Irene Gascón, Asociada Área de Patentes de ELZABURU
Quiero aprovechar la celebración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, para rendir homenaje a Margarita Salas Falgueras, con quien tuve la suerte y el honor de compartir experiencias en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de la UAM, y bajo cuya dirección llevé a cabo mi tesis doctoral.
En el competitivo escenario de la ciencia y la investigación, Margarita Salas desafió las barreras de género, convirtiéndose en una investigadora y bioquímica de renombre internacional y apareciendo como una figura pionera en la lucha por la igualdad y la equiparación profesional de las mujeres.
Nacida en 1938 en Canero, Asturias, la figura del eminente investigador también asturiano, Severo Ochoa, le sirvió de inspiración para descubrir en la ciencia la auténtica vocación de su vida. Y es que su trayectoria está marcada por una dedicación absoluta a la ciencia y por un firme compromiso con la igualdad de oportunidades.
Fiel a su vocación, Margarita comenzó sus pasos investigadores haciendo su tesis en el laboratorio del bioquímico Alberto Sols. En alguna ocasión comentaba lo perpleja que se sentía en aquel momento, cuando su director de tesis discutía los resultados de sus experimentos con su compañero de tesis, y después marido, Eladio Viñuela, en lugar de dirigirse directamente a ella.
Eso cambió cuando su formación académica y valía la llevaron a convertirse en discípula precisamente de su admirado Severo Ochoa, con quien colaboró estrechamente junto a su marido en la Universidad de Nueva York durante su estancia en Estados Unidos, desde 1964 hasta 1967. Esta experiencia junto al ilustre premio Nobel no solo consolidó su especialización en bioquímica, sino que también la situó en un entorno científico de vanguardia.
Su regreso a España en 1967 marcó el comienzo de una carrera prolífica: su descubrimiento de la ADN polimerasa del virus PHI29 se convirtió en la patente más rentable del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), una institución en la que Margarita trabajó toda su vida.
A lo largo de su carrera, demostró que el género no debe ser un obstáculo para el éxito en la ciencia. Su excelencia científica y su determinación para superar los desafíos la consolidaron como un referente para las mujeres que aspiraban a una carrera en la investigación.
Desde su posición como investigadora y académica, abogó por la implementación de programas de apoyo específicamente diseñados para mujeres científicas. Entre quienes tuvieron la suerte de ser mentoreadas por ella podemos destacar a María Blasco y Marisol Soengas, entre otras.
Fue la primera investigadora y científica que entró en la Academia de las Ciencias de Estados Unidos y entre otros premios como la Medalla Mendel, el Premio Nacional Ramón y Cajal, el Premio L´Oreal Unesco, fue distinguida en 2019 con el Premio al Inventor Europeo otorgado por la Organización Europea de Patentes (OEP) “por su contribución excepcional a la sociedad, al progreso tecnológico y al crecimiento económico”.
Su valentía, determinación y compromiso con hacer la ciencia más inclusiva y accesible para todas las personas, independientemente de su género, dejaron una marca indeleble en el mundo de la ciencia y continúan inspirando a generaciones futuras de mujeres científicas.
Además de una investigadora fuera de serie fue una formadora excelente. Por su laboratorio hemos pasado docenas de investigadores e investigadoras, los denominados “margaritos”, muchos de los cuales continúan impulsando la investigación y la ciencia en nuestro país.
Hoy, desde nuestra firma ELZABURU, en la que apoyamos y celebramos la innovación, hacemos este pequeño homenaje a Margarita Salas en agradecimiento por su enorme contribución para abrir camino a la mujer en la ciencia y recordarla como la incansable y brillante científica que fue.
La entrada Margarita Salas, una impulsora de la igualdad de las mujeres en la ciencia se publicó primero en Lawyerpress NEWS.
