Banco Santander es un transatlántico de 1,66 billones de euros en activos repartidos por medio mundo. Y ahora tiene nuevo número 2 para llevar el barco al puerto de la rentabilidad, la eficiencia y el beneficio. Héctor Grisi es el elegido por el consejo de administración para ocupar el cargo de nuevo consejero delegado en sustitución de José Antonio Álvarez, que llevaba en el cargo desde 2015 y que desde hace ya tres años tenía cada vez más cara de interino. Este último se mantendrá como vicepresidente no ejecutivo.
El relevo no es casual sino algo muy pensado y el nombre está consensuado con todos, incluido el Banco Central Europeo (BCE). En 2018 se anunció el fichaje del italiano Andrea Orcel para ser el nuevo CEO y salió rana hasta el punto de que rompieron su contrato y un juez condenó al Santander por ello. Con esa experiencia tan reciente, en el banco decidieron que lo mejor era tirar de promoción interna en busca de un perfil con reputación y experiencia internacionales.
Tres nombres estuvieron en la terna final: Antonio Simoes, Carlos Rey y Héctor Grisi. Ha sido este último el que ha conculcado más apoyos y simpatías, por la labor que viene realizando al otro lado del Atlántico como CEO de Santander México y responsable de todo Norteamérica, que incluye Estados Unidos. Precisamente México y Estados Unidos son dos mercados estratégicos para el banco y con amplio potencial de futuro. En 2021, el primero de esos territorios reportó 835 millones al beneficio anual y el segundo 2.326 millones. Este último se situó como el primer mercado del grupo, a la par con Brasil. El culpable del crecimiento de Norteamérica es Grisi.
Su trayectoria profesional comenzó hace más de 35 años. Antes de incorporarse a Santander, trabajó durante 18 años en Credit Suisse, donde ocupó distintos puestos de responsabilidad. Desembarcó en el Santander en 2015 para pilotar la filial en México y en 2019 fue nombrado responsable regional.
Ahora da otro salto en la cúpula, pese a que no estaba previsto comunicar tan pronto el relevo. Grisi entrará al cargo el 1 de enero de 2023, siempre que se reciban «las aprobaciones correspondientes». El nuevo CEO reportará directamente al consejo de administración, en línea con la nueva estructura de gestión anunciada el 24 de febrero de este año, y no a Ana Botín, en línea con las prácticas de gobernanza que reclama el BCE, que no quiere presidentes ejecutivos con control total sobre las entidades. Si estuviera en otra entidad, el mexicano sería el número 1 del banco, pero en el modelo del Santander la presidenta sigue mandando.
El objetivo era conjugar el ‘OK’ de los accionistas -los fondos, que suelen poner problemas-, del BCE y del consejo. Todo está encarrilado, y además se manda un mensaje en plena batalla por crecer en el país de procedencia de Grisi, México.
Su desembarco en la cúpula supone un guiño en toda regla al país azteca; un territorio con potencial de bancarización y aún por explotar en su totalidad. El Santander redobla con Grisi su apuesta por el país y reconfirma que México jugará un papel fundamental en el futuro de la entidad.
El mensaje puede entenderse también hacia el presidente mexicano, López Obrador, que rechaza el crecimiento de las empresas españolas en su territorio. El último caso: la entrada del Santander en el proceso de venta de la filial de Citi en la región, Banamex.
El banco quiere comprar Banamex, en efectivo, y con el beneplácito de López Obrador para ser la primera entidad del país. De hecho, ya han entrada al ‘data room’ para analizar la operación, el paso previo a presentar una oferta. Y cumplir con ello es más fácil con Grisi de CEO que sin él.
Además, el nuevo consejero delegado es quien ha venido monitorizando la entrada del Santander en la puja: si encaja dentro del negocio, que han concluido que sí; si pueden pagarlo en efectivo, que todo apunta a que sí; y si pueden adelantarse a sus competidores.
Dichos competidores, como publicó Bloomberg, son otras entidades mexicanas que ya parten con ventaja simplemente por su nacionalidad. Estas son Banorte por un lado, uno de los líderes del mercado, e Inbursa, del magnate Carlos Slim. Asimismo, están en el ‘data room’ revisando la operación otras firmas de menor tamaño como Grupo México SAB y Banca Mifel. Por el camino aparece también BBVA, que es líder actualmente en el país, aunque la entidad presidida por Carlos Torres todavía no se ha decidido a formar parte de la pugna.
