomar medidas basándose exclusivamente en las eliminaciones de carbono. Por eso es tan importante que el marco (normativo de la UE) establezca una clara diferencia entre las absorciones permanentes [industriales] a largo plazo y las biológicas a corto plazo”, explica la diputada de Renovar Europa.
En opinión de Wiesner, uno de los mayores logros de su grupo, que según las encuestas pelea por ocupar el tercer lugar en las elecciones europeas de junio tras el grupo popular europeo (PPE), y los socialistas (S&D/PSE), es la introducción de un sistema que separe con claridad las diferentes formas de secuestro de carbono.
“Hemos introducido una clara separación entre las distintas formas de secuestro, ya sea la agricultura del carbono, el carbón “bio” o el secuestro biológico en campos sin arar, así como en el uso de legumbres. Esta distinción es algo de lo que estamos muy orgullosos”, comenta.
El impacto de las medidas en la práctica
“Cuando se usan las emisiones de carbono a escala industrial, hay que distinguir entre biogénicas y permanentes. Un vuelo transatlántico genera emisiones permanentes, que deben cubrirse con certificados permanentes. Las emisiones agrícolas son menos permanentes y pueden cubrirse con absorciones biogénicas”, explica Wiesner.
En su opinión, habría que poner en marcha un sistema “sólido y fiable sobre lo que realmente es la eliminación de CO2 de la atmósfera”.
Ese sistema, asegura, podría tener un gran impacto para los agricultores, quienes podrían generar ingresos extra.
“Ahora mismo, los agricultores no son recompensados por eliminar CO2 de la atmósfera, pero con este nuevo marco eso será posible. En realidad, sólo estamos explorando el potencial de la eliminación de carbono. Pero hemos establecido una norma que esperamos sea adoptada a escala internacional”, señala Wiesner.
Una de las preguntas que se plantean es, además de a los agricultores, a qué otros sectores podría beneficiar ese nuevo marco, y qué impacto positivo tendrá en el medio ambiente en la UE.
“En Suecia contamos con un sector bio energético muy fuerte. Este nuevo marco no debería ser un incentivo para potenciar más bioenergía, pero en las instalaciones donde ya hay bioenergía, ese debería ser el incentivo para añadir CAC (…)”, apunta Wiesner.
Otra de las preguntas que surgen es si el CO2 capturado por la quema de árboles no sería una de las formas más baratas de generar nuevos créditos climáticos, entre otras medidas.
“Estamos ante una dura competencia por la biomasa, y eso se agravará en el futuro. Sectores como el de los combustibles ecológicos para la aviación, los productos químicos ecológicos, los textiles ecológicos, el vidrio ecológico y los productos ecológicos dependen todos ellos de la biomasa. Eso hace que la biomasa sea muy valiosa, demasiado valiosa para quemarla”, señala la diputada sueca.
“Cada vez que me reúno con alguna empresa sueca de calefacción urbana, aprovecho para decirles que se lo piensen a fondo. Que busquen flujos de residuos, que busquen calor residual industrial y otras fuentes de energía, porque la biomasa será demasiado valiosa para la bioenergía. Pero donde haya bioenergía, creo que debería combinarse con CAC”, concluye Wiesner.
Editado por Fernando Heller
Entrevista de Euroefe/Euractiv y republicada en alianza con EFEverde
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Esta tribuna puede reproducirse libremente citando a sus autores y a EFEverde.
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