Por pequeña que sea y por poco que sea el presupuesto disponible, cualquier terraza o balcón se puede transformar en una especie de oasis en el que escapar de los sinsabores de la ciudad. Estos espacios exteriores ya demostraron su tremenda importancia durante la pandemia y los confinamientos. Sobre todo, para los que no contaban con este remedio. Dos años después, no han perdido fieles.