Expertos han descubierto una compleja estafa que emplea deepfakes y anuncios verificados de Google para suplantar autoridades de Singapur y atraer víctimas hacia plataformas falsas de inversión. El engaño, dirigido a residentes locales, explotó técnicas de camuflaje y manipulación mediática sin precedentes.

Pantalla mostrando anuncios engañosos y deepfake de líderes de Singapur.

Una nueva oleada de fraudes en línea revela el uso avanzado de ingeniería social y tecnologías como deepfakes para engañar a usuarios desprevenidos en Singapur. El último informe de Group-IB arroja luz sobre una operación que combina anuncios legítimos en Google Ads, suplantaciones de identidad y tácticas de presión psicológica para atraer dinero de ciudadanos mediante inversiones ficticias.

El esquema empleaba 28 cuentas verificadas de Google Ads, registradas principalmente en Bulgaria, para orientar anuncios sólo a IPs de Singapur. Estos anuncios redirigían a víctimas hacia dominios intermediarios y luego a sitios clonados de medios como CNA y Yahoo! News, donde se usaron videos deepfake implicando al primer ministro Lawrence Wong. Una vez captada la atención, los usuarios eran contactados mediante teléfono o email y presionados para invertir en una falsa plataforma financiera de forex registrada en Mauricio, tratando de legitimar la estafa mediante un aparente ‘licenciamiento’ y la imagen de figuras públicas.

La campaña logró casi 4.000 clics en anuncios y redirigió a centenares a páginas fraudulentas. El uso de AI generativa debilita antiguos patrones de detección de fraude, como errores ortográficos o direcciones sospechosas. El riesgo principal es la pérdida de datos personales y fondos, así como la erosión de la confianza en servicios digitales, y la posibilidad de exposición a otros fraudes secundarios mediante el ‘phishing’ ulterior.

Recomendamos verificar toda oferta de inversión desde fuentes independientes, desconfiar de anuncios y promociones protagonizadas por autoridades o celebridades y evitar introducir datos personales en sitios desconocidos. La atención debe desplazarse desde los indicadores tradicionales a una evaluación holística, analizando contexto, comportamiento y elementos técnicos poco evidentes.

El caso demuestra la profesionalización del fraude digital. La tecnología deepfake y los anuncios verificados elevan el nivel de engaño, haciendo casi imprescindible la formación continua en ciberdetección para usuarios y empresas. La denuncia y la colaboración con expertos son hoy más necesarias que nunca para mitigar este tipo de amenazas.

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