• 04/05/2024 22:33

¿Qué se dice de LegalTech en las universidades?

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(En imagen principal, los ponentes en la primera de las jornadas de innovación docente en la UCM)

¿Os suena el concepto de legaltech? Nadie levanta la mano. ¿Habéis trasteado con alguna herramienta? Risas… ¿De vergüenza, de culpa, de molestia? En las universidades no se habla de LegalTech, sino de “tecnología relacionada con el derecho”. Este detalle lingüístico puede parecer de irrisoria importancia, pero refleja la gran distancia que existe entre los estudiantes de Derecho y el actual panorama tecnológico. Una brecha que las Jornadas de Innovación Docente, que se celebraron los días 13 y 14 en la Universidad Complutense de Madrid y que llevaban por título Transformación digital de la sociedad y de las profesiones jurídicas, vienen a cubrir. Así lo expresó la organizadora del evento, María Concepción Rayón Ballesteros: “La jornada tiene el propósito de ser una brújula para el amplio mundo de las tecnologías y el derecho”.

Esta brújula tuvo la misión de guiar hacia buen recaudo las preocupaciones de los estudiantes. Muchas de ellas resuenan desde hace casi dos años. ¿Nos quitará la IA el trabajo? o ¿Puede la IA poner en riesgo el código deontológico? son algunas de esas cuestiones que, aunque aún no tienen una respuesta definida para nadie, estigmatizan el concepto de IA día sí, día también, y alejan a los estudiantes de su comprensión.

Quizá por ello, Emilio Suñé y Francisco Santamaría, Catedrático y Profesor por la UCM, respectivamente, iniciaron las jornadas poniendo en perspectiva el alcance temporal de las revoluciones tecnológicas, remontándose a sus albores y evolución. Estas, en su momento, supusieron un boom que parecía catatónico, pero luego se normalizaron y hubo tiempo para que el ser humano se adaptase mediante regulaciones y formación al respecto. En este sentido, sucede igual con las herramientas de IA. Ya han llegado. Ya han hecho boom. Y ahora debemos formarnos en ellas porque, como dice el ponente Fabio López Montañez, Director de Gestión Operativa y Proyectos de CMS Albiñana, son «claves para estar puestos en el mercado laboral». Un mercado laboral que en España es el segundo más avanzado en cuanto a LegalTech, por detrás de Reino Unido. De este impactante titular se desprendieron algunos ejemplos como Luminance, Sibila de Lefebvre, Jurimetría, Matilda, que solo son de las muchas herramientas que, en palabras de Fabio, representan «una ventaja competitiva para cuando lleguéis a vuestra vida laboral», ya que, añade, «quien sepa trabajar con eficiencia va a poder obtener mejores resultados que quien no lo hace«.

Dada la importancia de la formación, la presencia de Alfonso Muñiz Vigil, Director de Cursos en la Escuela de Práctica Jurídica, donde ya se está formando en torno a las LegalTech, fue clave. En palabras de Alfonso, “hay muchos trabajos que no van a sobrevivir a la aplicación de IA”, pero, añade, «aquellos servicios en los que busca contacto humano, comprensión y ser escuchado, son posiblemente los más complejos de sustituir» y, por tanto, prosigue, «el valor sustancial de los abogados no cambia». Alfonso recalca que «hay que saber identificar dónde hay valor y dónde no«.

Una de las alumnas manifestó sus inquietudes ante la sobreinformación, la falta de enseñanza sobre LegalTech y, a la vez, el paradójico requisito de adaptación que desciende del estrato laboral. Alfonso respondió que se aprende “a golpe de error. Tienes que aprender usándolo, usando prompt. Es un mundo». Efectivamente, es un mundo, y muchas veces los estudiantes no saben por dónde empezar.

Por ello, en la segunda jornada, se llevó la teoría a la práctica. En tal empresa tuvo especial relevancia nuestro director, Josep Mª Fernández Comas, que aterrizó y asentó el concepto de Legaltech entre los estudiantes explicando algunas de las herramientas más importantes y cómo usarlas. Entre ellas, estuvieron GenIA-L, de Lefebvre; Justicio; Global AI y Maite.ai. De las exposiciones de estas herramientas se desprendieron, asimismo, conceptos que muchos estudiantes no conocían, como legal prompting (“el arte de hablar con la máquina”) o CRM.

La ponencia de Josep Mª dio paso a la de Rafel Pastrana Aguilar, abogado y miembro de AJA-Madrid, que lanzó al aire una arriesgada pregunta: ¿Quién de aquí quiere ser abogado? Ninguno levantó la mano. Rafael interpretó que todos querían opositar, algo que consideró una gran fuga de talento, y procedió a contarnos su experiencia al acabar la carrera y la falta de preparación con la que contaba para afrontar al mundo real, una preocupación que posiblemente vive en la mente de muchos estudiantes y no anima a que alcen la mano cuando se les pregunta por sus ambiciones. Rafael tocó temas de gran importancia, como la responsabilidad de usar con cabeza las herramientas de IA presentadas por Txema. “El abogado debe saber hacer más que poner el nombre del demandante y poner su género y dejar que la IA haga el resto”, y “el tiempo que se ahorra se debe dedicar a la revisión”, dijo en referencia al abuso que muchos abogados pueden hacer de la IA para quitarse trabajo.

Las jornadas resolvieron bastantes dudas y trajeron otras, como toda ampliación de conocimiento. Así se percibieron, al menos, preguntas como la difícil combinación de IA y deontología, o la importancia que los grandes despachos dan a las herramientas tecnológicas.

Es posible que, tras las jornadas, la IA siga siendo para algunos un elemento hostil, mientras que para otros se haya convertido en una herramienta más amigable. Sea como sea, formarse en ella es imprescindible, y de eso y de su relevancia a la hora de potenciar habilidades, sí que no ha quedado ninguna duda. Algo que demuestra la importancia de jornadas como esta y proyectos como ConoceDe para acercar a los jóvenes a una visión de su posible futuro y así erradicar estigmas.