• 29/10/2025 15:18

La cultura de reclamar, por qué ejercitar el derecho a compensación tras un daño importa más que nunca

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Cada año, miles de personas sufren lesiones que podrían dar lugar a una indemnización por lesiones o incluso a una indemnización por secuelas, pero muchas no llegan a reclamar. Falta de información, confianza ciega en las aseguradoras o la falsa creencia de que “no merece la pena” son algunos de los motivos.

Colombia – Pensión por invalidez en base a norma posteriorEn un contexto en el que los accidentes de bici, moto o patinete aumentan, repensar la cultura de reclamación se convierte en un ejercicio de justicia social y prevención.

Reclamaciones que ponen rostro a las estadísticas

Los datos internos de los abogados de Calculatuindemnizacion.es, especialistas en accidentes de tráfico, muestran un crecimiento sostenido en las reclamaciones por siniestros con ciclistas. Solo en 2024 y 2025 se tramitaron decenas de expedientes de indemnización por accidente de bicicleta, con importes que alcanzan los 6.000 hasta más de 18.000 euros, dependiendo de la gravedad de las lesiones y las secuelas.

Uno de los casos más significativos fue el de una ciclista con fractura de clavícula y secuelas en el hombro, cuya compensación alcanzó 18.123,43 €. En otro, una mujer impactada por un motorista fue proyectada varios metros, sufriendo policontusiones, esguince cervicodorsal y lumbalgia postraumática, además de heridas por abrasión y artritis traumática en ambas rodillas. Su indemnización fue de 11.883,51 €, incluyendo no solo el daño físico sino también el material: casco, GPS, maillot, zapatillas, bicicleta y teléfono móvil dañados.

En 2025, dos ciclistas más obtuvieron compensaciones de 6.777,81 € y 6.479,30 € respectivamente, tras sufrir lesiones de ligamentos y limitaciones permanentes en tobillo y pie. Son ejemplos que muestran cómo las secuelas, incluso cuando no implican una discapacidad visible, alteran de forma duradera la vida de quien las padece.

Las secuelas: el daño que no siempre se ve

Una indemnización por secuelas no solo repara el daño físico, sino la pérdida de movilidad, autonomía y calidad de vida. Las limitaciones funcionales en articulaciones o la imposibilidad de retomar actividades deportivas y laborales son frecuentes tras accidentes de tráfico leves.

 “Es habitual que la víctima subestime sus dolencias porque en el momento del accidente el cuerpo está en shock y las secuelas se manifiestan semanas después”, señala Beatriz Yélamos, abogada especialista en accidentes de tráfico de Calculatuindemnizacion.es. De hecho, gran parte de las reclamaciones revisadas por el despacho incluyen reevaluaciones médicas que aumentaron el importe inicial en más de un 30 %.

Reclamar de forma adecuada no solo significa exigir un importe, sino lograr una valoración justa del impacto que las lesiones tienen en la vida cotidiana.

Más allá del tipo de vehículo: una cuestión de derechos y conciencia ciudadana

El tipo de vehículo implicado —sea moto, coche o bicicleta— no cambia un principio básico: toda víctima de un accidente tiene derecho a una compensación justa. Sin embargo, la experiencia demuestra que muchos afectados no ejercen ese derecho por desconocimiento o por falta de orientación jurídica adecuada.
 En los últimos años, los despachos especializados han detectado un incremento notable de consultas relacionadas con indemnización por lesiones y indemnización por secuelas, especialmente en accidentes urbanos donde los daños físicos pueden parecer menores al principio. Pero la realidad es otra: las secuelas funcionales, las limitaciones de movilidad o las repercusiones psicológicas acaban afectando la calidad de vida tanto como una fractura visible.

Esta tendencia pone de relieve la importancia de una verdadera cultura de reclamación, en la que las víctimas comprendan que reclamar no es un acto de confrontación, sino de responsabilidad y justicia frente al daño sufrido.

Qué significa tener una cultura de reclamación

La cultura de reclamación no se refiere a reclamar por reclamar, sino a ejercer un derecho cuando existe un perjuicio real. Según los expertos, uno de cada cuatro lesionados renuncia a su indemnización por lesiones por desconocimiento o por confiar en las valoraciones iniciales de las aseguradoras.

 Fortalecer esa cultura implica fomentar la información, el acceso a asesoramiento médico-legal y la educación vial: desde enseñar a documentar un parte médico correctamente hasta entender qué gastos y días de curación son reclamables.

Cuando la vida cotidiana exige reparación

Reclamar una indemnización por accidente de bicicleta o por secuelas no es solo una cuestión económica. Es también una forma de visibilizar el daño, de promover la responsabilidad vial y de evitar que se normalice la falta de reparación ante los errores ajenos.

 Porque detrás de cada cicatriz, de cada limitación funcional o de cada rehabilitación interminable hay una historia de esfuerzo y una necesidad de justicia que merece ser reconocida.


Artículo de Redaccion DJ publicado en https://www.diariojuridico.com/la-cultura-de-reclamar-por-que-ejercitar-el-derecho-a-compensacion-tras-un-dano-importa-mas-que-nunca/