• 03/05/2024 09:09

«Los argelinos tienen una cultura más parecida a los españoles que a los franceses. Es un país amigo»

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Argelia se ha convertido en un quebradero de cabeza para las empresas nacionales, que observan con preocupación el bloqueo comercial al que ha sometido el país árabe a España. Pero no hace mucho, el territorio era sinónimo de esplendor y oportunidades. Incluso llegó a tener una amplia comunidad de trabajadores españoles que huían de la crisis económica causada por la burbuja inmobiliaria.

Una de ellos era Esther Ahijado, ingeniera de Caminos, Canales y Puertos y actual jefa del departamento de servicios internacionales del Colegio de Caminos. «Era un destino de acogida», resume. Su experiencia en Argelia se divide en dos etapas. Y «apenas se parece una con la otra». Entre 2010 y 2012, Ahijado vivió en la ciudad de Orán «un gran crecimiento del país, que quería desarrollar sus infraestructuras para situarse a la altura de los grandes países europeos». Los proyectos públicos estaban bien remunerados y permitieron que decenas de empresas españolas entraran en el país.

Fueron años en los que multinacionales nacionales como Sacyr, Técnicas Reunidas o Isolux pujaban para hacerse con ambiciosos proyectos. «Es cierto que no era fácil trabajar allí, porque en muchos casos desconocían cómo se ejecutaban los procedimientos. Pero tenían mucha capacidad económica y ganas de crecer», señala Ahijado.

La segunda etapa (entre 2014 y 2019), vivida en Argel, fue radicalmente distinta. «El petróleo y el gas habían caído con fuerza, el país tenía menos ingresos y muchos proyectos se cancelaron». Y lo que es más importante, el país empezó a aplicar una serie de prácticas proteccionistas que dificultaron que los negocios de las empresas extranjeras. «Las compañías nacionales no tenían capacidad, pero ellos insistían en potenciarlas», comenta Ahijado. Tras estas prácticas, se inició un goteo de empresas españolas que abandonaban el país a partir de 2015.

La ingeniera, con todo, se queda con la «cercanía» de los argelinos. «Era un país amigo, que siente que tiene muchos más lazos culturales con España que con otros a priori más cercanos, como Francia».

«No me sentía del todo seguro»
La experiencia en el país de Facundo Salas, un ingeniero gaditano, fue menos positiva. Vivió la cara más insegura de Argelia, al trabajar durante un año y medio en un campamento asentado en Djelfa. Una zona situada a 300 kilómetros de Argel «donde eran frecuentes los atentados». «Trabajábamos en un proyecto relacionado con una central de ciclo combinado para una empresa pública argelina que tenía una forma de funcionar muy dictatorial», explica este ingeniero.

«Tú no les podías hablar en inglés porque se ofendían. Tenías que dirigirte a ellos en árabe o en francés. Pero ellos sí que te podían responder en inglés. Era una forma de decirnos, aquí soy yo el que manda», recuerda Salas. Según sus palabras, trabajadores allí desplazados dormían en una especie de barracones y tenían que ir acompañados por escoltas en todo momento.

«Los trayectos eran además eternos, porque cada vez que cambiábamos de provincia también cambiábamos de esoltas. No me sentí seguro del todo en ningún momento», añade el ingeniero, que también puntualiza que sus compañeros argelinos le aseguraban que «el ambiente en la costa era distinto».

Su experiencia en el país africano duró un año y medio y terminó en 2019. Como la de cientos de españoles que se desplazaron allí en la última década. En unos pocos años, Argelia pasó de ser una solución a un problema para las empresas españolas. Hoy, las pocas que mantienen su interés en invertir en el país se encuentran con un conflicto económico de incierta resolución.


Artículo de (abc) publicado en https://www.abc.es/economia/abci-argelinos-tienen-cultura-mas-parecida-espanoles-franceses-pais-amigo-202206190114_noticia.html