• 16/04/2024 12:46

José María Alonso: «Ha sido una tortura tomar la decisión de no presentarme a la reelección a decano del ICAM»

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Esta entrevista se realizó a las 20 horas de ayer domingo. En casa de José María Alonso, decano del Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM). A apenas trece horas y media de la celebración de la rueda de prensa en la que anunciará que renuncia a presentarse a la reelección en las elecciones previstas para el próximo mes de diciembre.

Hace cinco meses le dijo, a quien este escribe, que se presentaría. Que quería seguir siendo decano del mayor colegio profesional de europa, con 74.000 miembros. Se sentía orgulloso de su posición.

Sin embargo, las cosas, desde entonces, han cambiado. Alonso explica por qué. Con toda claridad. Con toda simpleza.

Cuando venía conduciendo hacia su casa pensaba en cómo iba a comenzar esta entrevista. Con qué pregunta. Llegué a la conclusión que solo podía haber una: ¿Por qué ha renunciado a presentarse como candidato a decano en las elecciones del Colegio de la Abogacía de Madrid, que se tienen que celebrar el próximo mes de diciembre?

Yo, cuando me presento a las elecciones en 2017, previendo que cuando terminara mi mandato –este mandato– cumpliría 70 años tres meses después, dije que no me iba a presentar a un segundo mandato.

La verdad es que, a lo largo de estos cinco años, en los que hemos vivido una pandemia histórica, mucha gente me pidió que me volviera a plantear mi decisión. No es que tuviera presiones. Pero he estado un año pensándolo. Reflexionándolo.

Había días en que me levantaba diciendo que sí, que me presentaría. Y días en que me levantaba diciendo todo lo contrario. Me fui de vacaciones con la idea de volver a presentarme.

Los augurios eran buenos. Había tenido un 425 Aniversario del Colegio glorioso. Había ganado a IBM el juicio… Su candidatura era la favorita. La victoria, posible. ¿Qué ocurre en esas vacaciones?

Me doy cuenta de que no puedo hacerlo. Es una cuestión personal y familiar.

¿Su mujer le pone un ultimátum? ¿O renuncias a presentarte o nos separamos?

Hombre, no, eso no. Ella quiere que esté más con ella y mis hijos también. He estado 45 años poniéndome a un lado de la balanza. Creo que, en este momento, pues tengo que colocarme al otro lado de la balanza.

Sin que ello implique ni que me voy a jubilar, porque seguiré con mi despacho. Y si puedo hacer otras actividades dentro del mundo del derecho, las haré.  

Se puede colaborar con el Colegio. Se puede colaborar con el Consejo. Pero cuando yo asumo una responsabilidad me entrego a fondo, Carlos.

Me dijeron, ¿por qué no haces un segundo mandato más tranquilo y te dedicas a ir a los actos públicos? Sería pura representación. Los diputados del Colegio se encargarían de todo. Yo eso no lo sé hacer. Para mí ser decano del Colegio de la Abogacía de Madrid es un “full time job”, un trabajo a tiempo completo.

He estado todos los días yendo al Colegio un mínimo de 6 horas. Me conozco y sé que voy a seguir igual.

Cada uno tiene que conocerse como es. Y creo que quien venga tiene que hacerlo así. Esta es una responsabilidad muy importante y no se puede venir a figurar.

Me contaron, no sé si es verdad o mentira, que durante un reciente viaje a Washington había sufrido un importante problema de salud que precisó su ingreso en un hospital.

Así es. Tuve un desmayo en una cena. Me caí redondo. Un hijo mío, que trabajaba en Los Ángeles, me vino a ver. Yo estaba allí, en Washington, para tomar parte en un arbitraje, en el Banco Mundial.

«Me dijeron, ¿por qué no haces un segundo mandato más tranquilo y te dedicas a ir a los actos públicos? Sería pura representación. Los diputados del Colegio se encargarían de todo. Yo eso no lo sé hacer. Para mí ser decano del Colegio de la Abogacía de Madrid es un “full time job”, un trabajo a tiempo completo«

¿Eso fue en junio?

A finales de junio, sí. Allí el 112 son los bomberos. Se montó un número enorme. Me ingresaron en un hospital de inmediato. Luego dijeron que era COVID.

¿Y era COVID?

Sí, tenía COVID. Mi hijo, que vio todo aquello… Tuvieron que hacerme el boca a boca. Se puede usted imaginar la preocupación de mi familia a raíz de aquello.

¿Cuánto tiempo estuvo ingresado?

Dos días. Luego estuve en el hotel. Fueron siete días en los que me encontraba muy débil, muy mal. Además, intervine como árbitro, telemáticamente, desde el hotel, en un arbitraje en el que había 40 personas.

Aquello supuso para mí un “shock” muy importante. Me hizo ver la vida de otra manera.

Me imagino la conversación telefónica con su esposa: “José María, todo esto es producto del estrés que estás sufriendo con el Colegio. No puedes presentarte a la reelección”. Más o menos, ¿no?

Así es. He tirado demasiado de la cuerda. Además, este verano vinieron mis hijos…

¿Cuántos hijos tiene?

