Por Karina Godoy
Madrid, 20 nov (EFEverde).- En el territorio de La Granja de San Ildefonso, donde se forjó la historia del cristal español, también se fabrica una singular pieza de vidrio, pequeña pero esencial para el funcionamiento de las redes eléctricas de todo el planeta: el aislador eléctrico. En esta localidad segoviana, la firma La Granja Insulators produce más de cuatro millones de unidades al año para más de 120 países distribuidos en: Oriente Medio, América del Norte y Europa.
“El aislador eléctrico representa solo el 3% del coste de la infraestructura, pero puede causar el 90% de los problemas si falla”, advierte Bruno Portellano, director general de la compañía del grupo internacional Verescence.
La empresa fabricó el primer aislador de vidrio en 1932 dentro de la Real Fábrica de Cristales de La Granja, edificio histórico declarado Bien de Interés Cultural que hoy alberga instituciones como la Fundación Centro Nacional del Vidrio y el Museo Tecnológico del Vidrio.
En la fábrica actual, a la que la empresa se trasladó en 1957 y que se encuentra cerca del recinto patrimonial, se produce el material que posteriormente se distribuye por varios continentes: el 98% de la producción se exporta a mercados internacionales. La unidad de aisladores emplea a 160 personas, principalmente de la zona de Segovia, de donde también procede su materia prima esencial: la arena silícea.
Sostenibilidad
La Granja Insulators es el primer fabricante de vidrio con una hoja de ruta de descarbonización validada por la iniciativa SBTi, con el objetivo de reducir un 64% sus emisiones de CO₂ para 2034 y alcanzar la neutralidad climática en 2050, según sus directivos.
“Este año hemos logrado que la planta de La Granja sea una planta seca. Eso significa que reciclamos el 100% del agua industrial”, señala Portellano.
El «caviar» del vidrio reciclado
La compañía incorpora vidrio reciclado externo —proveniente de los contenedores verdes— en su línea de perfumería, donde este material supone el 20% de la materia prima. “Utilizamos el ‘caviar’ del vidrio reciclado”, explica a EFEverde Portellano, al indicar que el material llega depurado tras pasar por varios procesos de filtrado.
En el caso de los aisladores, la integración de vidrio reciclado sigue siendo un reto debido a los exigentes requisitos técnicos del producto. “Estamos en fase de homologación para integrar este tipo de vidrio. La meta para 2026 es determinar hasta dónde podemos llegar. Al ser un vidrio altamente tecnológico, debemos extremar el control sobre las impurezas, metales u otros restos que puedan aparecer en el reciclado”, añade.
Si se valida esta integración, también podrían reutilizarse vidrios procedentes del sector de la construcción o de parabrisas, además de las botellas. Actualmente, el reciclaje aplicado en esta línea es interno: se vuelve a fundir el vidrio que presenta alguna falla durante la producción. “El vidrio que utilizamos para los ensayos y el laboratorio lo volvemos a fundir para reducir el consumo energético y el uso de materia prima, que es la arena”, comenta.
Proceso
“Imagina que pasas por debajo de una línea de alta tensión: no te gustaría que el cable se cayera mientras conduces o das un paseo por el campo. Por eso los controles de calidad son enormes, tanto de los componentes y materias primas como del propio proceso productivo”, explica Javier García, director técnico, al detallar las etapas de fabricación.
“Son varias fábricas dentro de la fábrica”, resume. Cuentan con un horno específico para fabricar las piezas de vidrio, otra planta dedicada al ensamblaje de los distintos componentes —metal, cemento y pasadores—, además de las áreas de laboratorio, ensayos y controles de calidad.
Comercialización
Existen tres tipos principales de aisladores: vidrio, composite y porcelana, detalla Mikel Campos Arruti, director de Ventas y Marketing y añade que el vidrio ha experimentado un notable crecimiento: “Hace ocho o diez años representaba entre el 12% y el 15% del mercado; hoy supone casi el 40%. Esto refuerza nuestra apuesta por el vidrio frente a la porcelana, que tradicionalmente tenía el mayor porcentaje”, apunta.
Se prevé que el nicho de mercado crezca alrededor del 7% en los próximos años. “Es un mercado pequeño, con pocos fabricantes”, explica Campos. “Existen dos fabricantes en el ámbito occidental y el resto son, en su mayoría, productores de bajo coste procedentes de China”.
En el caso de La Granja Insulators, la compañía ha incrementado su capacidad productiva un 34%, con una inversión de 16 millones de euros en la modernización de la planta, según los representantes.
Los clientes de la compañía se reparten entre empresas de servicios públicos o utilities (25%), contratistas (45%) y distribuidores o partners comerciales (30%). EFEverde
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