El objetivo de las doce entidades del ámbito de la ingeniería, la seguridad y la edificación que se han unido para crear el Observatorio de Nuevos Riesgos de Incendio es reclamar al Gobierno una revisión en la actual normativa española en materia de protección contra incendios en los edificios, para endurecer las exigencias de los productos y sistemas utilizados en fachadas, una de las vías más rápidas de transmisión de incendios en un edificio. A nivel mundial, este tipo de incendios en grandes edificios se ha multiplicado por 7 en los últimos años.
En la presentación del Observatorio, se ha dado a conocer el manifiesto fundacional, en el que las entidades que lo integran solicitan nuevas medidas en la normativa actual para limitar la propagación vertical y horizontal del fuego, y exigen la no combustibilidad en los componentes y sistemas utilizados en edificios considerados “sensibles”, bien por su alta ocupación, por su gran altura (a partir de 18 metros) o por tener fachadas de difícil acceso para los equipos de intervención. En este sentido, el Observatorio calcula que, en España, el 15% del parque inmobiliario responde a edificaciones de especial sensibilidad.
Durante su intervención, Andrés Pedreira, director del Observatorio de Nuevos Riesgos de Incendio, ha señalado que “la actual normativa, el Código Técnico de Edificación (CTE), fue aprobado en 2019, tras el incendio de la Torre Grenfell en Londres, pero sigue siendo insuficiente y menos estricta que la de la mayor parte de países europeos. En el entorno europeo, España se encuentra a la cola en cuanto a exigencias regulatorias en la prevención de la propagación de incendios por fachadas”.
Concretamente, Francia, Alemania, Reino Unido y los países nórdicos, entre muchos otros, exigen el uso de materiales no combustibles en los sistemas de aislamiento térmico por el exterior (SATE) de edificios de gran altura, tanto en obra nueva como en rehabilitación, y la mayoría reconoce en su normativa la existencia de edificios de alto riesgo, más allá de la altura.
En España, sin embargo, la normativa es menos exigente y el CTE permite materiales combustibles por encima de los 18 metros de altura en fachadas SATE o fachadas ventiladas y no están contemplados ni regulados los edificios de alto riesgo. En cuanto a los edificios de altura media, los países antes mencionados siguen apostando por la seguridad: mientras Dinamarca, Reino Unido y Suecia solo aceptan materiales no combustibles, Francia, Chequia o Bélgica exigen un grado de combustibilidad menor y barreras cortafuegos en los forjados. En esta tipología de edificios, de menor riesgo, la legislación española también es más laxa que la de otros países europeos.
Por su parte, el presidente de COGITI, José Antonio Galdón, quiso destacar la antigüedad del parque inmobiliario en España, ya que la media de los edificios construidos ronda los 45 años, y la normativa contra incendios, en ese momento, era más bien escasa en ese tipo de edificaciones, por lo que es necesario llevar a cabo una renovación importante en el parque de viviendas.
Además, recordó que el pasado 12 de marzo, la sesión del Parlamento Europeo aprobó la nueva Directiva de Eficiencia Energética de los edificios (EPBD, por sus siglas en inglés), que ahora deberá reflejarse en la normativa de cada Estado miembro. La nueva directiva tiene como objetivo frenar la generación de emisiones de efecto invernadero, tanto en la construcción del edificio como a lo largo de su vida útil. En este sentido, según ha explicado Galdón, esta directiva es más estricta que la anterior, y va a suponer que se modifiquen los planes nacionales de rehabilitación en todas las viviendas, para conseguir un aumento en la eficiencia y el ahorro energético, para lograr el objetivo de “emisiones 0” para 2050, lo que va a marcar una oportunidad importante para que cuando se realice la reforma de los edificios se abra un debate, y que la mejora de dicha eficiencia energética no suponga un menoscabo en la seguridad del edificio. Esta directiva europea supondrá también la modificación del Código Técnico de Edificación (CTE), ya que se tiene que desarrollar esta normativa y su aplicación en España.
“Vamos a contar con todas las entidades para mejorar, en la medida de lo posible, todas las instalaciones que se vayan realizando en el ámbito de la edificación residencial. Nos tenemos que situar a la altura de otros países que tienen un mayor grado de exigencia”, señaló. “Por todo ello, el COGITI apoya esta iniciativa, que se sumará a otras, ya que tenemos muchos retos en materia de prevención contra incendios. Es el momento de abrir un debate profundo y serio sobre esta cuestión, y que al final termine mejorando la seguridad de los ciudadanos”, concluyó.
En el acto de presentación del Observatorio intervino también Gabriel Muñoz, director gerente de la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB), quien indicó que, en la actualidad, se producen más muertes a consecuencia de los incendios en edificios que hace años, y que el 70% de los fallecidos murieron debido a la intoxicación por el humo. Otro dato que aportó es el hecho de que más de la mitad de los incendios se producen durante la noche, y entre un 35-40% tienen su origen en el salón. La mayoría de las veces se debe a fallos en la estructura eléctrica o a fuentes de calor que están en mal estado y muy saturadas. Por ello, es necesario que la ciudadanía tome conciencia de lo importante que es tener las instalaciones eléctricas de su vivienda en buen estado.
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