Juezas y Jueces para la Democracia
Desde Juezas y Jueces para la Democracia, en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, queremos recordar la grave vulneración de los derechos humanos que para las mujeres supone la violencia ejercida contra ellas por el mero hecho de ser mujeres, niñas y adolescentes. Derechos como el derecho a la dignidad humana, el derecho a la vida, el derecho a la integridad física y emocional, el derecho a la libertad, y a la no discriminación reconocidos en las normas internacionales como la CEDAW (Convención sobre eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer) o la Convención sobre los Derechos del niño, que reconoce el derecho de los niños y niñas a vivir en un entorno libre de violencia.
La violencia contra las mujeres se presenta, así, como una manifestación persistente de la discriminación estructural contra éstas, como resultado de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres. Se ejerce, por tanto, frente a las mujeres, pero también frente a las niñas y niños utilizados, en ocasiones, como instrumento por el agresor para infligir daño y sufrimiento a la madre, conociéndose con el término “violencia vicaria”; reconocida de forma expresa desde el año 2021 como una forma de violencia contra las mujeres en el artículo 1 de la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de género. Son 8 los niños y niñas asesinados en este año 2024 por parte de sus progenitores, si bien la violencia vicaria que no tiene como resultado el asesinato de los niños y las niñas se encuentra invisibilizada en muchas ocasiones, lo que les sitúa en una posición de desprotección absoluta de ahí la necesidad de prevenirla y erradicarla.
Son muchos los instrumentos normativos ratificados por España y de obligado cumplimiento para dar una respuesta adecuada en la prevención y protección a esta violencia. Así, en el tal contexto, tanto Naciones Unidas como el Consejo de Europa -al amparo del Convenio sobre lucha y prevención de la violencia de género y violencia doméstica firmado en Estambul y ratificado por España en el año 2014 y que entró en vigor para la Unión Europea el pasado mes de octubre de 2023 – incluyen dentro de la violencia sobre la mujer todos aquellos actos que puedan provocarle daños físicos, psicólogos, sexuales o económicos.
Por su parte, la recién aprobada Directiva (UE) 2024/1385 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 14 de mayo de 2024, sobre la lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, tiene como objetivo proporcional un marco integral para prevenir y combatir eficazmente todas estas manifestaciones de violencia en los países de la UE. Para ello, introduce medidas en distintos ámbitos, recordando la importancia del acceso de las víctimas a la justicia, el apoyo, la prevención, la coordinación y la cooperación. Asimismo, subraya la relevancia de las nuevas tecnologías como medio para ejercer la violencia de género, obligando a los países de la Unión a adoptar medidas en este sentido.
Resulta indiscutible que las nuevas tecnologías y, especialmente, las RRSS son una vía habitual de comunicación; convirtiéndose, de esta manera, en un modo más para ejercer la violencia contra las mujeres. El anonimato que concede el ciberespacio facilita la impunidad para acosar, amenazar o injuriar a la mujer. Las distintas manifestaciones de la violencia sobre la mujer, niñas y adolescentes se (re)producen en el entorno virtual y, con ello, los roles de género, de modo que el machismo encuentra nuevas fórmulas y métodos para alcanzar su mismo objetivo: denigrar a la mujer.
Sin embargo, los datos recabados por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación FAD Juventud señala que en los últimos años el número de hombres jóvenes que no reconoce la violencia machista ha aumentado, situándose en el 23,1% en el año 2023. Negar la existencia de la violencia contra las mujeres no sólo supone invisibilizarla, sino una forma sutil para perpetuar y justificar su propia existencia.
Ante ello, debemos seguir insistiendo en la importancia de educar a toda la sociedad en valores de respeto y equidad, de fomentar la participación en condición de igualdad de las mujeres y hombres en la sociedad, y de reivindicar el espacio que nos compete a las mujeres. A su vez, urge adoptar medidas que favorezcan la prevención y minimización de riesgos en las prácticas online y educar en la detección de comportamientos machistas en las RRSS, mediante políticas públicas de prevención, atención, apoyo, protección y acompañamiento integral a las mujeres, niñas y adolescentes.
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