A los graduados sociales, como profesionales del derecho del trabajo y de Seguridad Social, se nos consideran especialistas técnico-jurídicos de las relaciones laborales. Pero, quien conoce algo de nuestra historia, sabe que nuestro estatus profesional ha costado lágrimas, sudor y mucho, mucho trabajo y estudio.
Durante años, luchamos por cuestiones que ahora parece ser ordinarias pero que supuso la lucha cuerpo a cuerpo con la administración de justicia y la de trabajo, de los graduados sociales y grandes representantes de la profesión.
Nuestra lucha dio resultado.
Sin embargo, desde la pandemia, todo es distinto. Cambio el concepto de ser profesionales con estatus propio a ser meramente una extensión de la Administración que, al calor de la pandemia aprovecho para cambiar las relaciones con ésta.
Pero, lo peor no es eso, lo lamentable es la falta de tacto y de respecto con profesionales que han servido históricamente de puente entre el administrado y la Administración. Al que la Administración debe la implantación y el desarrollo del sistema red, por ejemplo.
Y, como muestra las órdenes ministeriales sobre cotización, hasta tres en menos de un mes que obligó a miles de graduados sociales a estar de procesión en sus despachos.
Las preguntas son: ¿Quién nos defiende?, ¿se respeta a los graduados sociales en la Administración?.
Sin lugar a duda, es de libre respuestas, pero mi opinión personal es que, estamos “secuestrados” ante las obligaciones que impone de forma extemporánea, sin criterio jurídico a las empresas y por derivación a nosotros.
NO PODEMOS HACER HUELGA
Es la única profesión que no podemos ponernos en huelga, ni tomar medidas de presión ya que, esto afectaría a terceros, nuestros clientes.
Y, efectivamente, somos esenciales pero para nuestros clientes, no para la Administración.
Basta con darse una vuelta por las redes para ver la gran angustia que asiste a los graduados sociales, los lamentos, el “no puedo más”, el me retiro ya, etc. Muchos han caído en la depresión.
No podemos olvidar, que la mayoría de los graduados sociales destinan su asesoramiento jurídico a la parte técnica y, al día a día, a la lucha en defensa de sus empresarios/as.
¿Quién piensa en ellos?
Mi lucha siempre ha sido el equilibrio entre ambas, no podemos dejar en secano una parte para alentar la otra.
Tenemos que escuchar, no solo oír las quejas y sacar lo positivo de ellas para poder caminar hacia un destino mejor.
Quedan bonitas las fotos con…, pero mañana tendré que seguir luchando contra el CASIA o contra el Instituto Nacional de la Seguridad Social o contra el Servicio de Empleo Público Estatal porque las respuestas son tardías o nunca llega.
Y mientras, seguimos en nuestro secuestro particular. Aún tengo esperanza.
“La revolución no es una manzana que cae cuando está podrida. La tienes que hacer caer». Che Guevara.
