El Gobierno de Chile aseguró que su relación con Estados Unidos no cambiará con la llegada al poder del presidente Donald Trump y será como siempre.
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca supondrá un punto de inflexión tanto en la política internacional como en el panorama ideológico global.
La victoria contundente del candidato republicano, que le otorga control sobre ambas cámaras del Congreso, augura una política exterior marcada por un pragmatismo descarnado y una visión geopolítica centrada en la competencia con China, así como una profunda contrarrevolución conservadora que promete reconfigurar el panorama político occidental.
Nuestra intención y la forma con cómo vamos a trabajar con Estados Unidos es como siempre hemos hecho. Lo hicimos en la primera administración de Trump, lo hicimos en la presidencia de Joe Biden y lo seguiremos haciendo en esta nueva administración del presidente Trump, indicó en rueda de prensa la portavoz del Gobierno, Aiséén Etcheverry.
El presidente chileno, Gabriel Boric, en las antípodas ideológicas de Trump, fue muy crítico cuando era diputado con la gestión del magnate durante su primer mandato (2017-2021) y le llegó a llamar «criminal mundial» en redes cuando el entonces mandatario estadounidense cortó relaciones con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en medio de la pandemia.
Boric fue uno de los últimos líderes latinoamericanos en felicitar a Trump tras su victoria en las elecciones del pasado noviembre y recientemente le acusó de lanzar constantemente «bravuconadas» a otros países, en referencia a las declaraciones del magnate republicano sobre recuperar el canal de Panamá.
En paralelo, el ex presidente del Banco Central, Vittorio Corbo, manifestó: “Países como Chile deben adaptarse rápidamente a los cambios que vienen”. En su opinión, el “liderazgo polarizante” de Donald Trump, que asumió este lunes la presidencia de Estados Unidos “seguramente afectará tanto al comercio global como a las relaciones geopolíticas”.
A su juicio, “las políticas proteccionistas, aunque beneficiosas para ciertos sectores de Estados Unidos, dificultarán la cooperación internacional”.
Chile deberá adaptarse frente a la rivalidad entre Estados Unidos y China. Es crucial que Chile diversifique sus mercados de exportación. Aunque China sigue siendo nuestro principal destino comercial, es necesario mirar hacia otros mercados con alto potencial, como India, que está creciendo al 6,5% anual. India representa una oportunidad de largo plazo, y Chile debería negociar un tratado de libre comercio más agresivo para acceder a ese mercado en expansión.
Por otro lado, Argentina está mostrando señales de recuperación económica más sólidas de lo que muchos esperaban. El ajuste fiscal que se implementó, aunque duro, parece estar funcionando. Según las proyecciones, Argentina crecerá cerca del 5% este año, y esto podría consolidarla como un socio comercial clave para Chile. Sin embargo, también representa competencia para atraer inversiones extranjeras, ya que tiene políticas más liberales en este aspecto que Chile.