La descarbonización de la distribución urbana de mercancías es crucial y uno de los desafíos ambientales más urgentes de nuestras ciudades. En el día del aire limpio (7 sept), urge abordarlo. La creciente demanda de entregas a domicilio impacta directamente en la calidad del aire, y es urgente reflexionar sobre cómo cada uno de nosotros puede contribuir a reducir esta huella ecológica para garantizar un futuro más saludable y sostenible. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos.
La distribución urbana de mercancías se ha convertido en un elemento esencial de nuestra vida diaria. Cada vez que recibimos un paquete de una compra online, pocas veces consideramos el impacto ambiental de ese proceso. Sin embargo, detrás de cada entrega hay una serie de emisiones contaminantes que afectan la calidad del aire que respiramos. En el contexto del Día del Aire Limpio, es crucial reflexionar sobre la importancia de descarbonizar este sector para reducir su huella ambiental junto con un cambio de un modelo de consumo sostenible.
El sector del transporte es uno de los mayores contribuyentes a la contaminación del aire en España: representa el 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Dentro de este sector, la distribución de mercancías, especialmente en el tramo final conocido como la «última milla«, juega un papel crucial. Se estima que esta actividad emite alrededor de 3 millones de toneladas de CO2 anuales en Europa. Los vehículos de reparto, como camiones y furgonetas, son responsables de una parte considerable de estas emisiones, contribuyendo además a la congestión del tráfico y al deterioro de la calidad del aire en nuestras ciudades. Las consecuencias son claras, las vemos a diario con problemas de salud, como el asma y otras enfermedades respiratorias, que afectan especialmente a los grupos más vulnerables.
Para enfrentar este desafío, es fundamental replantearse el modelo de consumo y transicionar hacia vehículos eléctricos en la distribución urbana de mercancías. Aunque la inversión inicial en estos vehículos es alta, los beneficios a largo plazo son evidentes, ya que reducen no solo emisiones, sino también costos de combustible. Además, el fomento de alternativas sostenibles como bicicletas de carga y vehículos de transporte público adaptados es crucial. Estas opciones no solo son efectivas, sino que también contribuyen a descongestionar las calles y mejorar la fluidez del tránsito.
En este camino hacia la descarbonización, las empresas, junto con las políticas públicas, desempeñan un papel fundamental. En esta transición, pueden liderar el cambio con alternativas y proporcionando ayudas e incentivos para la adopción de medidas que incluyan estos vehículos con el apoyo a la infraestructura de carga necesaria.
Sin embargo, la descarbonización del transporte no es un desafío que solo puedan resolver las políticas y empresas; la ciudadanía también desempeñan un papel crucial a través de sus hábitos de consumo. Optar por comprar en comercios locales para evitar tantos envíos o, si es necesario comprar en línea, elegir puntos de recogida en lugar de entregas a domicilio, son acciones simples pero poderosas. Estas decisiones tienen una repercusión diaria: reducen tanto las emisiones asociadas como la cantidad de vehículos circulando por las calles.
Además, como hemos demostrado con acciones desde Ecodes para reducir las emisiones del transporte, los puntos de recogida permiten la consolidación de entregas, lo que disminuye la necesidad de múltiples viajes para entregar productos individuales y una flexibilidad que se ajuste a nuestros horarios en la recogida de paquetes.
Otra de las opciones es apoyar la transición hacia una logística más limpia mediante decisiones conscientes al comprar. Por ejemplo, agrupar compras para reducir el número de envíos o elegir opciones de entrega más sostenibles cuando estén disponibles. También es importante verificar bien el color y la talla antes de comprar para evitar devoluciones innecesarias, que aumentan los envíos y la huella de carbono Este tipo de práctica incrementa significativamente el número de envíos y devoluciones, lo que contribuye a una mayor huella de carbono. Aunque estas acciones puedan parecer pequeñas a nivel individual, pueden tener un impacto significativo cuando se adoptan de manera generalizada.
El Día del Aire limpio llega un año más para recordarnos todo el año la importancia de descarbonizar la distribución urbana de mercancías para mejorar la calidad del aire y garantizar un presente y un futuro mejor. En este salto hacia una ciudad habitable, las políticas públicas y nuestras decisiones diarias pueden reducir la huella ecológica del transporte urbano. Al adoptar prácticas más sostenibles, podemos transformar nuestras ciudades en lugares donde podamos darnos un respiro de aire fresco.
(*) Nicole Julien es responsable del proyecto Distribución Urbana de Mercancías – Políticas Públicas y Gobernanza Climática ECODES
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