Tengo tres. El mayor, que es abogado del Estado y está ahora trabajando en Latham. Lleva el área de derecho público. El segundo, que es economista, que estuvo conmigo en Washington; trabaja en una compañía de renovables. Y mi hija Isabel que trabaja en la asesoría jurídica de Red Eléctrica de España. Tengo cinco nietos.

José María Alonso en una foto tomada ayer en el salón de su casa de Madrid. Foto. Carlos Berbell/Confilegal.

O sea, que sus tres hijos y su mujer coincidieron todos en el mismo mensaje: papá, se acabo la historia del Colegio de la Abogacía de Madrid. Supongo que lamenta mucho no presentarse.

Infinitamente. Yo soy una persona hiper responsable. Dicen que es por mi formación con los jesuitas. Para mí ha sido una pelea interna horrible. Porque, por una parte, tengo el tema de la responsabilidad, de tengo que seguir con esto. Pero ha llegado un momento en que sabes que no puedes hacerlo.

Para mí, ha sido una tortura tomar la decisión de no presentarme a la reelección a decano del ICAM, se lo confieso. Quiero mucho al Colegio.

¿La más difícil de su vida?

Sí, le puedo asegurar, Carlos, que ha sido la decisión más difícil que he tomado en mi vida.

Y mire que he tomado decisiones difíciles. Como cuando tuve que asumir la dirección de Garrigues tuve que tomar muchas decisiones. O cuando decidí irme de Garrigues a Baker. Aquello supuso un terremoto importantísimo. O cuando decidí presentarme a decano.

¿Y la más dolorosa?

Sin duda, ha sido la decisión más dolorosa. Pero es que este año ha sido un año muy malo. He visto caer a grandes amigos. El último, Jorge Badía. Pero también a Carlos de los Santos, a Miguel Ángel Serrano, a Antonio Fernández, de Garrigues, a Miguel Ángel Fernández Ballesteros.

Y también me acuerdo de Antonio Hernández Gil, mi decano, en la Junta de la que formé parte, y mi antecesor. Murió en enero de 2020. Fue una de las primeras víctimas de la pandemia, porque eran los síntomas del. COVID.

Si fuera más joven, me presentaría a la reelección. No le quepe la menor duda.

¿Cuáles han sido los mejores momentos de todos estos años al frente del Colegio?

Creo que los mejores momentos han estado al final. El 425 Aniversario del Colegio, la puesta en marcha del Máster de Acceso a la Abogacía del Colegio que ha sido un parto. Y es que encontrar finalmente un modelo de universidad con la Complutense, tener tu propio Máster, ponerlo en marcha…

Otro momento importante fue ganar a IBM. Cuando me encuentro con esa historia y veo que solo me queda la opción de demandarlo lo tuve claro. Le confieso que en eso estuve bastante solo. La gente tenía dudas. Yo fui quien decidí que había que demandar. Para mí el resultado ha sido muy satisfactorio.

En relación con el turno, me siento muy orgulloso de haber podido mejorar sus condiciones. No son las óptimas, lo sé. Pero ya cobran mensualmente. Las retribuciones se han elevado dos o tres millones de euros. Se han metido actuaciones que antes no estaban. Se ha duplicado el servicio de orientación jurídica.

Un momento muy bonito para mí fue el montaje del espacio Abogacía. Mucha gente me dio las gracias. Recuerdo a una abogada que me dijo, ‘decano, esto no lo voy a olvidar en la vida’. ¿Por qué?, le pregunté.

‘Porque así no me pegan’. ¿Cómo que así no te pegan? ‘Sí, es que yo tengo clientes que si tienen un cliente en prisión y no consiguen sacarlo, me pegan de bofetadas. Porque, como no tengo despacho, me tengo que reunir en un bar con ellos. Y aquí tengo nuestro espacio. Están en mi terreno’, me dijo.

Los foros justicia han sido muy satisfactorios. Me he dado cuenta de que la gente no es que se peleara por venir, pero querían venir. Por ejemplo, en el caso de la ministra de Igualdad, Irene Montero, fue ella la que me lo pidió al salir de la cumbre de Mujeres Juristas.  

Un balance satisfactorio, por lo tanto.

Mi balance es muy satisfactorio. Estoy muy contento. Creo que se ha mejorado muchísimo la relación con todo el mundo. Tengo una relación excepcional con la Comunidad de Madrid, con el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, con la juez decana, con el presidente de la Audiencia Provincial de Madrid.

Además, hemos conseguido que el Colegio de la Abogacía de Madrid tenga una relación bastante fácil con el Consejo General de la Abogacía de España. Eso me lo ha reconocido la presidenta.

La relación entre Madrid y el Consejo siempre había sido muy tensa. También hemos entrado en la Comisión de Policía Judicial, una reivindicación histórica que, por fin, se ha hecho realidad.

«Ha sido la decisión más dolorosa. Pero es que este año ha sido un año muy malo. He visto caer a grandes amigos. El último, Jorge Badía. Pero también a Carlos de los Santos, a Miguel Ángel Serrano, a Antonio Fernández, de Garrigues, a Miguel Ángel Fernández Ballesteros»

También consiguió, durante la pandemia, algo que parecía un imposible: que policías y guardias civiles no solo entregaran los atestados a los abogados de los detenidos, sino que, además, los enviaran por correo electrónico.

