Escribe: David Nieto Maceín (Profesor de etología)
La inclusión del lobo en el listado de protección (LESPRE) se debió a que un Comité científico independiente determinó que la situación de conservación de la especie era, y sigue siendo, DESFAVORABLE. De hecho, su población se mantiene estancada desde hace décadas, aunque la industria ganadera y determinados políticos intentan hacer creer al público lo contrario.
En una ley ajena a la conservación de la naturaleza, la Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, han colado, mediante una treta política, una absurda enmienda para sacar al lobo del listado de protección con la increíble excusa de que desperdicia carne de consumo humano. Esto constituye una burla hacia el trabajo científico y de conservación de la biodiversidad realizado durante décadas y responde exclusivamente a intereses políticos y electorales.
Rápidamente, Cantabria ha fijado un cupo de 41 lobos a eliminar a partir de hoy, cuando están en pleno período reproductor. Esta decisión desafía la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE, cuya aplicación es obligatoria. Al desoír la legislación europea, las autoridades incurren en un grave delito de prevaricación para favorecer intereses privados contra el bien común.
En 2024, el Tribunal europeo sentenció que Castilla y León no podía permitir la caza del lobo si su estado de conservación a nivel nacional era desfavorable y que no se pueden conceder excepciones a la prohibición de su caza en dicho estado de conservación.
La UE aprueba rebajar la protección al lobo, con los votos en contra de España e Irlanda
Desde Lobo Marley consideramos que la ganadería es una actividad empresarial privada que en nada tendría que entrometerse con decisiones en materia de conservación de la Biodiversidad y el Patrimonio Natural. Aunque dicen que así aseguran la compatibilidad del lobo con la ganadería extensiva, la ciencia ha demostrado en múltiples estudios que los daños al ganado son directamente proporcionales a los lobos que se matan, lo que es fácil de comprender puesto que las muertes de lobos suponen la desestructuración de sus grupos, lo que conlleva el ajuste predatorio y el que acaben predando sobre ganado no vigilado.
Sabemos también que los daños al ganado se producen sólo cuando este permanece sin vigilancia y, por tanto, los ganaderos, responsables de su negocio, lo son también de las bajas que se puedan producir. El hecho de no proteger el ganado con medios preventivos adecuados supone una flagrante negligencia hacia el bienestar animal y esto lo vamos a tener en cuenta.
Aunque el Congreso ha permitido desproteger al lobo, esto entra en conflicto con las directrices europeas, lo que va a derivar en desafíos legales. Desde Lobo Marley vamos a llevar ante la Justicia a cada uno de los responsables de estas aberrantes decisiones que atentan contra el Patrimonio Natural de todos y contra las directrices europeas, puesto que tienen la obligación de asegurar un estado de conservación favorable para la especie.
David Nieto Maceín es profesor de etología y colabora en diversos proyectos de investigación y conservación.
Suecia decide matar la mitad de sus lobos. Por (*) David Nieto Maceín
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