La ministra de Defensa, Margarita Robles, presentó ayer noche al alimón, con el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, el último libro que acaba de publicar el conocido abogado Manuel Medina González, de 78 años, fundador de la firma Medina Cuadros, que ha titulado «Pasión por la vida» y que es eso, precisamente, una celebración de la existencia.
«El libro es un ejemplo de fuerza y de pasión. Es, en suma, una historia de amor en la que los lectores recibimos una lección de vivir. Es un libro muy especial», declaró Robles, que también es la prologuista del libro, durante su intervención antre un auditorio que rozó las 350 personas en un acto que se celebró en el Hotel Intercontinental, de Madrid.
La ministra Robles durante su intervención. Foto: Confilegal.
Núñez Feijóo, por su parte, bromeó con la asistencia de Robles: «Cuando me invitó Manolo le pregunté que qué ministra iba a venir a presentar su libro. Me respondió que la de Defensa. Le contesté que iría porque me va a defender del Gobierno».
Ni Robles ni Feijóo se refirieron a los intercambios de declaraciones que unos y otros pronunciaron a cuenta de la supresión del delito de sedición y posiblemente también del delito de malversación de fondos públicos.
El afán compartido fue el de elogiar a su amigo común Manuel Medina, en esta nueva publicación de libro, que hace el decimoquinto.
Cerró el acto, que había comenzado David Trías, director literario de Plaza y Janés, el autor, Manuel Medina, que con mucha gracia relató sus orígenes, en el seno de una familia muy humilde cuyo padre era analfabeto, igual que sus abuelos, agricultores, originarios todos de Villanueva del Arzobispo, Jaén.
Para ello, toma como hilo conductor la historia de su hermana Carmen, de su padre, y de sus ocho hermanos.
Manuel Medina convocó a todos sus amigos a la presentación de su decimoquinto libro, «Pasión por vivir». Foto: confilegal.
MANUEL MEDINA, UN «SELF MADE MAN»
Manuel Medina es lo que en Estados Unidos se denominaría como «self made man», un hombre hecho a sí mismo que, viniendo de la nada, ha conseguido levantar una potente firma de aboados con sedes en Madrid, Barcelona, Sevilla, Granada, Oviedo, Santaigo de Compostela, Jaén y Lanzarote, además de una sede central en México desde donde se controlan las actividades en Brasil y Colombia.
El libro, escrito durante la pandemia, relata las circunstancias de la primera mitad de siglo pasado para acercarlas al presente, unidos ambos facotres humanos, los de ayer y los de hoy.
«Lo fundamental era comer y vestirse, calzarse era menos importante. El calzado podía considerarse un artículo de lujo para los centenares de famlias que, apiñadas en cortijos y cobertizos, lograban descandsar y taparse, lo que podían con una manta de la sierra del Segura», relata en el libro. «En aquellos tiempos se conocían muy poco las sábanas. La costumbre era dormir casi vestido, para no pasar frío».
Otro gran problema que tenía la familia, retala, «era el enorme complejo a la hora de comer con alguien que no fuera de igual clase. El uso del tenedor y cuchillo los alteraba de tal forma que, pasados los años 50, aún se utilizaba solo la navaja para todo. Era la única herramienta con la que se identificaba a la gente del campo».
Manuel Medina cerró la presentación de su libro con una intervención llena de humor y de declaración pública de amistad hacia todos los presente.
«Preferían degustar las existencias de la matanza a las que estaban acostumbrados en lugar de un suculenta comida con cuchillo y tenedor», cuenta Medina.
Un relato de miseria que recuerda escenas de «Los santos inocentes», la novela de Miguel Delibes.
En aquellos tiempos, prosigue, «aún no había luz eléctrica en los cortijos y la única posiblidad de reconocer a alguien era encendiendo la literna y enfocando hacia su cara, cuenta. Las noches eran particularmente peligrosas porque los cortijos –y él y sus hermanos vivían en uno– eran asaltados para llevarse las existencias almacenadas, «tales como patatas, garbanzos, maíz y toda clase de legumbres, pues el robo se hacía por hambre».
A pesar de todo, a pesar de las penurias pasadas, Medina es muy positivo.
«Mi hermana fue una heroína porque que hizo lo que todo el mundo criticaba», dijo durante su intervención. Que cerró con una idea muy positiva: «No os dejéis llevar por la duda y el miedo. Apostad por la vida, por el futuro, por la gente buena. Aunque corten las flores no impedirán que llegue la primavera«, concluyó.
Entre los invitados estuvieron los presidentes del Real Madrid, Florentino Pérez, y del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, el decano del Colegio de la Abogacía de Madrid, José María Alonso, el candidato a decano de ese mismo Colegio, Juan Gonzalo Ospina, el abogado Baltasar Garzón y su pareja, la fiscal del Supremo, exministra de Justicia y exfiscal general del Estado, Dolores Delgado, el magistrado de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, el exministro de Transportes, José Luis Ábalos, el exsecretario general de UGT, Cándido Méndez, el exdecano de la procura de Madrid, Gabriel María de Diego Quevedo, y la escritora, Julia Navarro, entre otros.
