Impulsar el modelo de agroganadería familiar en lugar del industrial ayudaría a consolidar el proceso de descarbonización del campo además de aportar beneficios económicos, sociales y para la biodiversidad, según entidades ecologistas y agrícolas consultadas por EFE.
El objetivo de la agroindustria en la COP27 que se celebra en Egipto «y en las siguientes» pasa, según el portavoz de Ecologistas en Acción (EeA) Tom Kucharz no por redirigir el sistema hacia un modelo más verde sino por lograr «mecanismos de mercado» para «contabilizar con grandes monocultivos agrarios cuántas emisiones se han fijado» sin tener en cuenta «todo el ciclo de vida de la agricultura industrial».
Kucharz considera que «la mayoría de los Estados y poderes económicos pretenden mercantilizar la agricultura» para «utilizarla como sumidero de gases de efecto invernadero» y ha comparado la situación con los mercados de carbono, que «sólo han servido para especular y privatizar la atmósfera, sin lograr una disminución de emisiones».
A ese modelo verde aspira también la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), aunque su secretario de Relaciones Internacionales José Manuel Roche ha pedido «una transición más tranquila» que permita el diseño de «más herramientas y alternativas a las formas de producción convencionales» en Europa ya que «en estos momentos no hay las suficientes para que sigamos comiendo en calidad y cantidad suficiente para toda la población».
Un relevo generacional en el campo «inexistente»
Roche se ha mostrado además muy preocupado por el «inexistente» relevo generacional en el campo y por ello ha pedido «una ley que regule la agricultura familiar» y una Política Agrícola Común (PAC) que distinga ese modelo de agricultura.
Por si el sector no tuviera ya suficientes problemas, afronta además otros generados por la coyuntura geopolítica, como la guerra de Ucrania que tal y como han denunciado tanto Kucharz como Roche ha alimentado «acaparamiento y especulación» por parte de grandes empresas multinacionales con productos como el cereal ucraniano.
Este conflicto además ha disparado el precio de la energía en general y el gasóleo en particular, además de los abonos nitrogenados que han incrementando su coste «tres veces», por lo que «los agricultores han pasado «de pagar una media de 350 a 400 euros por hectárea de gasto, a desembolsar en torno a los 750 euros» en la producción de trigo, según la denuncia de portavoz de UPA.
Si se mantienen los precios por tonelada, «podrán soportar ese tirón pero, en el momento que el precio de los cereales vaya a la baja y si no bajan también los costes de producción, tendremos que plantearnos sembrar menos o cerrar nuestras explotaciones», ha advertido.
Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación
Respecto a la situación de España, Kucharz ha acusado al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) de «utilizar la guerra para retrasar la aplicación de todas las medidas ambientales del sector» previstas desdela UE como la ‘Estrategia de la Granja a la Mesa’, que ha definido como «pequeña esperanza» ya que obliga a los Estados miembros a reducir en un 50 % el uso de fertilizantes y pesticidas y garantizar un 25 % de la producción agroganadera en ecológico para 2030.
Según el portavoz de EeA, «la Unión Europea es una gran responsable de la emergencia climática, vinculada a su modelo de agricultura y ganadería» porque produce «demasiados alimentos» vía industrial y se ha convertido en «una máquina de devorar insumos externos», incluyendo combustibles fósiles y fertilizantes nitrogenados.
La guerra de Ucrania también ha incentivado al MAPA a «importar más maíz y soja de Argentina y Brasil o aceite de palma del sureste asiático, lo que promueve la deforestación importada» y por ello Kucharz cree que en la COP27 «tendría que hablarse de que España y Europa dejen de importar soja o aceite de palma».
España es un país «que consume mucho más de lo que produce», ha reconocido Roche por lo que «deberíamos trabajar en potenciar la producción de proteína vegetal» puesto que «tanto nuestro país como la UE son deficitarias en ella para la producción de piensos y tenemos que evitar la dependencia de terceros países».
En este punto Kucharz difiere ya que asegura que el país es «autosuficiente» en la producción de cereales como trigo, maíz o torta de girasol. EFEverde
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