Lemontech es una de las legaltech protagonistas en Latinoamérica, con herramientas muy enfocadas a la gestión legal como CaseTracking y TimeBilling. Un hito fundamenta en esta compañía fue su adquisición por el fondo Accel-KKR, con mucha experiencia en operaciones con tecnológicas. Quisimos hablar con Mariano Werner, CEO de Lemontech, abogado argentino con un MBA por la Universidad de Stanford, y que atesora una trayectoria espectacular de más de 15 años como abogado, consultor, gestor de negocios B2, mentor y docente.
En este episodio 3 de nuestra larga conversación con Mariano, quisimos que compartiera sus impresiones sobre el eterno dilema entre la gestión por horas o por proyectos, y Mariano encuentra un camino intermedio digno de análisis: «Me gustaría desasociar el cobro por horas de la gestión por horas. La gestión por horas debería ser como prevalente en los despachos, sobre todo los que quieren crecer».
Mariano, vuestra herramienta TimeBilling como ya avisa su nombre, controla el tiempo y gestiona la facturación de la firma y el control del tiempo, ni mñas ni menos que una de las claves en la gestión legal. Pero ya sea que el despacho facture por horas o facture por proyectos, lo importante es que no se pille los dedos al calcular el presupuesto del asunto. ¿Qué pautas darías a esos juristas para tener el dato más exacto posible sobre el tiempo que invierten en tareas y en asuntos? Más allá de contratar TimeBilling, claro.
Si no tenés la cultura de cargar horas, es muy difícil que empieces a cargar horas. Si no tenés tus clientes que carguen por horas, es difícil que cargues.
Es una pena, y no solo porque vendo un software que se llama TimeBilling (por cierto, vamos a cambiar el nombre) que los abogados, que son como los entes productivos de un despacho (y que no se ofendan los abogados, yo lo soy), no tengan para nada medido cuánto genera o cuánto tiene en su línea de producción, de modo que después pueda pensar «Qué raro, metí un montón de horas y saqué poco, o qué bueno no metí tanto y saqué mucho”. Y eso ocurre porque las cosas no se miden.
Creo que también está en nosotros dar funcionalidades para hacer más fácil la carga de tiempo. Cuando yo cargaba horas, era una pesadilla. Siempre lo hacía tarde, y cuando lo haces tarde, lo haces mal, porque no te acordás. El secreto es hacerlo semiautomático o casi automático, y por eso nosotros tenemos un sistema llamado TimeMemory, que lee lo que estás haciendo y te propone después lo que hay que cargar. Esta solución u otra que te lleve a hacer muy fácil la carga de horas debería ser muy bienvenida por estudios que todavía no cargan por horas. Porque de verdad es impresionante las ineficiencias que hay.
Necesitamos ayuda en ser más eficientes. Si no cobro por horas y mi estudio no tiene la costumbre de cargar, es imposible que lo haga. Creo que sería muy bueno en el management medir, y me refiero a horas y a un montón de indicadores que ayuden a dar más transparencia y gestionar el estudio como lo que es: es una empresa. Saber qué necesitas, cuáles son mis activos, ver en qué están dedicando el tiempo mis abogados.
Siempre se dice que el cobro por horas va a morir. Yo no lo he visto morir, eso dicen hace un montón de tiempo y no vemos que se cobre menos por hora, pero me gustaría desasociar el cobro por horas de la gestión por horas. La gestión por horas debería ser como prevalente en los despachos, sobre todo los que quieren crecer.
Mariano, dentro de unos años la profesión va a ser completamente diferente. ¿Cómo ha evolucionado el objetivo de Lemontech a lo largo de sus 17 años de historia?
Es una historia larga, pero no es tan larga. Al principio, con el founder Nacho Canals, era más un software factory y ahora ya tenemos dos productos. De 2013 a 2016 desde Chile los dos productos empezaron una incipiente internacionalización. Era una etapa donde la empresa todavía era chica, y como empresa chica, lo que manda es la caja. Se empieza a internacionalizar, cambia el gerente general y además ahí Nacho decide vender una parte relevante de la propiedad a un fondo de Estados Unidos que se llama Accel KKR, que tiene oficina principal en Palo Alto, California, pero también en Atlanta, en México y en Londres. Y entonces, en 2019, empieza decididamente otra etapa.
En ese momento me trajeron como Director en el board de la empresa, pero la verdad es que se quedó medio trunco porque vino el Covid en 2020. Acá, como todo el mundo, nos asustamos, no sabíamos, y ahí como que fue más contener el equipo, contener a los clientes. A la larga, si bien el Covid ha sido un desastre para todos como sociedad, para el mundo legal aceleró mucho la adopción de tecnología. Me nombran en octubre de 2020, y ahí empieza la etapa de verdad, porque hasta entonces se había paralizado y se trajo ya una noción de hacerla crecer mucho más, de poner al cliente en el centro, de una expansión internacional y además de darle un propósito más claro. Nosotros hoy tenemos como propósito impulsar un mundo legal moderno y justo.
Vivimos una época revolucionaria, hay mucha más competencia, mucha más tecnología, modelos alternativos y la gente que maneja un negocio y que da empleo. puede tener herramientas para ser exitosos en esa transformación. Y ojalá al final se generen más abogados. Un abogado a grandes rasgos hace cuatro cosas en un despacho: está el pensamiento jurídico, está la atención al cliente, está ejecutar ese pensamiento jurídico y está la administración de su despacho. Creo que esto va hacia potenciar mucho los primeros dos, y que lo tercero que es la ejecución, que toma muchísimo tiempo, se automatice lo más que se pueda.