• 05/07/2024 15:23

La valorización energética, un pilar fundamental en la transición hacia la economía circular y energética de Europa. Por (*) Joaquín Pérez Viota

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En la búsqueda de una economía más circular, la Unión Europea ha establecido metas ambiciosas que nos desafían a repensar cómo gestionamos nuestros recursos.

Estos objetivos no solo promueven el reciclaje de materiales, sino que también buscan reducir drásticamente la eliminación de residuos en vertederos. Al hacerlo, nos obligan a recuperar tanto la materia como la energía contenida en los residuos, transformando lo que antes considerábamos desechos en valiosos recursos para un futuro más sostenible.

El reto, un mínimo de reciclado de materiales del 65%, y un máximo de eliminación en vertedero, del 10%, en el horizonte del 2035, plantea un desafío significativo para varios Estados miembros, entre ellos, España, que deberán redoblar esfuerzos para alcanzar su cumplimiento.

En este contexto, la valorización energética se posiciona como una herramienta crucial. No solo facilita el tratamiento de residuos municipales no reciclables, evitando que se eliminen en los vertederos, sino que también es una tecnología imprescindible para evitar la dependencia del uso de combustibles fósiles.

Así, las plantas de valorización energética no solo ofrecen una solución de gestión de residuos eficiente, sino que también proporcionan beneficios adicionales: generación de energía, reducción del impacto ambiental y el fomento de la economía circular.

Vayamos por partes. Las plantas de valorización energética generan energía eléctrica renovable entre un 65 y un 70%, contribuyendo a la autosuficiencia energética local. Es obvio que la generación de energía a partir de residuos no solo aprovecha materiales que de otro modo se perderían, sino que también reduce la dependencia energética.

En concreto, las instalaciones de Aeversu tratan alrededor de 2,5 millones de toneladas de residuos no reciclables al año, lo que supone la generación de 2.000 GWh de energía, el equivalente al consumo de unos 600.000 hogares, aproximadamente.

¿Por qué se reduce, también, el impacto ambiental? Al disminuir la cantidad de residuos destinados a vertederos, se reduce significativamente el impacto ambiental asociado, como las emisiones de metano y la contaminación del suelo y aguas subterráneas.

A diferencia de los vertederos, que son una fuente importante de gases de efecto invernadero, la valorización energética ofrece una alternativa real para la minimización de estas emisiones. De esta forma, el balance neto de emisiones de CO2e/t de residuo valorizado energéticamente es un 245% inferior al generado por su eliminación en un vertedero.

Además, la valorización energética es una parte esencial de la economía circular. La aplicación práctica de las cuatro ‘erres’ (reducción, reutilización, reciclaje y recuperación) que es una prioridad, debe complementarse con la valorización energética de aquellos residuos que, dadas sus características, no pueden ser reutilizados ni reciclados.

Este enfoque no solo optimiza el uso de recursos, sino que también fomenta la innovación en tecnologías de reciclaje y tratamiento de residuos.

Desde la Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos (Aeversu) apoyamos firmemente estas ideas y abogamos por una mayor integración de la valorización energética en las políticas de gestión de residuos.

En Aeversu, creemos que la combinación de reciclaje y valorización energética es esencial para alcanzar una gestión de residuos sostenible y eficiente.

Aeversu trabaja activamente para promover la adopción de tecnologías de valorización energética, proporcionando apoyo técnico y estratégico allá donde se precise.

Colaboramos con administraciones públicas y comunidades para desarrollar soluciones de gestión de residuos que sean tanto ambientalmente responsables como económicamente viables.

Mirando al futuro

La transición hacia una economía circular y la consecución de una mayor independencia energética no son una opción, sino una necesidad urgente. La valorización energética se presenta no solo como una solución técnica, sino como un componente integral de nuestra estrategia para un futuro más sostenible.

El papel de la valorización energética es fundamental en la construcción de un sector de gestión de residuos capaz de afrontar los nuevos desafíos, que no solo cumple con los estándares actuales, sino que también está preparado para enfrentar los desafíos futuros.

Es vital que las políticas y estrategias europeas sigan apoyando y fortaleciendo este sector para garantizar una transición exitosa hacia una economía circular.

La inclusión de estas instalaciones dentro del tejido de dotaciones urbanas puede suponer una reducción de la huella de carbono generada por el transporte de residuos a centros de tratamiento alejados de las áreas de generación, aportando energía renovable para el abastecimiento eléctrico de los centros urbanos, o calor para los sistemas de calefacción o frío.

El elevado nivel de control ambiental de estas instalaciones favorece esta incorporación en el tejido urbano, generándose casos de éxito como las instalaciones de Copenhill, en Copenhague, instalación que se ha erigido no solo como una eficiente gestora de residuos, sino como una referencia en el ocio urbano y deportivo de la capital danesa, o la planta de Spittelau, convertida en un reclamo turístico dentro del circuito artístico vienés.

Datos claves

En España, actualmente, se eliminan en vertederos 10,4 millones de toneladas de residuos en vertederos, representando un 47% del total de residuos. Nuestro país es responsable del 20% del total de los residuos enviados a vertedero en toda la Unión Europea.

Mientras que en la Unión Europea se tratan, como media, un 26% de los residuos generados en instalaciones de valorización energética, en España, sin embargo, este porcentaje se sitúa en el 11%.

Países con mayor madurez medioambiental, como Alemania, Austria, Países Bajos o Dinamarca, sin embargo, cuentan con tasas de valorización energética que van desde 30 al 40% y con tasas de reciclado que van desde el 58 al 68%. En estos países el residuo enviado a vertedero es prácticamente inexistente.

La valorización energética actúa como un complemento necesario para evitar la eliminación de aquello que no se puede recuperar, demostrándose que, en ningún caso, esta tecnología compite con el reciclado, sino con la eliminación en vertedero.

A la vista de estos datos, es evidente que para alcanzar los objetivos de la UE necesitamos duplicar la capacidad de nuestras instalaciones de valorización energética.

Podemos concluir con la reflexión de que la valorización energética es una herramienta indispensable para alcanzar los objetivos de sostenibilidad y gestión de residuos en España y en Europa.

Es imperativo que rompamos con los estereotipos infundados y adoptemos un enfoque basado en hechos y ejemplos exitosos.

Desde Aeversu, continuaremos impulsando esta transición, convencidos de que es el camino hacia un futuro más sostenible.

 

(*) Joaquín Pérez Viota es presidente de Aeversu.

 

 

 

Creadores de Opinión Verde #CDO es un blog colectivo coordinado por Arturo Larena, director de EFEverde

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