Pocas personalidades del mundo de la justicia consiguen concitar el nivel de unanimidad que Javier Delgado Barrio, quien el pasado jueves cumplió 90 años con una cabeza que sigue estando muy bien amueblada y una nueva visión, gracias a la operación de cataratas a la que se sometió en su momento.
Delgado Barrio lo ha sido, practicamente, todo en el planeta justicia: Presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo (1996-2001), donde dio una lección de presidencia y de conducción de personas, y magistrado del Tribunal Constitucional (2001-2012).
Por eso, el Consejo de Gobierno y después el claustro de la Universidad Isabel I, con sede en Burgos, acordó, por unanimidad, el nombramiento de Delgado Barrio como Doctor Honoris Causa.
En reconocimiento a su vocación de servicio público y dilatada trayectoria profesional en el mundo de la jurisprudencia, como insigne jurista y doctor universitario, por sus aportaciones al derecho público que han sentado jurisprudencia desde sus primeras labores en la Audiencia Territorial de Burgos.
Delgado Barrio tras recibir el anillo y la medalla institucional de la Universidad que le impuso Alberto Gómez Barahona, rector de la Universidad Isabel I, a la derecha.
PONENTE DE DOS SENTENCIAS HISTÓRICAS
Delgado Barrio fue el ponente, cuando era magistrado del Tribunal Constitucional, de las dos sentencias del máximo tribunal de garantías que en 2003 reconocieron el derecho de las cámaras de televisión a entrar en las salas de juicios, revocando una sentencia anterior del Tribunal Supremo que lo prohibía.
Aquellas dos sentencias, junto con una tercera posterior, abrieron una nueva era de transparencia en el poder judicial español.
Hicieron posible que en 2019 –16 años después– durante 52 jornadas, el Alto Tribunal transmitiera en director el juicio del «procés», frustrando la campaña que el mundo separatista había diseñado para poner en tela de juicio el proceso.
Delgado Barrio recibió el título doctoral y el birrete laureado junto con el anillo y la medalla institucional de la Universidad que le impuso el rector Alberto Gómez Barahona.
El magistrado del Tribunal Constitucional, Enrique Arnaldo Alcubilla, fue su padrino en la investidura y pronunció la tradicional «laudatio».
Al acto asistieron el actual presidente del Constitucional, Pedro González-Trevijano, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (secretario general del CGPJ con Delgado Barrio), Celso Rodríguez Padrón, y el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-León, José Luis Concepción Rodríguez.
Enrique Arnaldo, magistrado del Tribunal Constitucional, autor de la «laudatio», Pedro González Trevijano, presidente del Tribunal Constitucional, el agasajado, Javier Delgado Barrio, y Alberto Gómez Barahona, rector de la Universidad Isabel I.