La “normalidad” había sido que en las comisarías y los cuartelillos de la Guardia Civil dejaran leer el atestado y la denuncia pero que no entregaran copia.

Primero fue el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Celso Rodríguez Padrón, quien así lo dispuso para Madrid. Una decisión que hizo suya después el entonces ministro de Justicia, Juan Carlos Campo.

Fue en febrero de 2021. Recuerde que tanto la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal de 2015 como la sentencia del Tribunal Constitucional de marzo de 2018 lo habían dejado claro: debía entregarse.

Queda, para el futuro, una asignatura por aprobar: que el Ministerio reconozca la asistencia del turno para las personas jurídicas.

Sí. Realmente no puedo entender la posición del Ministerio de Justicia. Está creando un problema muy serio.

Queda también otro tema, que es el que me hubiera gustado sacar en este segundo mandato, que habría sido entrar, como parte, en la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Porque yo llevo insistiendo que nosotros no somos usuarios de la Administración de Justicia. Somos operadores como los demás.

Eso se podría haber conseguido, antes o después, de alguna manera. Porque creo que yo tengo mucha credibilidad con ellos.

Usted ha sido director de Garrigues y de Baker McKenzie, dos importantes responsabilidades. Sin embargo, ser decano del Colegio de la Abogacía de Madrid no tiene parangón en lo que a la atención de los medios de comunicación se refiere. Porque el decano es una figura pública. Eso ha tenido que ser duro en determinados momentos, ¿no?

Ha sido durísimo. Estando en Garrigues solo tuve problemas serios cuando se produjo el tema de Enron.

Recuerdo una portada de Expansión diciendo que Garrigues se veía obligado a vender su sede. Tuve que contestar diciendo que difícilmente puedo vender lo que no es mío.

En aquellos momentos parecía que el despacho se iba a la quiebra. Y fue todo lo contrario. El despacho salió disparado para arriba, más aún.

Pero es verdad que ha sido muy difícil con los medios de comunicación. Sobre todo, por las filtraciones, por noticias inveraces, acusaciones infundadas… ¿Cómo es posible que digan esto si me estoy partiendo la cara?, me decía.

También te encuentras con un colectivo que no es especialmente muy agradecido. Por ejemplo, en el tema de IBM, salvo en el caso de un abogado, solo he recibido una felicitación. Y fue de ALTODO.  

¿No le felicitó por esa buena gestión la Asociación Libre de Abogados y Abogadas, siempre muy críticos con su gestión?

No, ALA jamás me felicitó. Pese a haber estado exigiéndome en las Juntas los escritos, pese a preguntarme repetidas veces qué pasaba con la reconvención, que cómo íbamos a pagar las costas…

No me olvido del tema de Alfonso Merlos, en el que tuvimos un problema con su medio.

Más bien lo tuvo Alfonso Merlos consigo mismo cuando entró en el juego de las revistas del corazón. Aquel falso robado, ¿recuerda?, con el perrito mirando a la cámara del fotógrafo…

Sí, aquel momento fue muy difícil. Con la pandemia, aquí metidos, saliendo todos los días en Sálvame. La historia llegó a Estados Unidos, recuérdelo. Hasta Whoopi Goldberg habló del “Merlos Place”. La Junta de Gobierno del Colegio me pedía que lo destituyera. En fin. Al final todo se arregló, para bien.

Ya ha quedado claro que usted no se va a volver a presentar y sus razones. ¿Va a apoyar a algunas de las candidaturas en ciernes? Ya sabe que hay tres en marcha: la de Juan Gonzalo Ospina, la de Raúl Ochoa y la de Beatriz Saura.

Yo quiero que aquello que se ha conseguido no se estropeé. No tengo nada decidido. Espero que la gente sea sensata. Me importa mucho lo que pase.

Mi lealtad siempre estará con la institución. Creo que lo he demostrado. Lo demostré con IBM y con mi predecesora, Sonia Gumpert. Fueron 4 millones y medio de euros de pérdidas, entonces. Por primera vez en la historia el ICAM dio pérdidas. Me pidieron muchas veces que la demandáramos a ella y a la Junta que presidió.  

Me negué. Bajo ningún concepto. Pensé que no tuvieron responsabilidad. La sentencia me dio la razón. El juez lo dijo con toda claridad. Fue un concurso al que se presentaron Indra, Telefónica e IBM, tres gigantes internacionales. IBM no supo terminar su trabajo. Esa es la realidad.

¿Cómo le gustaría ser recordado?

Como una persona que mejoró la percepción dd la abogacía en su reconocimiento social.

Y una última pregunta. Póngase en la tesitura de tener que poner nota a estos cinco años dd mandato al frente del ICAM. ¿Qué nota se daría?

Un notable.


Artículo de CarlosBerbell publicado en https://confilegal.com/20220919-jose-maria-alonso-ha-sido-una-tortura-tomar-la-decision-de-no-presentarme-a-la-reeleccion-a-decano-del-icam/